Un recinto penitenciario de 36.500 metros cuadrados en Saran, Francia, sería el nuevo hogar del chileno Nicolás Zepeda, quien fue condenado por segunda vez como culpable del asesinato de Narumi Kurosaki, la joven japonesa con quien sostuvo una relación en 2014.
Se trata de Orleans-Saran, la segunda prisión de Zepeda, después de haber solicitado que lo movieran de la primera en Besançon —donde fue encerrado en 2020— tras denunciar malos tratos.
“Viví cosas horribles (...) Para un chileno que está solo es muy difícil defenderse. Es muy difícil sobrevivir cuando dependes de ese guardia que te odia”, había relatado el imputado en el nuevo juicio donde buscó su libertad.
Por ello, la justicia francesa aprobó mover a Zepeda de la cárcel de Besançon a la de Orleans-Saran. Y, tras no haber logrado demostrar su inocencia en el juicio de apelación y ser culpado nuevamente como el asesino de Narumi, este último recinto será donde el chileno podría pasar los próximos 28 años de su vida cumpliendo condena.
Cómo es la cárcel donde Nicolás Zepeda cumplirá su condena
El centro penitenciario de Orleans-Saran está funcionando desde el año 2014 y, según establece en su página web, cuenta con equipos modernos “para apoyar un programa de preparación para la liberación de los presos, pero también para ofrecer mejores condiciones de trabajo para el personal y de acogida para las familias”.
Esta prisión tiene siete edificios en total, con una capacidad de 768 personas. De ellas, 420 son plazas para hombres que están en prisión preventiva, 210 para hombres que están cumpliendo su efectiva condena, 30 plazas para mujeres en prisión preventiva y una zona de “semi liberación” de 60.
Además, cuenta con un servicio médico-psicológico de 18 plazas, una unidad sanitaria —que es dependiente del hospital regional de Orleans— y cinco unidades de vida familiar, que permitirá a los detenidos recibir a familiares “en intimidad” por un período de hasta 60 horas para ayudarlos a “integrarse”.
El recinto está construido sobre 36.500 metros cuadrados, de los cuales 2.000 están reservados para talleres de trabajo voluntario que realizan los presos.
También cuenta con salas de informática, gimnasio, biblioteca y campos deportivos. Esto, según Christiane Taubira, quien entonces era ministra de Justicia, para que el tiempo de prisión de los presos sea útil y les permita prepararse mejor para su liberación.
Según el Ministerio de Justicia de Francia, los arquitectos que diseñaron la cárcel “se esforzaron mucho en aportar luz exterior, dar sensación de volumen y ofrecer numerosos espacios verdes”.
La idea es que tengan “condiciones de detención dignas, con celdas individuales de más de diez metros cuadrados y celdas dobles de 12 metros cuadrados, todas equipadas con un rincón sanitario para heridos y duchas”.
Para Taubira, este tipo de prisión es un orgullo y un ejemplo: “El encarcelamiento debe realizarse en las mejores condiciones para ayudar a los detenidos a reintegrarse mejor en la sociedad y escapar del camino de la delincuencia”, aseguró en un video publicado en el canal de YouTube de su ministerio.