Una ola de contagios está afectando a gran parte de la población. Y es que con el otoño, las bajas temperaturas llegaron con fuerza, proporcionando el ambiente ideal para que nuestros cuerpos se vean más vulnerables a las infecciones por virus y bacterias.
La influenza es una de las infecciones respiratorias que está predominando en las últimas semanas, además del Covid-19 y el resfrío común. Todas ellas provocan síntomas molestos, como congestión nasal, tos, estornudos, dolor muscular y fatiga.
El problema está en que a veces, los cuadros pueden agravarse y requerir hospitalización, por lo que es importante no solo que los pacientes con factores de riesgo se vacunen, sino que todas y todos nos cuidemos de un posible contagio.
¿Cómo? Esto es lo que recomiendan los médicos.
Cómo evitar contagiarse de influenza, resfrío o Covid-19
Las teorías de por qué nos enfermamos más cuando hace frío son muchas. Hay quienes creen que nos encerramos más y no ventilamos lo suficiente, haciendo más factible la proliferación de virus y bacterias, mientras que otros opinan que el frío puede debilitar nuestra mucosa respiratoria y hacerla más vulnerable al contagio.
Ambas están avaladas por la ciencia. Y el consenso de los médicos es que necesitamos un sistema inmune fuerte para poder prevenir y combatir contra las infecciones respiratorias.
De hecho, el primer paso siempre será la prevención: los mejores “remedios” —que han sido repetidos incontables veces por la Organización Mundial de la Salud y por los gobiernos de todo el mundo, en especial en la pandemia— son:
- Lavarse las manos con frecuencia, en especial al llegar a casa de un lugar público, antes de comer, etc.
- Ventilar el hogar, oficina o el espacio donde se esté para evitar la concentración de virus y bacterias.
- Evitar lugares concurridos por muchas personas.
- Utilizar mascarilla en lugares concurridos.
Además, para mantener un sistema inmune sano, la alimentación será nuestro mejor aliado. Si bien darse un gusto de vez en cuando es completamente normal, nuestra dieta debe incluir vitaminas y minerales que nos nutran a diario.
Por ejemplo, los huevos, cereales integrales, legumbres, frutos secos, pescado, entre otros, suelen ser buenas fuentes de zinc, un oligoelemento importante para mantenernos sanos y fuertes.
Por otra parte, la vitamina D también es importante: es la vitamina del sol y, con tantos días nublados, no la podemos absorber como lo haríamos en primavera o verano. Por esto, es importante consumir alimentos ricos en este nutriente o suplementar.
Y, finalmente, está la vitamina C que la obtenemos únicamente a través de nuestra dieta: brócoli, pimientos rojos, cítricos, frutos rojos y zapallo, entre otros, son algunos de los alimentos que podemos incorporar para beneficiarnos de este potente antioxidante que, según algunos estudios, no solo previene las enfermedades respiratorias, sino que también puede ayudar a reducir su duración.