Estar sentado por un largo periodo de tiempo, ya sea para descansar, ver televisión o conducir, es una práctica que muchos han hecho alguna vez en su vida.
Sin embargo, aquello que parece poco dañino podría tener efectos directos en la salud. De acuerdo a un estudio publicado a mediados de septiembre en la revista JAMA (Journal of the American Medical Association), las conductas sedentarias están asociadas significativamente a un mayor riesgo de demencia, específicamente, en adultos mayores.
Cabe recordar que la demencia es un término que engloba a varias enfermedades que afectan el pensamiento, la memoria y la capacidad para realizar actividades. El Alzheimer es la forma más común de demencia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El sedentarismo aumenta el riesgo de demencia
El reciente estudio, encabezado por científicos de la Universidad del Sur de California (USC) y la Universidad Arizona de Estados Unidos, detalla que los adultos mayores que pasaban más de 10 horas al día sentados presentaban más incidencia de sufrir demencia.
Otro hallazgo importante plantea que la forma en que se refleja el comportamiento sedentario no es tan importante como el total de horas en que esto ocurre.
Lo anterior se traduce en que si los adultos mayores pasaban sentados por varias horas seguidas o de forma intermitente a lo largo del día, de todas maneras el sedentarismo estaba asociado a más exposición a la demencia, si se daba por más de 10 horas.
“Muchos de nosotros estamos familiarizados con el consejo común de interrumpir largos periodos de estar sentado levantándonos aproximadamente cada 30 minutos para ponernos de pie o caminar”, señala en un comunicado David Raichlen, académico ciencias biológicas y antropología de la USC y uno de los autores del estudio.
“Queríamos ver si ese tipo de patrones están asociados con el riesgo de demencia. Descubrimos que una vez que se tiene en cuenta el tiempo total de sedentarismo, la duración de los períodos sedentarios individuales realmente no importaba”, añade.
En promedio, destaca el estudio, los estadounidenses pasan sentados diariamente 9,5 horas y media.
Cómo se hizo la investigación
En su estudio, los científicos se sustentaron en datos reunidos por UK Biobank, base biomédica que posee la información genética y de salud de medio millón de residentes del Reino Unido.
A raíz de un subestudio del biobanco, alrededor de 100.000 adultos habían aceptado usar un acelerómetro en su muñeca por las 24 horas que duraba el día. Luego, los investigadores decidieron enfocarse en una muestra de 49.841 participantes mayores de 60 años que vivían en Inglaterra, Escocia y Gales, pues ellos no habían presentado un diagnóstico de demencia cuando había partido el estudio.
“El seguimiento comenzó en el momento de usar el acelerómetro (febrero de 2013 a diciembre de 2015) y continuó hasta septiembre de 2021 en Inglaterra, julio de 2021 en Escocia y febrero de 2018 en Gales”, indica la publicación.
Con la ayuda de un algoritmo de aprendizaje automático, los expertos fueron examinando los datos que brindaba el acelerómetro y procedieron a catalogar los diferentes tipos de actividad física que hacían los individuos.
Según se explica en un comunicado del estudio, los datos obtenidos del acelerómetro permitieron calibrar el tiempo que los participantes pasaban realizando conductas sedentarias.
Otra herramienta utilizada, después de que finalizó el seguimiento, fueron los registros médicos de pacientes internados en hospitales y los registros de defunción, con el fin de identificar la cantidad de individuos con la patología. Así, hallaron 414 casos con algún tipo de demencia.
En los resultados, los investigadores detallan que si bien presentar altos niveles de sedentarismo producía un riesgo mayor de este deterioro de la capacidad cognitiva, también habían algunos niveles específicos de sedentarismo que no se vinculaban con la afección.
Los expertos de la USC concluyen con que es fundamental realizar a largo plazo más estudios sobre este tópico, para así poder identificar la causalidad de la relación “entre el comportamiento sedentario y el riesgo de demencia”.
“Nos sorprendió descubrir que el riesgo de demencia comienza a aumentar rápidamente después de 10 horas de sedentarismo cada día, independientemente de cómo se haya acumulado el tiempo sedentario”, plantea Gene Alexander, académico de psicología y psiquiatría del Instituto del Cerebro Evelyn F. McKnight de la Universidad de Arizona.
“Esto sugiere que es el tiempo total de sedentarismo lo que impulsó la relación entre el comportamiento sedentario y el riesgo de demencia, pero, lo que es más importante, niveles más bajos de comportamiento sedentario, hasta alrededor de 10 horas, no se asociaron con un mayor riesgo”, sentencia Alexander.