Probablemente has escuchado que salir de la zona de confort es necesario para aprender, crecer y alcanzar el éxito y la felicidad. Pero en la práctica, es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Y es que no todas las personas cuentan con las herramientas para salir de la rutina y luchar por desafíos más grandes.
Pero en la cultura japonesa —que desde la antigüedad, suele entregar lecciones valiosas sobre la vida al resto del mundo— existe la filosofía Kaizen, una mirada que ayuda a las personas a alcanzar grandes beneficios, pero haciendo acciones pequeñas.
Así es cómo puedes practicar este método Kaizen para cumplir tus objetivos y acercarte más a la felicidad y el éxito.
Cómo practicar el método Kaizen
Esta filosofía japonesa suele ser utilizada en las empresas, no obstante, se puede aplicar a todos los aspectos de la vida. Debes seguir cuatro pasos que son flexibles y que puedes ir moldeando, a medida que vas notando cambios en tu vida.
No obstante, se trata de un método que busca alcanzar logros a largo plazo, por lo que la paciencia será una virtud necesaria para no abandonar el proceso en el camino.
Estos son los pasos guía para practicar el método Kaizen:
- Planear. El primer paso será establecer tu meta (que puede ser muy ambiciosa o algo muy sencillo) y trazar un plan compuesto por pasos pequeños que te llevarán a lograrlo. Por ejemplo, si quieres hacer más ejercicio, pero pasas mucho tiempo trabajando, puedes añadir pequeños paseos en tu tiempo libre, como en la hora de almuerzo, o entrar a trabajar 15 minutos antes para disponer de ese tiempo para moverte más.
- Hacer. Una vez trazado tu plan, es momento de comenzar a implementar los pequeños cambios. En esta etapa, será bueno documentar y así poder hacer un seguimiento de lo que vas cumpliendo e, incluso, sintiendo cada vez que te adhieres más a tu estrategia.
- Comprobar. Después de varias semanas, es momento de ver qué resultados estás obteniendo y qué ajustes necesitas hacer para lograr cambios efectivos. Puedes revisar el seguimiento que hiciste en el anterior paso, pero es importante no juzgarte si no lograste algún punto.
- Actuar. Es probable que después de varias semanas, hayas incorporado tus pequeños cambios como hábitos de tu vida cotidiana. Si no es así, puedes volver a comenzar sin problema, pues hay que ser perseverante y paciente. En caso de que lo hayas logrado, es un buen momento para proponerte un nuevo cambio.
Para lograr esta práctica con éxito, es clave elegir acciones que no demanden tanto esfuerzo y que, por tanto, no cuesten mantener en el tiempo. Ahí reside la filosofía de que hacer “cambios pequeños” trae “grandes cambios” a largo plazo.