En apariencia, son dos mujeres muy distintas. Pero hay algo fundamental que las une: el poder. Susan Sontag, escritora, novelista, filósofa y ensayista, fue una de las intelectuales de más peso de su generación. Anna Wintour, la editora de la revista Vogue, es la mujer que, sin contrapeso, dicta lo que está y no está de moda en el mundo.
Juntar la obra de Sontag y el estilo de la Wintour no era sencillo. Quizás sólo podía suceder en un lugar: The Met Gala. Es el evento más glamoroso del año en Nueva York, uno que concentra a políticos, intelectuales, empresarios, actrices, modelos; en fin, a todos aquellos que conforman la elite de la ciudad donde lo único que sobra es poder. Tanto es así, que la cita inspiró el documental "The First Monday in May", de Andrew Rossi, que rápidamente se convirtió en un pieza de culto.
Organizada por el Costume Institute del Met, la gala se celebra desde hace 48 años sagradamente el primer lunes de mayo. Es también la fiesta que abre la exposición anual que el museo dedica a la moda, algunas de las cuales han estado entre las más visitadas de la temporada. Especial éxito tuvo, por ejemplo, la dedicada al diseñador Alexander McQueen, que todavía es una de las 10 más vistas de toda la historia del Museo Metropolitano.
Si bien la Met Gala ha sido siempre un acontecimiento, fue en 1995 cuando se nombró a Anna Wintour copresidenta del evento. Entonces comenzó a adquirir una fama sin precendentes. A convertirse en una suerte de liturgia de la elite. Por eso, en 2014 el museo no dudó en rebautizar la sala del Costume Institute con el nombre de la editora de Vogue. La ceremonia contó con la presencia de la entonces primera dama, Michelle Obama; algo que habla del poder de la Wintour.
La elegida
Todos los años es un acontecimiento el momento que se da a conocer el tema de la gala. Y en un giro novedoso, este 2019 estará dedicado a Susan Sontag, específicamente a su ensayo "Notas sobre lo camp", que publicó en 1964 y rápidamente se convirtió en un referente cultural de la época.
La elección no podía ser mejor. Primero por Susan Sontag. Ella fue una de las primeras que se atrevió a cruzar la línea de la alta cultura, esa confinada a unos pocos, y expandirla a ambientes más populares. Para eso no sólo comenzó a escribir de cine, música popular y arte moderno como elementos esenciales de la cultura, sino que también se aventuró a publicar sus ensayos en revistas como Vogue, Life, Time y otras que sus pares rechazaban por frívolas.
Pero la idea de Sontag era clara. Ella sabía que esas revistas le permitían impactar de verdad; y, además, hacerlo con estilo. El efecto fue inmediato. Con sólo 31 años, Time la nombra la intelectual joven más talentosa de Manhattan y la convierte en una estrella. Tenía todos los atributos. Irradiaba una mezcla irresistible de intelecto, modernidad, sexo y belleza. Muchos cayeron en sus redes. Jasper Johns, Bobby Kennedy y Warren Beatty, por mencionar algunos. Pero ella, al final, optó por emparejarse con Annie Leibovitz, la célebre fotógrafa, otro ícono de la época.
Algunos dicen que la Sontag fue la primera "It girl" de la historia, término que acuñó el escritor inglés Rudyard Kipling, en su cuento Mrs Bathurst: al describir a la protagonista, dice que su atractivo no está sólo en su belleza ni en su forma de hablar o vestir, "simplemente ella tenía eso". De ahí el término "It" comenzó a usarse como símbolo de atracción absoluta.
Entonces no es raro que Anna Wintour, la reina del glamour, el estilo, la que decide hoy quién es "It", haya puesto los ojos en Susan Sontag para la gala del próximo lunes. Pero no sólo había encontrado el personaje perfecto; también el tema: CAMP.
In y out
Apenas lo publicó, causó un tremendo efecto y, sin quererlo, "Notas sobre lo camp" se convirtió casi en un manual de estilo de vida. Si algo era camp o no, era lo mismo que si estaba in o out.
No se trata de un ensayo fácil de digerir, y la Sontag advierte que lo camp es muy difícil de describir. Pero aclara que es, sobre todo, un concepto estético. Pero basado en el amor a lo exagerado, el ser impropio de las cosas. "El sello de lo camp es lo extravagante", dictamina Sontag. Y lanza una suerte de catálogo de películas, vestidos, canciones, novelas, edificios y personas que personifican el estilo camp.
Las lámparas Tiffany, el restaurant Brown Derby, las notas y títulos de The Enquirer, las óperas de Bellini, la película King Kong de Schoedsack, los vestidos de mujer de los años 20, los edificios de Gaudí.
Respecto a quién "es" camp, la cosa es más compleja. Sontag no dice mucho, salvo nombrar a algunos aspirantes a serlo. Sin embargo, deja claro que su personaje camp favorito es el escritor y dramaturgo Oscar Wilde. Y para al menos dejar una pista del asunto, cita un pasaje de una de sus obras que es muy decidor. "Es absurdo dividir a las personas en buenas o malas. Las personas son encantadoras o tediosas".
Muchos después de Sontag han tratado de completar la lista camp. Esta vez el desafío lo toma el MET, cuya exposición abarcará 175 objetos, incluyendo moda, esculturas y pinturas, desde el siglo XVII al presente. Los ojos estarán muy atentos a la propuesta y la mirada del curador Andrew Bolton. Pero tienen algo a su favor: el apoyo de Anna Wintour, alguien que, en estos temas, es difícil de desafiar.
Veremos si la mezcla Sontag & Wintour resulta tan camp como promete.