Tenía 18 años cuando, además de enterarse que estaba embarazada, los médicos le dijeron que tenía VIH. Era 2001 en Kenia, y el mundo de Juliet Otieno cambió para siempre. En especial, porque se trataba de una enfermedad muy estigmatizada y, por la falta de información, creía que era el diagnóstico de una muerte segura.

La mujer recordó que le dieron un papel que tenía un sello con la palabra “POSITIVO” en mayúsculas.

“Lloré durante media hora. La gente no quería que me asociaran con el VIH, y yo tampoco lo quería”, le contó a The New York Times.

Desde su primera aparición en la década de los 80, el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) se convirtió en una preocupación de salud pública a nivel global.

Y ha sido un tema controversial pues, en un inicio, se asociaba la enfermedad con personas de la comunidad LGBTQ+, drogadictos y trabajadores sexuales.

No obstante, personajes como Freddie Mercury y la Princesa Diana, además de los médicos y científicos que comenzaron a estudiar el VIH para encontrar un tratamiento o cura, comenzaron a visibilizar y educar sobre él.

La princesa Diana dándole la mano a un paciente con sida.

Y es que muchas personas incluso creían que, sí o sí, el diagnóstico anunciaba que la persona padecería pronto del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), la etapa de infección más avanzada del VIH, donde el sistema inmune está gravemente dañado y el cuerpo ya no puede defenderse contra enfermedades.

Ahora, en 2025, el mundo ha cambiado y los arduos estudios han rendido frutos: quienes son diagnosticados con VIH de manera temprana, pueden iniciar un tratamiento, ser indetectables y vivir por muchos años más, como una persona corriente.

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta finales de 2023, unas 39.9 millones de personas en el mundo viven con VIH.

Qué es el VIH

El VIH son las siglas del Virus de la Inmunodeficiencia Humana.

Según explicaron desde Mayo Clinic, es un virus que ataca el sistema inmunológico y que, por tanto, debilita las defensas del cuerpo contra infecciones y enfermedades.

Se transmite a través del contacto con la sangre, semen, fluidos vaginales y otros líquidos corporales durante las relaciones sexuales, uso compartido de agujas o de madre a hijo durante el embarazo, parto o lactancia.

El VIH no es lo mismo que el SIDA. Este último es la etapa más grave de la enfermedad, donde la persona se vuelve vulnerable a todo tipo de infecciones y enfermedades, dado que su sistema inmune está demasiado debilitado.

Cómo es vivir con VIH y qué tratamientos existen actualmente

Cómo es vivir con VIH

Cuando Juliet Otieno fue diagnosticada con VIH, en 2001, justamente se había instaurado la terapia antirretroviral que había demostrado tener una eficacia en el tratamiento de la enfermedad.

Pero el problema es que era excesivamente caro.

Según Médicos Sin Fronteras, un año de tratamiento costaba entre 10.000 y 15.000 dólares (más de 10 millones de pesos chilenos).

Entonces, a ella, que estaba embarazada, le recetaron Septrin, un antibiótico que servía para prevenir las infecciones que podía adquirir a raíz del VIH. Pero como se sentía avergonzada de tener la enfermedad, no quiso que su familia se enterara, así que botó los medicamentos a la basura.

Lamentablemente, su bebé falleció a los cinco meses de nacido, probablemente porque contrajo el virus de la madre y padeció una neumonía fulminante que su cuerpo no pudo combatir.

En paralelo, los activistas luchaban para democratizar el acceso a la terapia retroviral: exigían a las farmacéuticas que redujeran los precios de los medicamentos. Y así, lograron que en 2003, el tratamiento costara 1.200 dólares (cerca de 1 millón de pesos chilenos).

Ahora, en 2018, el costo es de menos de 100 dólares (menos de 96.000 pesos chilenos aprox.).

Cómo es vivir con VIH y qué tratamientos existen actualmente

Juliet Otieno comenzó su tratamiento antirretroviral en 2005, cuatro años después de su diagnóstico. Para ella, fue una segunda oportunidad de vida y decidió tomarse en serio su tratamiento.

Por ello, también quiso, con mucha valentía, contarle a su madre la verdad. Y el apoyo de su familia fue fundamental para continuar con su vida, pese al estigma y los efectos secundarios del medicamento.

En julio de 2021, 20 años después, la mujer dio a luz a un niño sano, el virus está bajo control gracias a la terapia antirretroviral, y vive su vida feliz y tranquila.

Qué tratamientos existen para el VIH

A medida que el VIH comenzó a visibilizarse, los gobiernos y organizaciones internacionales empezaron también a comprometerse con la lucha contra la enfermedad.

No obstante, continúa existiendo un estigma sobre el virus, lo que ha hecho que el desafío para la sociedad y para los diagnosticados sea difícil. De ahí, la importancia de informarse y conocer más sobre este virus, que hoy cuenta con un tratamiento efectivo.

En paralelo, los científicos están trabajando para encontrar una cura, y hay algunos avances esperanzadores: en un estudio publicado en la revista Nature, el 5 de marzo de 2019, una persona fue curada de la enfermedad.

El caso fue descrito como una “remisión a largo plazo”, después de haber efectuado trasplantes de médula ósea a los pacientes con la infección.

A partir de ahí, más personas han sido curadas.

Cómo es vivir con VIH y qué tratamientos existen actualmente

Según le dijo al NYT Steve Deeks, especialista en SIDA de la Universidad de California, “hay una suerte de esperanza abrumadora en el aire. Todo el enfoque de una cura está cambiando de ser una aspiración a algo que la gente se está dando cuenta que puede ser viable”.

Esto no significa que la cura del VIH esté a la vuelta de la esquina y que los pacientes infectados deban dejar de tomar sus medicamentos, pero sí que los avances médicos están yendo por buen camino.

Lo que tranquiliza a los médicos sobre esta epidemia global es que muchas personas que han accedido a los tratamientos actuales están en “remisión”: esto significa que el virus está bajo control en el cuerpo, al igual que los síntomas y daño al sistema inmune.

Es decir, el tratamiento antirretroviral puede lograr que la cantidad de virus en el cuerpo de una persona contagiada sea tan baja, que es indetectable en las pruebas y, por tanto, que no sea posible que transmita el virus a otra persona.