Sentarse en una habitación pequeña, sudar por el vapor y el calor y estar casi sin ropa. De esta manera, los diplomáticos de Finlandia debaten temas profundos de política desde hace varios años. Y es que se trata de una antigua tradición finlandesa muy propia de la cultura del país que ahora se está replicando en otras naciones, como en Reino Unido.
“Consiste en generar confianza y forjar amistades”, afirmó Heli Suominen, consejera de prensa de la embajada de Finlandia en Reino Unido a la BBC. De hecho, dijo que no estar completamente vestido ayuda porque “todo el mundo es igual” y es mucho más fácil olvidar los papeles y títulos para poder llegar a hablar temas con mayor profundidad.
“Es bastante peculiar no ir vestido y no poder confiar también en tu aspecto y en la percepción que crees que tu homólogo puede tener de ti”, declaró Federico Bianchi, diplomático que trabaja para la Unión Europea en Londres. “Sólo tienes las palabras desnudas y lo que dices”, agregó.
Además, el calor y la sudoración relaja el cuerpo, reduce las tensiones y genera confianza, lo cual beneficia que las relaciones se estrechen con mayor facilidad que, por ejemplo, conversar al estar sentado en una sala de oficina o en una elegante recepción.
La “diplomacia de sauna”
James Landale, periodista de la BBC, decidió unirse a la nueva sociedad de saunas de la embajada de Finlandia en Londres para conocer en primera persona cómo funciona el sauna de hombres.
Según cuenta, el procedimiento es sencillo: los diplomáticos finlandeses invitan a los contactos con los que quieren conversar a la embajada de Reino Unido. Después de un intercambio de copas, las mujeres se dirigen al sauna y, cuando terminan su conversación, es el turno de los hombres. Al final, nuevamente se reúnen para tomar otra copa y comer algún plato. Landale reconoció que el proceso es como un “networking al desnudo” y que pareciera cumplir su objetivo.
Además, especificó que existen reglas claras: primero una ducha y te vistes con un bañador o una toalla. Los hombres entran con los hombres y las mujeres con mujeres, pues no son espacios mixtos. Al entrar a la cabina, te dan una “toalla para el trasero” y así protegerte del calor al sentarte. El termómetro comienza a marcar los 80 grados y comienzas a sudar y charlar. Las barreras se rompen rápidamente.
No es un espacio sexual
Suominen aclaró que, aunque muchas personas puedan pensar que los saunas tengan alguna relación con el sexo, esto “decididamente” no es así en Finlandia: “Para nosotros, es casi sagrado que sea un espacio seguro para todos. El objetivo del sauna es que todo el mundo se sienta cómodo y respetado”.
Y es que este tipo de diplomacia no funciona en todos los países, pues muchas culturas no están acostumbradas a la desnudez en público. “Hay algo muy íntimo en estar apretujado en un espacio pequeño y poco iluminado con otros cinco hombres. Pero cuando se les pregunta si alguien se siente incómodo, nadie dice que sí”, aclaró Jandale.