Cómo dejar de morderte las uñas, según una prometedora técnica para disminuir los actos repetitivos
Un grupo de especialistas desarrolló una estrategia sencilla para evitar actos repetitivos centrados en el cuerpo. Estos fueron sus resultados.
Para algunas personas, factores como el estrés y la ansiedad, entre otros, pueden llevar a que realicen actos repetitivos como morderse las uñas, tocarse bruscamente la piel y tirarse continuamente el pelo.
Aquello puede generar múltiples consecuencias en la salud y ser síntoma de un diagnóstico más grande, por lo que siempre es recomendable la atención médica para evaluar cada caso particular.
Si bien, ese es un punto clave, también hay investigadores que se han dedicado a analizar esta área, para así desarrollar estrategias para que los pacientes disminuyan estas conductas. En este sentido, un estudio realizado por expertos de Alemania y Canadá presentó resultados prometedores.
Cómo es la técnica que promete disminuir los actos repetitivos
En su trabajo, publicado esta semana en JAMA Dermatology, los investigadores compartieron una técnica sencilla dirigida principalmente hacia a las personas que padecen conductas repetitivas centradas en el cuerpo (BFRB, por sus siglas en inglés).
La estrategia consiste en hacer un reemplazo de hábitos, lo que se traduce —en este caso específico— en frotar suavemente las yemas de los dedos, la palma de la mano o el dorso del brazo al menos unas dos veces al día.
Según informaciones rescatadas por Infobae a partir del documento, cerca de un 53% de los participantes en el estudio presentaron efectos positivos, mientras que en el grupo de control lo vieron solo en un 20%.
Pese a que no todos mostraron mejoras frente a estas situaciones, el autor principal de la investigación, Steffen Moritz del Centro Médico Universitario Hamburgo-Eppendorf, explicó que tocar suavemente el cuerpo es lo esencial, por lo que en ciertas situaciones de estrés se puede aumentar la rapidez, pero no la presión que se ejerce.
Bajo esta línea, destacó que los efectos más notables se vieron en quienes tienden a morderse las uñas, a diferencia de los participantes con otras conductas repetitivas.
El experimento tuvo una duración de seis semanas y reunió 268 personas con síntomas de tricotilomanía (arrancarse el cabello), de morderse las uñas o de hacerse daño en la cara interna de las mejillas.
Así, dividieron aleatoriamente en dos grupos.
Los participantes del primero recibieron un manual y un video en el que se les enseñó la mencionada técnica, con el propósito de que la aplicaran cuando sintieran la necesidad de hacer tales actos.
Por otro lado, a los del segundo se les dijo que estaban en lista de espera para recibir un tratamiento y recién se les hizo la capacitación cuando se terminó el estudio.
Tras finalizar, cerca de un 80% mostró satisfacción con la técnica, mientras que un 86% aseguró que la recomendaría a un amigo.
A pesar de aquello, los autores subrayaron que su estrategia aún requiere de mayor validación científica.
En qué se basaron para desarrollar su estrategia
El equipos se basó en otros métodos conductuales que suelen usarse para tratar los comportamientos repetitivos centrados en el cuerpo, tales como la reversión de hábitos y el desacoplamiento.
La psicóloga especializada en esta área del Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de Harvard, Natasha Bailen, explicó a NBC News que con el primero se busca que los pacientes presenten “respuestas contrarias”.
“Podrían consistir, por ejemplo, en cerrar los puños con mucha fuerza cuando siente deseos de arrancarse el cabello o rascarse la piel. Podría estar sentado en sus manos”, aclaró refiriéndose a la reversión de hábitos.
Respecto al desacoplamiento, Moritz detalló que consiste en eliminar un hábito haciendo un movimiento similar, pero modificándolo al final. Es decir, hipotéticamente, si sientes la necesidad de morderte la uña, cuando acerques la mano a tu rostro puedes dirigir tus dedos a las orejas en vez de a la boca.
No obstante, subrayó que la técnica planteada en el artículo de JAMA Dermatology se diferencia porque busca sustituir la sensación que se quiere obtener mediante un acto que no es perjudicial, como el tocarse suavemente el cuerpo.
“Diría que entre un tercio y la mitad de los pacientes con BFRB se favorecen del desacoplamiento, pero el resto no”, declaró al citado medio, “la idea era hallar otra técnica que quizás sea más apropiada para estos que no responden”.
Sin embargo, tanto él como sus colegas enfatizaron que su investigación tiene varias limitaciones. Entre ellas, se encuentra que reclutaron a los participantes solo a través de redes sociales, que no tenían diagnósticos confirmados y que la muestra no era diversa, ya que la mayoría eran mujeres blancas en sus 30 años.
Revisa un video explicativo de los autores haciendo click en este enlace.
Cabe recalcar que siempre es recomendable visitar un médico para evaluar cada caso en particular y las mejores formas de tratarlo.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.