En el mundo, hay datos fascinantes de animales. ¿Quién sabría que hay 20.000 especies de abejas, que los jaguares son misteriosamente atraídos por el perfume o que existe un pez que no ha evolucionado y sigue teniendo la misma forma que cuando existían los dinosaurios?
Todos estos son secretos del mundo animal, que solo quienes sienten una ávida pasión por ellos pueden dedicar su vida entera investigándolos y que su día a día comprenda eso: buscarlos, observarlos a detalle, entrar en su hábitat para conocer sus verdaderas personalidades.
Esos científicos y científicas son con quienes trabajó Brooke Barker, una escritora e ilustradora estadounidense, que en su nuevo libro ¿Cómo piden pizza las suricatas? reveló no solo los secretos de los animales, sino también de los apasionados investigadores, que son capaces hasta de oler excremento para conocer los datos más extraños de la fauna del planeta.
Cada científico tiene un animal con el que está obsesionado
Brooke Barker tiene 35 años y es de Portland, Oregón. Es redactora publicitaria y, un día, descubrió que los gusanos tenían cinco corazones. Intentó usarlo en un comercial, pero sus colegas pensaron que era “extraño” y lo descartaron. Aún así, comenzó a leer más y más datos curiosos de animales sin parar.
Se los guardaba para ella misma, hasta que un artista propuso un desafío en Instagram: dibujar una ilustración por 100 días. Era su oportunidad, así que Brooke optó por contar sus descubrimientos en un perfil que creó, bajo el nombre de Sad Animal Facts (Lamentables Datos Animales), donde finalmente encontró un público que estaba más que intrigado por todos los secretos de animales que no conocían.
Así se llamó su primer libro, seguido de Lamentables Datos Animales (Bebés), donde cuenta datos tristes sobre los animales, pero pequeños, de una forma humorística, pues es la naturaleza la que los hace, de alguna manera, cómicamente vulnerables. Por ejemplo, ¿sabías que los elefantes recién nacidos no tienen control de sus propias trompas?
Pero ahora, su vida dio un giro de 360 grados, pues pudo conocer a los científicos que son los que descubren en primera persona todos estos datos que pocos saben sobre el mundo animal. En su nuevo libro, ¿Cómo piden pizza las suricatas?, no solo nos cuenta lo que queremos saber, sino la curiosidad sobre cómo se obtienen.
—Hace algunos años, leí acerca de un estudio en el que los investigadores colocaron pequeños chalecos en ratas, y cuando busqué fotos de los chalecos, solo surgieron más preguntas. ¿Quién había cosido los chalecos? ¿Habían estudiado diseño de moda o eran científicos dueños de una máquina de coser? ¿Cuántos chalecos hicieron antes de que aterrizaran en un diseño que se adaptara a las ratas?—cuenta la autora, en conversación con La Tercera.
—Siempre escuchamos hechos sobre qué tan rápido puede correr un guepardo, pero no siempre escuchamos cómo es salir con un cronómetro y medir el tiempo de un guepardo. Me interesaban especialmente detalles como estos, sobre cómo es un día normal para estos expertos en animales.
Y, sorpresa, detrás de todos los descubrimientos hay un grupo de científicos que viven y respiran a sus animales favoritos: suricatas, como en el título, cangrejos yeti, abejas, cuervos, macacos y varios más, todos con sus particulares, tristes, asombrosos y curiosos secretos.
Incluso, Chile está presente en el libro, pues hay un mosquito llamado Belgica antarctica que es la obsesión de un científico, que para lograr encontrarla, tiene que pasar por el país y después embarcarse con destino a la base Palmer, en el norte del círculo polar antártico.
Un libro para todas las edades con un potente mensaje
¿Cómo piden pizza las suricatas? es un libro ilustrado de no ficción, fácil de leer y para lectores de todas las edades. Mientras vas conociendo los datos de los animales, es imposible no querer salir corriendo para contarle a todos los secretos de animales que nunca nos imaginamos.
¿Te imaginaste alguna vez saber que a los jaguares les fascina el olor de una colonia de Calvin Klein para hombres? Probablemente no, pero, ¿cómo podrían haberlo descubierto? Los jaguares son animales muy tímidos y difíciles de estudiar.
Entonces, los científicos entrenan perros con el olor de la caca de jaguar para poder encontrarlos y estudiarlos de cerca, y ahí fue cuando se dieron cuenta que les gustaba el olor al perfume. Ahora, rocían sus cámaras con la fragancia para poder atraerlos y poder sacar algunas fotos, y así ayudar a entenderlos, pues son una especie en peligro de extinción.
Este es otro punto importante. La autora le cuenta a La Tercera que se considera una amante de los animales y que también ama a las personas que los aman como ella. Y en esta línea es que los científicos, además de contarnos los secretos de sus animales favoritos, también alertan sobre los peligros que sufren las especies, en especial las que están en peligro de extinción y las que se ven afectadas por el cambio climático.
A través del humor, la ilustración, los colores y el texto, está el mensaje de entender otra formas de vida, de ver cómo se relacionan los animales, cómo viven, cómo actúan, la personalidad que tienen.
—Me encantan los animales porque nos muestran que no hay una forma correcta o incorrecta de ser. Los humanos tenemos muchas reglas sobre cuán ruidosos, limpios y peludos se supone que debemos ser. Queremos tener el tamaño justo y la cantidad justa de agresividad, sociabilidad y actividad—dice Brooke a LT.
Además, está muy presente el mensaje del papel que tenemos los humanos para cuidarlos, quererlos, respetarlos, para que sigan dándonos material de datos extraños que disfrutemos leyendo en libros como éste.
¿Te quedó la intriga de cómo piden pizza las suricatas? Tendrás que leer el libro, que lo puedes encontrar aquí.