Cuando lo observamos, es muy difícil que no sepamos de qué se trata. Lo podemos identificar en el supermercado o al caminar por la calle, pues es habitual que esté estampado en contenedores o en el exterior de una larga lista de productos que adquirimos en el mercado.

Hablamos del símbolo del reciclaje, algo que está presente en los envases de artículos de distinto material para indicar que pueden ser reciclados. Su objetivo, en el fondo, es comunicar a personas de todas las edades que esos desechos pueden ser utilizados de mejor manera, en lugar de simplemente ser enviados al montón de basura que se acumula a diario.

Se compone de tres flechas que se alcanzan entre sí de forma infinita, donde se supone que cada una representa una palabra con R: reciclar, reducir y reutilizar. Es asociado a una tonalidad verde, pero la realidad es que podría variar según cada contexto.

Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál es el origen de este logotipo tan usado hoy en día?

Cuál es el origen del símbolo del reciclaje

En abril de 1970 se celebró el primer Día Mundial de la Tierra, luego de que el senador y activista Gaylord Nelson impulsara la iniciativa como una forma de generar más conciencia por el cuidado del planeta y los problemas medioambientales.

Bajo ese panorama, ese mismo año la Corporación de Contenedores de América (CCA), fabricante de cajas en Estados Unidos, había decidido lanzar un concurso donde los postulantes tenían que crear un intrigante símbolo que fuera capaz de representar el papel reciclado.

El sitio donde se difundió el concurso fue en las universidades estadounidenses, pues se creía que se sentirían atraídos los estudiantes de diseño y carreras afines. Según explica la BBC, el cartel señalaba que el ícono ganador tendría la posibilidad de transformarse en algo de dominio público, por lo que si una compañía deseaba usarlo para hacer referencia al reciclaje, podría hacerlo.

En 1970, Gary Anderson creó el reconocido ícono del reciclaje que se sigue usando hasta la actualidad.

Gary Anderson, quien tenía 23 años y era estudiante de arquitectura de la Universidad del Sur de California, vio el cartel en su casa de estudios. De inmediato se animó a participar. Haciendo todo a mano, se inspiró en el anillo o círculo de Möbius, que corresponde a una superficie de una sola cara y borde.

El universitario diseñó tres logotipos en total, pero eran todos similares y con la misma inspiración. Unas semanas después de haber presentado sus creaciones llegó la buena noticia: uno de sus dibujos se había coronado con el primer lugar en el concurso.

Sin saberlo, su obra trascendió tanto que después de cincuenta años sigue siendo vigente, adquirió fama mundial y difícilmente alguien podría no reconocerlo. Anderson comentó a la cadena británica que si bien estaba feliz cuando ganó, no sintió tanta sorpresa al enterarse, probablemente “por la arrogancia de la juventud”.

Durante muchos años el joven se desligó de su creación y no supo qué había sido de ella. Con los 2.500 dólares que ganó se fue a estudiar a Suecia, y tras regresar a su país natal, decidió no incorporar en su currículum que había sido el creador del logotipo.

Mientras tanto, el ícono estaba siendo usado por varias empresas, dado que no estaba registrado con el nombre de Anderson y era considerado de uso público.

El ícono del reciclaje consiste en tres flechas que se alcanzan entre sí. Su creación estuvo inspirada en el círculo de Möbius.

Fue a fines de la década de 1970 que el estadounidense se enteró de la enorme importancia que estaba teniendo su diseño. Un día de vacaciones, mientras caminaba por las calles de Ámsterdam, se topó con unos grandes depósitos de reciclaje que tenían puesto el símbolo. “Fue realmente asombroso verlos a una escala tan grande y en un país extranjero”, dijo al citado medio.

En estas cinco décadas, el símbolo inventado por Anderson es algo único y que se supone que permite distinguir un objeto reciclable del que no lo es. Sin embargo, lo que también ha sucedido es que el símbolo ha pasado a ser un poco explotado y mal utilizado en algunos casos, si se le compara con el objetivo inicial con que fue diseñado.

El problema del uso del símbolo de reciclaje

Según consigna un artículo de The New York Times, la Agencia de Protección del Medioambiente (EPA, por sus siglas en inglés), está buscando que el símbolo se retire de aquellos plásticos que son muy difíciles de someter al reciclaje y que este sea reemplazado por un triángulo normal.

La idea es que con este cambio se pueda mitigar el trabajo que tienen actualmente los centros de reciclaje, en relación a aquellos plásticos que requieren esfuerzos muy adicionales para ser reciclados o que no pueden ser parte del proceso.

De acuerdo al mismo medio, Jennie Romer, administradora asistente adjunta para la Prevención de la Contaminación de la EPA, ha asegurado que el símbolo del reciclaje puede ser “engañoso y equívoco” para los usuarios que están optando por reciclar. Y es que sucede que algunos fabricantes de plástico confunden el ícono del reciclaje con el código de identificación de resina, que permite determinar la resina plástica que tiene cada artículo.

En esa línea, Romer afirmó que “no todos los códigos de resina pueden reciclarse actualmente en Estados Unidos”. Al final lo que ocurre es que la etiqueta que indica “reciclaje” termina siendo mal utilizada y los consumidores llevan productos que no pueden ser aprovechados en el proceso.

Según la EPA, el símbolo del reciclaje no debería ser usado en algunos plásticos.

Entre diciembre y abril, la EPA junto a organizaciones ambientalistas enviaron reclamos a la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) donde han apuntado que el mal uso de este reconocido símbolo ha estado impulsando una crisis de residuos plásticos.

Eso sí, la agencia medioambiental no desea que el ícono deje de ser usado por completo, sino que las empresas cumplan un estándar más elevado para poder usarlo en el exterior de sus productos.

Anderson dice comprender lo que ocurre y que cuando lo diseñó no deseaba que el concepto malinterpretara ocurre ahora con algunos productos. “Debía ser un símbolo general que dijera: ‘Oye, esto es reciclado, esto ha sido reciclado o es algo que puedes reciclar’. Eso es lo que debía ser”, aseguró a The New York Times.