Las esponjas de cocina son de esas herramientas indispensables en el hogar, ya que es con lo que sacamos la suciedad de platos, cubiertos, tazas y vasos.

Sin embargo, muchos desconocen que también son el ambiente perfecto para que las bacterias crezcan debido a la humedad, calor y restos de comida acumulada.

Un caldo de cultivo para las bacterias

En 2017, un equipo liderado por Markus Egert, microbiólogo de la Universidad de Furtwangen (Alemania), investigó en profundidad el número de gérmenes que viven en ese tipo de utensilios, según recoge la BBC.

Los hallazgos fueron sorprendentes: tras analizar 14 esponjas hallaron más de 360 microbios diferentes. Entre ellas destacó Moraxella osloensis, una bacteria que provoca mal olor y podría generar infecciones en humanos, especialmente en personas con un sistema inmunológico debilitado.

“Nuestro trabajo demostró que las esponjas de cocina albergan una mayor diversidad bacteriana de lo que se creía”, dijeron los autores del estudio.

La suciedad acumulada, el calor y la humedad, contribuyen a que las esponjas tengan bacterias.

Eso no es todo. Según notaron los investigadores, algunas acciones recurrentes, como sumergirlas en agua caliente o ponerlas en el microondas, no ayudan en nada a arreglar la situación.

La razón es que, al someterlas a esos procesos, ciertas bacterias logran ser eliminadas, pero otras mucho más resistentes aumentan.

“Las medidas de limpieza podrían conducir a una especie de proceso de selección, donde las pocas supervivientes pueden volver a crecer hasta alcanzar un gran número”, explicó Egert al medio británico.

“Si se repite esto un par de veces, podría resultar en una selección de bacterias mejor adaptadas a la limpieza”, agregó el investigador.

Otros expertos, como Jennifer Quinlan, han intentado enfatizar que las bacterias de esponjas son, en su mayoría, inofensivas para la salud.

También en 2017, la profesora de seguridad alimentaria en la Universidad Prairie View A&M (Estados Unidos) publicó un estudio donde se analizaron las esponjas de cocina usadas en hogares de Filadelfia.

Uno de los hallazgos fue que entre el 1% y el 2% de las esponjas tenían bacterias vinculadas a intoxicaciones alimentarias en seres humanos. Eso sí, la cantidad de bacterias que podía causar un problema a la salud era mínima.

Las esponjas, diseñadas para sacar la suciedad de otros aparatos, son uno de los elementos más usados en las cocinas tradicionales.

Cómo limpiar las esponjas

Según Philip Tierno, profesor de microbiología y patología del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, es estrictamente necesario someter a procesos de limpieza a las esponjas de cocina.

De no hacerlo, solo se estará cubriendo a los platos con una capa de microbios.

Desde la visión de Tierno, también autor del libro La vida secreta de los gérmenes, un método que puede ser de ayuda es elaborar una solución mezclando nueve partes de agua y una de lejía.

Posterior a eso, con los guantes puestos, hay que derramar la mezcla sobre la esponja y esperar entre 10 a 30 segundos. Una vez que haya transcurrido el tiempo, se debe apretar la esponja para eliminar el exceso de líquido y permitir que se seque.

El equipo de investigadores alemanes, por otra parte, ha sugerido que hay una solución mucho más sencilla para evitar la carga bacteriana de las esponjas: cambiarlas con regularidad.

“Sugerimos un reemplazo regular (y asequible) de las esponjas de cocina, por ejemplo, semanalmente”, dijeron en su estudio.