Julián, como muchos jóvenes en Chile, fumaba marihuana en un espacio social. La consumió por primera vez cuando estaba en enseñanza media y ya de adulto, solo lo hacía un par de veces al mes cuando se reunía con sus amigos.
El hombre, que habló con The New York Times, contó que cuando tuvo que mudarse a una ciudad donde no conocía a nadie, empezó a fumar solo para “pasar el rato”: “Se convirtió en mi amigo. Salía del trabajo y fumaba, porque estaba aburrido”. Pronto se dio cuenta que todo lo que hacía estaba relacionado con la hierba y, aunque no le afectaba en su vida laboral, sí lo hacía en el resto.
¿Era posible que se volviera un adicto al cannabis?, se preguntaba el joven. Entonces buscó en Internet la definición de “trastorno por consumo de cannabis” y se dio cuenta que tenía todos los síntomas.
Las personas sí podrían volverse adictas a la marihuana
Al igual que con otras drogas, como el alcohol o la cocaína, las personas pueden volverse adictas al cannabis pese a que sea “una idea errónea común”, afirmó Dana G. Smith, una premiada escritora sobre salud y ciencia y doctora en psicología al Times.
En Chile, según el reporte más reciente del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), el 11,4% de la población consume marihuana. Además, en el último Estudio de Drogas en Población Escolar, se determinó que 18,8% estudiantes de 8° básico a 4° medio la han probado o consumen habitualmente.
“La mayoría de las personas que consumen cannabis no tienen problemas relacionados con su uso y no van a desarrollar un trastorno por su consumo”, tranquilizó la doctora Ayana Jordan, profesora asociada de psiquiatría en N.Y.U Langone Salud. No obstante, hay quienes sí pueden experimentar consecuencias de consumir a largo plazo, en especial si consumen grandes cantidades o tienen una enfermedad subyacente.
¿Cómo saber si soy adicto o adicta?
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, el trastorno por consumo de cannabis estaría presente en una persona que cumpla con al menos dos de los siguientes criterios.
El primero es la pérdida de control, que es utilizar la droga con más frecuencia de lo que pretende, dedicarle mucho tiempo a conseguirla, tener un impulso o anhelo incontrolable de consumir y tratar de parar o reducir el consumo y no poder.
El segundo son consecuencias interpersonales: renunciar a actividades sociales o recreativas para consumir cannabis, experimentar conflictos o peleas como resultados por su consumo y/o incumplir las obligaciones del trabajo o del hogar como resultado de su uso.
En tercer lugar, el uso arriesgado, que se traduce en ponerse en situaciones potencialmente peligrosas para obtener o consumir cannabis y el uso continúo a pesar de experimentar efectos físicos o psicológicos negativos.
El cuarto es la dependencia física. Es decir, desarrollar tolerancia (tener que consumir para lograr el efecto deseado) y experimentar síntomas de abstinencia cuando se deja de consumir, como insomnio, irritabilidad, ansiedad, estado de ánimo deprimido y disminución del apetito.
¿Cualquier persona que consuma marihuana se vuelve adicta?
No, aunque los especialistas recalcan que existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar trastorno por consumo de cannabis, como ser adolescente.
“Puede ocurrir en todos los grupos etarios, pero es principalmente una enfermedad de adultos jóvenes. Hay evidencia de que cuanto más joven eres al empezar a consumir, más rápido desarrollarás el trastorno y más grave será”, explicó el doctor David Gorelick, profesor de psiquiatría en la Universidad de Maryland.
Además, la depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático o déficit de atención hace que muchas personas se automediquen con marihuana, pero no saben que en realidad estarían desarrollando una dependencia física. Aunque todo depende de la persona: “Si fuma a diario y en grandes cantidades, será difícil no desarrollar tolerancia y abstinencia. Pero es posible no tener un trastorno y consumirlo a diario”, dijo Gorelick.
¿Cómo curarse de una adicción a la marihuana?
El manejo es, en su mayoría, sintomático y terapias psicológicas. Si una persona detecta que es adicta y opta por ir a un psiquiatra, este podría recetarle medicamentos para ayudarle a sobrellevar los síntomas de abstinencia.
La ayuda psicológica también se ha demostrado que es efectiva, pues ayuda a las personas a desarrollar estrategias para sobreponerse ante los antojos y deseos de seguir consumiendo. Además, quienes enfrentan otros problemas psiquiátricos, como la ansiedad y la depresión, podrían verse doblemente beneficiados.
Este fue el camino de Julián. Comenzó a hacer terapia junto a un psicólogo, quien le diagnosticó que tenía ansiedad y le entregó las herramientas para manejar sus sentimientos y emociones de maneras más saludables. El joven confesó que todavía fuma marihuana, pero solo en pocas ocasiones, y destacó que ahora tiene una claridad mental que no había tenido en meses.