Se sabe que en distintas partes del mundo, y hasta en Chile, existen fallas de miles de metros de profundidad y cientos de kilómetros de largo.
En simples palabras, las fallas geológicas son fisuras en la superficie de la Tierra que, según su actividad sísmica, pueden tener riesgo de provocar un terremoto importante o una ruptura de la superficie de forma repentina y abrupta.
Y aunque en general suelen estar sobre la superficie terrestre, un nuevo hallazgo de un equipo de geocientíficos de la Universidad de Toronto —publicado en la revista Geophysical Research Letters— encontró que las fallas submarinas (las que están en el océano) están “desgarrando” la placa oceánica del Pacífico.
¿Qué significa esto y cómo nos afectará?
Las fallas submarinas que están desgarrando la placa oceánica del Pacífico
Según explicaron los científicos, en el fondo del Océano Pacífico hay una placa tectónica —compuesta por extensas mesetas suboceánicas (que se formaron hace millones de años)— que tiene grandes fallas.
Con fuerza, estas fallas estarían “desgarrando” el fondo del océano.
“Se pensaba que, como las mesetas suboceánicas son más gruesas, deberían ser más fuertes”, explicó Erkan Gün, investigador del departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Toronto y uno de los autores del artículo.
“Pero nuestros modelos y datos sísmicos muestran que en realidad es lo contrario: las mesetas son más débiles”.
Para entender mejor la situación, imagina una mesa que tiene un mantel encima. El mantel sería la placa tectónica, y las mesetas subocéanicas los parches de tela más débiles y propensos a rasgarse con el movimiento.
“Ahora sabemos que el daño de esta falla está desgarrando el centro de una placa oceánica, y esto podría estar relacionado con la actividad sísmica y el vulcanismo. Un nuevo hallazgo como éste anula lo que hemos entendido y enseñado sobre la Tierra activa”, afirmó el académico y también autor del estudio, Russell Pysklywec.
No obstante, el grupo de científicos reconoció que no pueden estar completamente seguros, dado que las mesetas están a miles de metros de profundidad del océano y es difícil enviar barcos de investigación para recolectar información.
Además, acotaron que “la teoría no está escrita en piedra y todavía estamos descubriendo cosas nuevas. (El estudio) muestra que todavía existen misterios radicales incluso sobre el gran funcionamiento de nuestro planeta en evolución”.