Un grupo de arqueólogos descubrió, en una tumba egipcia de hace 3.200 años, el que podría ser el queso más antiguo del mundo, contaminado con los restos de una bacteria mortal para el ser humano.
El hallazgo fue realizado en la tumba de Ptames, alcalde de la antigua ciudad egipcia de Memphis, y funcionario de alto rango en el reinado de los faraones Sethi I y Ramsés II (1290 - 1213 a.C.), descubierta en 1885, saqueada a fines del siglo XIX, y redescubierta en 2010.
De acuerdo al estudio publicado en la revista Analytical Chemistry, allí se encontraron una serie de jarros rotos, y en uno de ellos se descubrió una sustancia blanquecina solidificada, cubierto por una tela de lona que se cree, fue utilizada para preservar su contenido.
Posteriormente y tras disolver la muestra, los científicos analizaron sus componentes, revelando que se trataba de un producto lácteo obtenido de la mezcla de leche de oveja o cabra y vaca.
"Las características de la tela de lona, que indican que era adecuada para contener un sólido en lugar de un líquido, y la ausencia de otros marcadores específicos, respaldan el hecho que el producto lácteo era un queso sólido", dijeron los investigadores.
Por otro lado, los restos de la muestra de queso sugieren que estaba contaminada con "Brucella melitensis", bacteria que causa la brucelosis, enfermedad que puede infectar al ganado vacuno, cabras, camellos, perros y cerdos. La bacteria se puede diseminar a los humanos si la persona entra en contacto con carne infectada, con la placenta de animales infectados o si bebe leche o come queso sin pasteurizar. Si no es tratada a tiempo, puede ser mortal para los seres humanos.
Si se confirma el análisis preliminar de los investigadores, también podría tratarse de la primera evidencia de esta enfermedad en la historia.