
Cómo volver a ejercitarse y no fallar en el intento
Si eres de los que en algún momento entrenó con regularidad y ahora no sabe cómo hacerlo, o simplemente siempre te ha costado el deporte, no está todo perdido. Estas estrategias pueden ser de ayuda en el proceso de volver a entrenar.
Hacer ejercicio es para algunos una decisión incómoda pero necesaria. La falta de tiempo, la desmotivación y el cansancio que aparece tras la jornada laboral, son solo algunos de los factores que provocan que dejemos ese hábito de lado de vez en cuando.
Sin embargo, los estudios y los especialistas han demostrado por un largo tiempo que mantenerse en movimiento puede aportar múltiples beneficios en la salud, como menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y distintos tipos de cáncer, una mejor calidad del sueño por la noche y control del peso. También se le ha asociado a menor estrés y reducción en los síntomas síntomas de depresión y ansiedad.
Si eres de los que en algún momento entrenó con regularidad y ahora no sabe cómo volver, o simplemente siempre te ha costado el deporte, aún no está todo perdido.
Según explicaron expertos a The Washington Post, estas son algunas de las estrategias que pueden ser de utilidad para comenzar a ejercitarse otra vez.

Cómo empezar una rutina de ejercicios
1. Empieza de a poco
En la actividad física, el secreto es la constancia. Cedric Bryant, presidente y director científico del Consejo Americano del Ejercicio, señaló al medio estadounidense que es ideal partir “con un ritmo bajo”, y luego, aumentarlo de manera gradual.
“Piensa en hacer entre la mitad y dos tercios de lo que hacías antes de pasar por un período prolongado de inactividad y observa cómo responde tu cuerpo”, agregó el experto.
Algo que se debe tener en cuenta es que no es necesario ejercitarse hasta quedar totalmente agotado. Los especialistas dicen que incluso pequeñas sesiones de entrenamientos, que incrementen el ritmo cardíaco, puede ser beneficioso.
Una señal de que te estás exigiendo más de lo necesario es que no puedas hablar mientras entrenas, asegura Bryant. Lo normal es que un par de horas después del entrenamiento sientas que podrías realizar otra sesión, pero si no, también es un indicio de que te excediste.
2. Tener un entrenamiento equilibrado
Una rutina que tenga acondicionamiento aeróbico, entrenamiento de fuerza y de movilidad, es otra estrategia clave en este proceso, dado que eso permitirá estar libre de lesiones y mantenerse saludable en el largo plazo.
La fisioterapeuta Femi Betiku mencionó a The Washington Post que, al enfocarse exclusivamente en el entrenamiento de resistencia, es probable que en algún momento aparezca una lesión muscular. Concentrarse solo en la flexibilidad tampoco será beneficioso, ya que no tendrás “la fuerza suficiente para realizar ciertos movimientos”, dijo Betiku.
Para conseguir ese equilibrio, la recomendación de los especialistas es añadir entrenamiento de fuerza y estiramiento a una rutina que ya se concentra en el cardio. Otra opción es buscar una disciplina que reúna esos tres elementos, como el pilates.

3. Descubre una actividad que sea de tu agrado
Más de alguien ha intentado practicar un deporte y, en el camino, no se convence del todo o siente que lo hace obligado.
Si ese es tu caso, lo mejor es atreverse a probar otro tipo de disciplinas hasta encontrar la que más se adapte a tus gustos y sientas que realmente te encante. Cuando eso ocurra, será mucho más fácil ser constante en el largo plazo.
Según los expertos, algo que también puede ser de ayuda es observar tus horarios y reflexionar cuál es el que podría servirte más para ejercitarte: un entrenamiento por la mañana para tener más energía, uno al mediodía para lidiar con la somnolencia de la tarde o uno nocturno para quitarse el estrés que enfrentaste en el día.
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