Netflix sigue apostando por fortalecer su catálogo con series basadas en crímenes reales que estremecieron al mundo. Ahora, la plataforma de streaming acaba de lanzar Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, que aborda el caso de dos hermanos que fueron condenados por el brutal asesinato de sus padres en una opulenta mansión de Beverly Hills, California.
Se trata de la segunda temporada de la antología Monster, creada por Ryan Murphy e Ian Brennan. La primera temporada, lanzada en septiembre de 2022, estuvo enfocada en el asesino en serie Jeffrey Dahmer.
En esta entrega el elenco está constituido por Nicholas Alexander Chavez y Cooper Koch, quienes dan vida a Lyle y Erik, de 21 y 18 años cuando ocurrieron los hechos. Mientras que Chavez es recordado por su rol en la serie Hospital General, Koch participó en la película Swallowed.
Los encargados de interpretar a los padres, José y Mary Louise Menéndez, son el reconocido actor español Javier Bardem y la actriz estadounidense Chlöe Sevigny.
La historia de los Menéndez causó gran impacto en Estados Unidos durante la década de los ‘90 y su juicio fue uno de los primeros en ser transmitido por televisión, lo que permitió que fuera seguido por millones de personas.
A lo largo de diez episodios, la serie lanzada por Netflix explora las dos aristas que se expusieron en los juicios: si los hermanos asesinaron a sus padres para así quedarse con la fortuna de la familia, o si los hechos ocurrieron luego de años de abusos por parte de su progenitor.
Los crímenes de los hermanos Menéndez
De acuerdo a The New York Times, a los 16 años José Menéndez decidió escapar de Cuba luego de que Fidel Castro ascendiera al poder. El destino que eligió para instalarse fue Estados Unidos. Con el paso del tiempo logró convertirse en un exitoso ejecutivo de la industria del entretenimiento y se casó con Mary Louise “Kitty” Andersen, quien era su novia desde su época universitaria.
La pareja tuvo dos hijos: Lyle y Erik. Desde sus primeros años de vida, los niños crecieron rodeados de privilegios. Incluso la mansión donde residían, en Beverly Hills, estaba en uno de los sectores más cotizados.
Pero el 20 de agosto de 1989, una brutal escena ocurrió en el hogar familiar.
Esa noche, mientras miraban televisión en la sala de estar, José y Kitty fueron asesinados a tiros con escopetas de calibre 12. Él recibió seis disparos, mientras que ella diez.
Aparentemente, en esos momentos los Menéndez compraron entradas para ir al cine y también habrían ido a un festival. Esto, con el fin de tener una coartada.
Al día siguiente, los hermanos llamaron a la policía para reportar que, al llegar a la casa, habían encontrado a sus padres muertos.
Inicialmente las sospechas no recayeron en Erik y Lyle. Según la BBC, los investigadores del caso centraron las indagatorias en grupos de mafiosos y personas cercanas al matrimonio.
El interés en los hermanos comenzó cuando mostraron vida llena de lujos, pese a la repentina pérdida de sus progenitores.
Luego vino otra pista clave para esclarecer lo que había sucedido. Erik había confesado los homicidios durante las sesiones con su psicólogo, L. Jerome Oziel, pero también lo había amenazado para evitar que eso se supiera.
Fue Judalon Smyth, la novia del terapeuta, quien alertó a la policía que había escuchado que los hermanos Menéndez habían asesinado a sus padres y que esas conversaciones habían sido grabadas.
Los registros permitieron que los dos hermanos fueran arrestados en 1990 y se les acusara de asesinato.
Durante el juicio, que partió oficialmente en 1993 y que fue transmitido por el canal Court TV, Erik y Lyle confesaron que habían sido los responsables de las muertes y que lo habían hecho en defensa propia, luego de que sufrieran abusos sexuales, físicos y psicológicos.
Según el relato de los hermanos, desde su infancia que su padre los había sometido a episodios de abusos y los había amenazado con matarlos si hablaban. Su madre sabía, pero no intervenía. Andy Cano y Diane Vander Molen, primos de los Menéndez, testificaron en el juicio que también estaban enterados de los hechos.
Los fiscales, en tanto, defendieron otra versión completamente diferente: que los hermanos habían planeado los asesinatos con el fin de quedarse con su patrimonio de 14 millones de dólares.
El juicio llegó a su fin en 1994. Pero como no se consiguió un acuerdo en el veredicto, se ordenó que se debería realizar un nuevo juicio.
En ese segundo juicio, que partió en 1995, se realizó con otras condiciones. Además de no ser transmitido en televisión, el juez Stanley Weisberg impidió que la defensa de los acusados se centrara nuevamente en los testimonios y pruebas de los presuntos abusos que habían sufrido.
Finalmente, en marzo de 1996 Erik y Lyle fueron declarados culpables de dos cargos de asesinato en primer grado y conspiración para cometer asesinato. Se les condenó a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Durante 22 años, cada uno de los sujetos quedó recluido en cárceles separadas. De acuerdo al periodista Robert Sand, que por años ha seguido el caso, tenían contacto a través de cartas e incluso jugaban ajedrez por esa vía.
En 2018 se pudieron reencontrar, luego de que Lyle fuera trasladado desde Mule Creek, al norte de California, a Richard J. Donovan de San Diego, que es la correccional donde está Erik. Según Sand, los hermanos estallaron en llanto en esa reunión. Hoy continúan en prisión.
A más de tres décadas de los hechos, el caso de los Menéndez sigue provocando división por la forma en que fue tratado en el pasado, teniendo en cuenta que los hermanos aseguraban haber sido víctimas de abusos de parte de su padre.
Adicionalmente, han aparecido nuevas pruebas. Sand, quien escribió el libro The Menendez Murders, encontró una carta donde Erik -de entonces 17 años- le relataba a su primo Cano los abusos sexuales que sufría. En 2023 esa misiva fue presentada por los abogados de los hermanos ante la justicia de California, con el fin de que el caso sea nuevamente revisado.
Mientras tanto, la serie documental Menendez + Menudo: Boys Betrayed, lanzada en la plataforma Peacock, mostró nuevas acusaciones hacia el padre de los Menéndez. Se trata de Roy Rosello, exintegrante del grupo puertorriqueño Menudo, quien aseguró que José lo agredió sexualmente cuando tenía 14 años.