A menudo escuchamos que hacer actividad física con constancia es uno de los pasos más importantes que podríamos hacer para empezar a cuidar de nuestra salud, en distintos sentidos. Y es que no solo permite conservar un peso idóneo y saludable, sino que también fortalece los huesos, mejora el estado de ánimo y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
Sin embargo, muchas personas podrían no estar totalmente seguras de cómo incorporar de manera adecuada el ejercicio en sus vidas, pues están demasiado ocupadas con el trabajo, los estudios, la vida familiar u otros quehaceres. Ante eso, existe una alternativa que puede ser fácil y sencilla de llevar a cabo en medio de las rutinas diarias.
Se trata del método Vilpa (o así también, actividad física vigorosa e intermitente). En términos sencillos, se trata de una técnica en que se realizan movimientos intensos por un breve periodo de tiempo, para luego tener momentos de descanso.
La buena noticia es que esos movimientos corporales podrían pasar desapercibidos en ciertos momentos del día: van desde correr para alcanzar un bus del transporte público, caminar de manera veloz para llegar a algún lugar e incluso subir rápidamente las escaleras.
Ahora, un reciente estudio realizado por científicos de Australia, España, Dinamarca y otros países, sugiere que realizar 3,4 minutos diarios de este ejercicio podría ser capaz de disminuir hasta un 45% el riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares, en el caso de mujeres sedentarias.
El ejercicio intenso puede aminorar el riesgo de enfermedades cardiovasculares
En su investigación, el equipo liderado por Emmanuel Stamatakis tenía por objetivo explorar “las asociaciones dosis-respuesta de la actividad física vigorosa intermitente en el estilo de vida”, indica la publicación. Así, los científicos utilizaron una muestra de 22.000 personas que no hacían ejercicio regularmente y que en promedio tenían 62 años.
De acuerdo al medio español El País, por una semana los participantes tuvieron que usar un acelerómetro de muñeca, con el fin de evaluar y medir la cantidad de este ejercicio que realizaban. Asimismo, también se contempló hacerles un seguimiento durante ocho años.
Los resultados indicaron que, a nivel general, la aplicación del método Vilpa consiguió reducir el riesgo de enfrentar enfermedades cardiovasculares. Otros hallazgos fueron que se logró aminorar un 51% en infarto de miocardio y 67% en insuficiencia cardíaca. Sin embargo, estas asociaciones solo se encontraron en mujeres y que tenían una vida sedentaria.
“Entre los no deportistas, pequeñas cantidades de Vilpa se asociaron con un riesgo sustancialmente menor de infarto de miocardio e insuficiencia cardíaca en las mujeres, pero no en los hombres”, indican los autores.
Por lo anterior, la actividad vigorosa e intermitente “puede ser un objetivo de actividad física prometedor para la prevención de enfermedades cardiovasculares en mujeres que no quieren o no pueden hacer ejercicio”.
Emmanuel Stamatakis, autor principal del estudio, aseguró al medio español que una de las hipótesis que manejan es que si el Vilpa es efectuado con frecuencia por las personas, podría incluso mejorar la capacidad cardiorrespiratoria. Esto es, la aptitud que tienen los sistemas circulatorio y respiratorio para abastecer de oxígeno a los músculos esqueléticos durante la actividad física.
Sin embargo, algunos especialistas tienen ciertas reticencias con los hallazgos del estudio. Manuel Anguita, cardiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), explicó al citado medio que no se debe pensar que solo un poco de actividad física, será suficiente.
Para experto, el Vilpa podría ser un poco valioso en el caso de que no se haga ningún tipo de ejercicio. Sin embargo, recalca que “cuanto más, mucho mejor”.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguran que la cantidad de movimientos que se realicen en el día va a depender de la edad. En niños y adolescentes (5 a 17 años) sugieren dedicar 60 minutos diarios a actividades aeróbicas intensas y en adultos (18 a 64 años) durante 75 a 150 minutos al día.
En otra investigación, publicada en 2022 y que también fue encabezada por Stamatakis, se identificó que dedicar tres a cuatro minutos diarios del método Vilpa podía aminorar la mortalidad hasta un 28%.