Es martes, apenas comienza la semana y en horas en que muchos comienzan una nueva jornada de trabajo, es probable que para amenizar la jornada escuchemos algún tipo de música que ayude a enfocarnos en nuestras tareas. Sin embargo, ni el rock, música clásica, jazz, pop ni menos el reggaeton son alternativas que nos ayuden a mejorar nuestro día laboral.
Esto según un artículo publicado en Popular Science, donde menciona las distintas evidencias que revelan cómo la música de videojuegos es la ideal para la concentración, productividad y eficiencia en términos de trabajo y estudio.
Existen varias razones para elegir música de videojuegos sobre tu álbum favorito, como la ausencia de letras. En 2012, una investigación reveló que poner música de fondo con letras tenía más posibilidades de distracción, tanto en un entorno laboral como en el estudio, mientras que canciones sin letra hacen a las personas más eficientes, aumentando su rendimiento y atención. La música de videojuegos, continua y sin palabras, se ajusta a ese requerimiento.
Pero si estás pensando en que cualquier tipo de música orquestada, soundtrack de película o sin letras sirve, los temas de videojuegos tienen otro aspecto positivo: están específicamente diseñados para ser escuchadas una y otra vez, sin distraernos en nuestro esfuerzo por pasar una etapa en Mario Bros, salvar a Zelda o recorrer los eternos parajes de Skyrim. La idea es que la música de videojuegos sea emocionante, atractiva y se ajuste a la temática del título, sin olvidar que generalmente debe ser repetitiva y debe mantener al jugador involucrado y concentrado en su labor, sin que llegue al hastío.
Por ello, si alguien requiere terminar un trabajo en poco tiempo o se encuentra en un proceso creativo lo mejor es seleccionar algún tema de ritmo rápido (como algún Mario), o si se trata de alguien particularmente nervioso, algún tema de videojuegos calmado es lo más aconsejable (como el OST de The Last of Us).
Lo bueno es que a diferencia de 15 o 20 años atrás, la música de videojuegos está disponible ampliamente en internet. En YouTube y Spotify existen amplias bibliotecas con la banda sonora original de cientos de clásicos, y finalmente sólo quedan las preferencias particulares de cada uno. En 2010, un estudio en estudiantes de escuelas primarias reveló que si bien la música relajante podía mejorar el rendimiento en pruebas de memoria y matemáticas, la música percibida como agresiva los distraía.