En 1987 ya sonaban las alarmas de que la capa de ozono, que protegía a la Tierra de la radiación ultravioleta del Sol, tenía un agujero que amenazaba dejar de amparar la atmósfera del planeta y causar desastres en la vida humana. De esta manera, se firmó un acuerdo global, llamado el Protocolo de Montreal, donde los países del mundo se comprometían a eliminar gradualmente las sustancias químicas que debilitaban la capa.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirmó que este pacto ha tenido éxito y que la capa de ozono se está recuperando, tanto así que se prevé que regrese a los niveles de concentraciones de la década de 1980 en el año 2066 sobre la Antártica, en 2045 en el Ártico e, incluso, en 2040 en el resto del planeta.
La colaboración de naciones de todo el mundo
El último informe del panel de evaluación científica para el Protocolo de Montreal, elabora un informe que se publica cada cuatro años. En el último, se pudo constatar que se eliminó de forma progresiva casi el 99% de las sustancias que desgastan la capa de ozono.
Y es que se trata del primer tratado de la ONU que logró una ratificación universal, lo que se traduce en los excelentes resultados, pues evidencia que una acción internacional rápida y en conjunto puede funcionar para evitar las crisis ambientales. De hecho, se catalogó como el primer gran éxito ambiental de escala mundial.
“Es un ejemplo de las cosas positivas que se pueden conseguir con el consenso y esfuerzo de todos”, dijo Javier Cacho, físico, divulgador científico y autor del libro Antártida: El agujero de ozono al diario La Vanguardia. El especialista considera que el agujero en la capa de ozono fue un golpe en la conciencia de las personas, pues se comprendió que las acciones personales tenían efecto global, en todo el planeta.
Las latas de aerosol, refrigeradores, aislamiento de espuma y acondicionadores de aire devoraban la capa de ozono por los clorofluorocarbonos (CFC), por lo que en la actualidad su fabricación y empleo están prohibidos.
¿Qué pasaría si la capa de ozono se destruye?
La capa de ozono funciona como un bloqueador solar para el planeta. Absorbe la radiación ultravioleta del sol, incluídos los dañinos rayos UVB. Si es que no existiera esta protección, aumentarían los riesgos de padecer cáncer de piel, cataratas y tener daños en el sistema inmunológico.
Pero también es un riesgo para otras especies, pues se podría destruir la vida marina y se romperían las cadenas alimenticias, provocando hambruna en humanos y en la vida silvestre debido al menor rendimiento de los cultivos. En el peor de los casos, provocaría que la Tierra sea completamente inhabitable.
