Las últimas semanas han estado marcadas por accidentes aéreos en diferentes zonas del mundo, donde la mayoría de sus pasajeros perdieron la vida.
El más catastrófico sucedió el pasado 29 de diciembre en Corea del Sur, donde un avión de la aerolínea Jeju Air se estrelló contra un muro fuera de la pista en el aeropuerto internacional de Muan, a unos 300 kilómetros de Seúl.
De las 181 personas que iban a bordo, 179 murieron, lo que lo convierte en el accidente más mortífero que haya ocurrido en la historia de Corea del Sur.
Un par de días antes del fatal incidente, el 25 de diciembre, un vuelo de Azerbaijan Airlines se desvió de su ruta sobre el mar Caspio y se estrelló cerca de la ciudad de Aktau, en Kazajistán. Según los reportes, el avión fue alcanzado por misiles rusos.
Cómo sobreviven las personas a accidentes aéreos en los que fallece la mayoría
Las tragedias aéreas que han ocurrido en las últimas dos semanas parecen tener algo en común: sus sobrevivientes iban en la sección trasera del avión.
Del accidente de Jeju Airlines, los dos ocupantes que salieron con vida fueron los auxiliares de vuelo que permanecían en la cola del avión, la última parte que recibió el impacto. Se trata de un hombre de 33 años, que sufrió lesiones mayoritariamente en el lado izquierdo de su cuerpo, y una mujer de 25, que fue rescatada con heridas menos graves. Ambos siguen hospitalizados.
Mientras tanto, el incidente de Kazajistán dejó un saldo de 38 muertos de los 67 ocupantes. Los 29 que lograron sobrevivir también iban en los asientos traseros.
“Hay muchas razones por las que alguien puede sobrevivir en lo que parece ser una situación totalmente insalvable”, dijo a The Wall Street Journal Barbara Dunn, presidenta de la Sociedad Internacional de Investigadores de Seguridad Aérea.
Según la experta, uno de los factores que podría influir en la sobrevivencia es dónde va sentado el pasajero.
“Si lleva el cinturón de seguridad apretado, limita la cantidad de movimientos que sufre el cuerpo. También depende de si el pasajero es capaz de asumir una posición de apoyo”, complementó.
En 2015, una investigación de la revista TIME se centró en revisar todos los accidentes aéreos con víctimas fatales y sobrevivientes que se registraron en Estados Unidos entre los años 1985 y 2000. El análisis reveló que los asientos ubicados en el tercio trasero del avión presentaron una tasa de mortalidad general de 32%, mientras que el tercio delantero y tercio medio tenían un 38% y 39% respectivamente.
Sin embargo, los expertos aseguran que la “seguridad” de ciertos asientos no es la misma en todos los accidentes, ya que hay una combinación de otros factores importantes que también entran en juego en esos momentos. Por ejemplo, la manera en que la aeronave toca tierra.
“La rapidez con la que se extienda el fuego y la rapidez con la que se pueda llegar a una salida, todas esas cosas también importan”, dijo Dunn al diario estadounidense.
Otros expertos aseguran que actualmente gran parte de los accidentes aéreos son “superables” y la mayoría de los pasajeros logran sobrevivir a ellos, según CNN.
Desde la década de 1980 las aeronaves se fabrican para aguantar un impacto de 16 G, es decir, una fuerza g de hasta 16 veces la fuerza de gravedad, lo que permite que la gran mayoría de los eventos “es posible sobrevivir al trauma del impacto”, dijo a la cadena estadounidense Ed Galea, académico de ingeniería de seguridad contra incendios en la Universidad de Greenwich.
En el caso específico de Jeju Air, Galea describió el incidente inicial como “sobrevivible”, ya que el avión primero chocó contra un pájaro y aterrizó en la pista sin su tren de aterrizaje.
No obstante, después de eso, colisionó con el muro de hormigón ubicado al fondo de la pista. A raíz de la fuerza del impacto, el avión estalló en llamas.
“Si no se hubiera estrellado contra el obstáculo de hormigón reforzado al final de la pista, es muy posible que la mayoría, si no todos, hubieran sobrevivido”, mencionó Galea.