En noviembre de 2017, Mike Hughes, un conductor de limosinas con conocimientos mecánicos y ferviente defensor de la teoría de la Tierra plana, anunció la construcción de un cohete para ver con sus propios ojos el supuesto engaño que por años ha mantenido cegada a la humanidad: que en realidad la Tierra no es redonda.
Ahora, tras algunas suspensiones por permisos y problemas técnicos, Hughes finalmente lo consiguió. Este sábado, en el desierto de Mojave en EE.UU., el arriesgado aventurero se elevó cerca de 600 metros con un precario cohete y de esta forma cumplió la primera parte del "programa espacial terraplanista", un proyecto que tiene como próximo objetivo alcanzar 110 kilómetros sobre la Tierra. Mientras tanto, en su aterrizaje sufrió algunas lesiones menores que no requirieron hospitalización.
No se trata del primer intento de Hughes, ya que en 2014 afirmó haber lanzado un cohete casero no tripulado, aunque no existe registro de ello y tampoco pudo recuperarlo posteriormente.
El objetivo del final del proyecto es alcanzar los 13 mil metros de altura, poco más que un avión comercial, buscando desmentir a la ciencia y la Nasa.
Fuente: AP