Empezaron a decirles “zombies”, porque al consumir fentanilo , sus cuerpos comienzan a actuar de forma lenta, torpe, casi sin consciencia, mientras doblan sus piernas y brazos.
Esta poderosa droga sintética ha sido la causa de muerte de al menos 70.000 personas en 2022, según el Instituto Nacional de Abuso de Droga de Estados Unidos. Y es que, aunque se creó a mediados de los noventa, su consumo explotó con la pandemia.
Su “popularidad” se debe a su similitud con la morfina y porque es mucho más barato. Según un reportaje de El País, todo habría comenzado en EE.UU., cuando algunas farmacéuticas “inundaron” consultas con unas pastillas llamadas Oxycontin, un opioide que prometía aliviar el dolor y que se utilizaba en cirugías de corazón.
Pero sin darse cuenta, en las calles se comenzó a crear un ejército de adictos que aumentaba la ya establecida epidemia de los opiáceos, solo que ahora circulaba una droga mucho más poderosa que tenía la capacidad de matar por sobredosis a 2.000 personas a la semana.
Al principio, importaban fentanilo desde China, pero según el periodista de investigación Sam Quinones, después de que Pekín prohibiera la venta, las mafias narcotraficantes de Joaquín Guzmán y El Chapo fueron convencidas por un químico para comenzar a producirlo en masa. Pero el gran problema es que nunca supieron lo potente que era, y comenzaron a matar a sus clientes.
“Parte del problema, entonces y ahora, es que los traficantes no saben cómo usarlo ni cómo cortarlo”.
Después de que arrestaran a “El Cerebro”, el hombre que convenció a los narcos de vender fentanilo, él declaró a la policía que les había advertido que los polvos había que diluirlos hasta 50 veces antes de venderlos, instrucciones que aparentemente nunca llegaron a los camellos.
Y por si fuera poco, hace años dejaron de vender fentanilo “puro”: empezaron a mezclarlo con restos de cocaína o metanfetamina, porque así es más barato. Si las personas no morían por sobredosis, terminaban adictas a sustancias que no tenían idea que estaban consumiendo.
“No solo buscaban aumentar sus beneficios, los traficantes también estaban interesados en crear adictos”, aseguró el periodista.
¿Cómo es tener una adicción al fentanilo? ¿Qué es lo que sienten sus usuarios? Estos son los testimonios de algunos adictos.
Cómo es tener una adicción al fentanilo
Personas aisladas, a las que la gente prefiere evitar e incluso les tiene miedo por su aspecto, reacciones y movimientos. Algo así es el perfil de un adicto o adicta al fentanilo, pues su apariencia comienza a desgastarse con el uso de la droga y, como todo consumo problemático, termina con la imposibilidad de conseguir un trabajo y llevar una vida “normal”.
El fentanilo se puede utilizar como inyectable —lo que aumenta las probabilidades de contagiarse enfermedades, como el VIH, al compartir jeringas— en pastillas, en parches y en polvo que se mezcla en gotitas sobre un papel secante.
También se suele mezclar en envases de gotas para los ojos y rociadores nasales.
Según un reportaje de CIPER —que reveló que el fentanilo ya ha ingresado a Chile en 2021— un gramo de fentanilo es 50 y hasta 100 veces más potente que la heroína y la morfina y tan solo 2 miligramos puede ser letal.
“Yo busco fentanilo. Persigo autos que venden fentanilo, porque es la única droga que me hace sentir algo. Pero es un gran problema, porque es tan poderosa que las personas que están limpias por años y recaen, terminan con sobredosis”, le dijo un joven, con la voz balbuceante y movimientos espasmódicos, a un periodista de la BBC.
Un youtuber español, Zazza, también conversó con un usuario de fentanilo estadounidense, quien se encontraba drogado en el momento. “La gente viene aquí porque la droga es barata. Por eso la gente está jodida, si te soy sincero. Cuando teníamos ‘buena droga’, todo iba bien”, le dijo el joven.
“Mi madre murió de sobredosis frente a mí. Tengo 21 años. Mi único hermano murió de esto. Esta mierda mata a todo el mundo. Ya no tengo familia por culpa de esto”.
Entonces el hombre que lo entrevistaba le preguntó si era capaz de dejar la droga.
“Sí, no lo hago por hacerlo. No me malinterpretes. Le prometí a mi madre, hablo con ella todos los días. No estoy loco, solo escucho a mi madre”, continuó diciendo. “Yo lo hago porque es mi mejor solución”.
Según el Instituto Nacional de Abuso de Drogas, el fentanilo actúa uniéndose a los receptores opioides que se encuentran en áreas del cerebro que controlan el dolor y las emociones. Y, al igual que pasa con otras drogas, cada vez que se consume, el cerebro se acostumbra y la sensibilidad disminuye.
Los efectos que provoca el fentanilo son: felicidad extrema, aletargamiento, náuseas, confusión, estreñimiento, sedación, problemas para respirar y pérdida del conocimiento.
Cuando hay sobredosis, la respiración se puede volver excesivamente lenta o detenerse por completo, lo que puede provocar que no llegue suficiente oxígeno al cerebro y causar coma, daños permanentes en el cerebro y la muerte.