Si pensamos en preparar cosas rápidas y deliciosas para salir de un apuro, las papas fritas pueden ser algo así como un comodín en la vida diaria: sirven para almorzar, tomar once y hasta para compartir en reuniones con amigos y seres queridos.
Su sabor es algo que puede conquistar casi de forma transversal a niños y adultos, pero es sabido que la ingesta en exceso de este snack puede causar efectos negativos en la salud física, lo que se ve reflejado en el aumento de peso y enfermedades cardiovasculares. Ahora, un reciente estudio indica que la popular preparación también podría impactar negativamente en la salud mental de las personas.
La investigación liderada por científicos chinos apunta a que quienes consumen de forma habitual alimentos fritos, particularmente papas fritas, están expuestos a un 12% más de riesgos a padecer ansiedad, así como también un 7% a la depresión. El hallazgo se dio de forma más preponderante en los participantes masculinos y jóvenes.
La dañina sustancia de los alimentos fritos
Específicamente sería la acrilamida, sustancia presente en alimentos con almidón, la principal responsable que provoca una mayor exposición a estos padecimientos de salud mental.
“Demostramos que la exposición a largo plazo a la acrilamida induce comportamientos similares a la ansiedad y la depresión a través de la neuroinflamación mediada por el estrés oxidativo”, plantea el artículo, publicado en la revista Proceedings of The National Academy of Sciences (PNAS).
De acuerdo a información de CNN en Español, los autores usaron los datos de 140.728 participantes en un periodo de 11,3 años. En el transcurso de su investigación, decidieron sacar a aquellas personas que habían recibido el diagnóstico de depresión en los primeros dos años. Luego, entre los participantes que comían alimentos fritos, hallaron que 8.000 de ellos tenían ansiedad y 12.000 estaban con depresión.
Entre todos los sujetos que estuvieron en el análisis, se determinó que los hombres jóvenes presentaban más posibilidades de comer habitualmente más de una porción de comida frita.
Para tener más evidencia, el equipo científico también se apoyó en un estudio anterior que puso en contacto un modelo del pez cebra con la acrilamida, la sustancia presente en la comida frita.
Ese experimento reflejó que la exposición constante a este compuesto llegó a afectar la sociabilidad y exploración de estos peces, puesto que nadaban por lugares oscuros, alejados del resto de sus pares, siendo que son seres vivos sociales y es común que anden en grupo. Aquello es posible equipararlo a la ansiedad y depresión en los humanos, de acuerdo a los especialistas.
Cabe destacar que los investigadores de China enfatizaron que los descubrimientos del artículo son preliminares y que el vínculo entre alimentos fritos y la salud mental es algo que debe seguir siendo examinado desde la ciencia. De momento, indicaron a CNN en Español que es recomendable que las personas procuren no comer alimentos fritos en exceso para velar por el cuidado de la salud mental y física.