Después de haber visto La Bella Durmiente, Cenicienta y todas las historias de princesas cuando era pequeña, Julia Leach, una estadounidense, soñaba con vivir en un castillo verdadero.
La mujer estaba completamente convencida de lo que quería: incluso siendo adulta, leía novelas de época, consiguió un trabajo en una casa histórica en Nueva York donde tenía que vestirse con corsés y vestidos, y nunca desistió de su más grande anhelo.
“Siempre quise vivir en un lugar grande e histórico... con mi familia”, le dijo Julia a The Wall Street Journal.
Y así lo cumplió: a sus 33 años, junto a su pareja Caroline Ibarra, su padre, madre y su hermana decidieron mudarse juntos a un castillo francés que encontraron en Internet: se trataba de una mansión medieval llamada Château de Puy Vidal.
La propiedad estaba ubicada en el departamento de Charente, en Francia, y había sido construida en 1267. Tenía 1.300 metros cuadrados aproximadamente, 88 ventanas, tres torres de piedra, 17 chimeneas y un laberinto, todo por un módico precio de 2.6 millones de dólares.
Todos estaban emocionados por vivir como la realeza. No obstante, cuando finalmente se mudaron al castillo, se dieron cuenta que la realidad estaba absolutamente lejos del cuento de hadas que esperaban vivir.
Esto fue lo que pasó.
La familia estadounidense que se mudó a un castillo francés
Una vez que consiguieron las visas, Julia y Caroline llegaron a su nuevo castillo en Francia que tiene 750 años de antigüedad. Allí, tuvieron que instalar iluminación exterior y explorar el lugar para evitar accidentes como derrumbes —por la antigüedad de la estructura—.
Era marzo de 2022 cuando comenzaron la aventura de vivir y mantener el castillo, que había pertenecido a algún noble francés que evitó ser decapitado.
Estar ahí fue un sueño, pero pronto, Julia se dio cuenta que iba a ser más difícil de lo que creyó en un inicio.
Goteras, atascos de aguas residuales, fuertes tormentas e incluso un pequeño sismo hicieron que los primeros meses en el castillo fueran “desgarradores”.
En lugar de estar en cama, bebiendo vino y disfrutando de un paisaje propio de Orgullo y Prejuicio, Julia tenía que sacar búhos muertos de la torre de su hogar o estar con una pala intentando desatascar el tanque séptico.
Cuando comenzaron a remodelar el lugar, se dieron cuenta de que había graves problemas estructurales, de plomería y electricidad.
Y cuando quisieron poner en marcha las renovaciones, se llevaron la sorpresa de que su castillo era un monumento histórico y, para cualquier cambio, un arquitecto debía hacer una propuesta que el gobierno francés tiene que aprobar.
Según relataron al mismo medio, hasta ahora, han considerado al menos un gasto de 3 millones de dólares. Sin embargo, inicialmente pensaron que ese gasto ascendería solo a 1 millón.
“Se está volviendo completamente inasequible”, aseguró Julia.
Además, cuando comenzó a llegar la familia completa con los muebles y objetos personales que estimaron “apropiados” para un castillo, se dieron cuenta lo mucho que extrañaron un sillón común y moderno, o incluso los utensilios de cocina que tenían en Nueva York.
Y, por si fuera poco, rápidamente entendieron que la población en la que vivían tenía muy pocos turistas, por lo que casi nadie hablaba inglés. Fue por ello que debieron contratar a un profesor que les enseñara francés local a todos los miembros de la familia.
Cómo es vivir en un castillo en pleno 2024
En el castillo Château de Puy Vidal, cada miembro de la familia tiene su propio espacio: Julia, junto a su pareja, se cambian constantemente de habitaciones, el padre de la estadounidense vive solo en el primer piso y su hermana menor, Penélope, tiene su propia torre.
“No podemos alejarnos el uno del otro. Hay una cocina que funciona, no sabemos dónde poner a los invitados, no sabemos cómo alejarnos de los invitados”, contó Julia sobre las complicaciones del espacio de la mansión.
Pero, pese a las adversidades, la mujer relató que “siempre tenemos mucho cuidado de no parecer que nos quejamos”. En especial cuando en el invierno pasado, Francia tuvo uno de los años más lluviosos registrados en décadas.
Hubo inundaciones masivas y un “clima deprimente” que complicó la estadía en el castillo.
Sin embargo, todos salieron adelante y la familia empezó con el negocio Château Life Stays, donde sus seguidores en redes sociales pagaban por alojarse en el castillo y compartir con cada uno de ellos.
Ahora, según contó Julia, ofrecen “retiros inmersivos”: contratan a profesores expertos para que dirijan a grupos pequeños en una exploración de creatividad. Por ejemplo, suelen hacer retiros de yoga, rituales de baile con fuego, talleres de comidas preparadas o incluso ceremonias de té con temática de Alicia en el país de las maravillas.
Y aunque en un inicio el negocio parecía no prosperar, esa realidad cambió. Los cupos que ofrece el equipo The Lady of the Château, como decidieron llamarse en redes sociales, suelen agotarse por completo e incluso tienen “una lista de espera de más de 100 personas”.
“La vida siempre es muy dura, y las cosas románticas y hermosas que ves en Instagram... siempre es mucho trabajo hacerlas realidad”, reflexionó Julia, sobre su estancia en el castillo.
Continuó: “Vivimos en esta era de imágenes hermosas que parecen inalcanzables y te hacen sentir terrible con tu vida… Quiero ayudar a las personas a encontrar la belleza en la vida. Por ejemplo, a través del trabajo”.
Ahora, Julia y su familia se presentan así en redes sociales para atraer a más personas a visitar el palacio, que ya se encuentra de pie y remodelado: “Bienvenidos todos los románticos y soñadores que se unen a este rincón especial de Internet”.
“Únanse a nosotros aquí para inspirarse en nuestro encantador castillo mientras descubrimos qué es exactamente lo que hace que Francia sea tan magnética, aprendemos a lograr la armonía en nuestro hogar multigeneracional, desarrollamos nuestro estudio creativo a través del video y la fotografía y, lo más importante, recibimos a personas de todo el mundo que quieren participar en nuestras experiencias muy especiales”.
“Aquí encontrarás todos los ingredientes para enamorarse de quién eres y crear una vida que ames”.