El complejo de Napoleón: ¿es cierto que las personas bajas tienen problemas de autoestima y son más agresivas?

El llamado “complejo de Napoleón”, también conocido como síndrome del hombre pequeño, es un término empleado por la psicología para hablar comúnmente del complejo de inferioridad.

Describe la idea de que algunas personas de baja estatura podrían compensar su falta de altura desarrollando un comportamiento agresivo, dominante o ambicioso para destacar y superar lo que perciben como una desventaja.

Este concepto tiene su origen en la figura histórica del emperador Napoleón Bonaparte, quien era relativamente bajo (aunque no tanto como se suele exagerar: 1,68 mts.) y logró grandes conquistas y éxito político en Francia.

El término sugiere que su ambición y actitud dominante podrían haber sido una forma de compensar su baja estatura.

Se trata de una disfunción mencionada por primera vez por el psicoanalista vienés Alfred Adler, quien según reporta la BBC aseguró que todos los niños desarrollan sentimientos de inferioridad al estar rodeados de adultos más altos y capaces que ellos.

En su teoría Adler describió el concepto de complejo de inferioridad, donde las personas que se sienten inferiores desarrollan esfuerzos compensatorios para superarlo.

Esto puede llevar a desarrollar una ambición desmesurada o comportamientos de poder y control, para compensar los sentimientos de inadecuación.

A veces estos esfuerzos hacen que las personas se ubiquen en un ficticio pedestal y, desde las alturas, se dirigen a los demás, algo muy típico de las personas que sienten que tienen que encubrir su debilidad. Es la capa exterior de la que habla Alfred Adler.

“Son personas que parecen estar siempre compitiendo e incitan a los demás a demostrar sus fortalezas o capacidades, destacando los errores ajenos para poder reafirmarse a sí mismos. En este caso, se suele hablar de perfiles de personalidad con una profunda inseguridad y una baja autoestima que construyen un sentimiento de superioridad como mecanismo de defensa que les ubica en ese lugar de gran omnipotencia, para evitar experimentar su verdadera fragilidad y desvalorización”, explica en una nota sobre el tema, publicada por El País, la psicóloga y directora del Instituto Superior de Estudios Psicológicos, en Madrid, Maribí Pereira.

Adler descubrió que muchas personas luchan con algún grado de inferioridad y que su comportamiento puede estar influenciado por el intento de compensar o superar esas sensaciones.

A su vez, el complejo de superioridad es una respuesta psicológica en la que una persona intenta mostrarse como superior o dominante para ocultar sus sentimientos de inferioridad subyacente.

Según las investigaciones de Adler, todos los pequeños se sienten inferiores aunque no todos desarrollan la disfunción.

Lance Workman, profesor de psicología en la Universidad del Sur de Gales, explicó a BBC que mucha gente relaciona el complejo de Napoleón con personas bajas, especialmente hombres, que son más agresivos y tienen peor genio.

La idea detrás de esta percepción es que estos individuos compensan la falta de estatura con una personalidad más fuerte.

Workman asegura que no hay base científica que avale esta teoría.

Según dice el psicólogo a BBC, “varios estudios muestran que esto no es más que un mito”.

“Cuando esta creencia fue probada en laboratorio, analizando a hombres altos y bajos, los datos mostraron que los individuos altos tienden a perder los estribos más fácilmente”.

Pero Workman mencionó un rasgo común entre los hombres de baja estatura, un dato que sí respaldan las investigaciones: los celos.

“Los hombres bajos se mostraron más celosos que los de mayor estatura cuando su pareja hablaba con otras personas”.

El académico sintetiza que, de acuerdo a los estudios, puede decirse que el complejo de Napoleón tiene más que ver con ser celoso que con ser agresivo.

Entonces, ¿tienen las personas de baja estatura un complejo de inferioridad?

Workman, que es especialista en psicobiología, dice que los hombres de baja estatura, en particular, pueden sentirse marginados o discriminados.

La explicación radica en lo que se conoce como selección sexual.

“En épocas ancestrales, las mujeres tendían a preferir a hombres más altos, tal vez porque se percibía que eran mejores proveedores o cazadores”, señaló el académico.

Según él, esa percepción ha sido difícil de modificar, aunque hoy en día ya no necesitemos cazadores que traigan comida al hogar.

“La altura se asocia con un estatus elevado, lo que afecta negativamente a los hombres de baja estatura”, explica Workman.

Vince Graff, un periodista de 1,57 metros de altura (20 cm menos que la media de un hombre en Reino Unido), compartió sus dificultades para encontrar pareja en el programa de radio The Why Factor.

“La altura no refleja lo interesante o capaz que es alguien en otros aspectos, pero es lo primero que los demás notan sobre ti”, comentó Graff.

Él comunicador también reconoce haber lidiado con un complejo autoimpuesto que le llevó tiempo comprender.

“No creo que ser bajo te impida lograr cosas en sí mismo; lo que te frena es pensar de esa manera”, asegura.

Por su parte, el doctor Dror Paley, un cirujano ortopédico que realiza procedimientos de alargamiento de piernas en personas de baja estatura, afirma en un artículo de BBC que el complejo de inferioridad asociado a la altura sigue afectando a muchos, incluso después de una intervención quirúrgica.

“Aún tras la operación, algunos siguen sintiéndose bajos, sin importar si realmente lo son o no”, asegura el doctor.

Una investigación realizada en 2024 por la red de científicos, NCD Risk Factor Collaboration, obtuvo una respuesta sorprendente con datos obtenidos entre los años 1985 y 2019.

El estudio mostró cuánto miden los habitantes de cada país del mundo, incluido los chilenos, tanto hombres como mujeres.

A saber, en promedio, la estatura de los hombres chilenos es de 172,9 centímetros, mientras que el de las mujeres chilenas alcanza los 159,4 cms.

De acuerdo a NCD Risk Factor Collaboration, ha existido un natural aumento prolongado en la estatura de ambos sexos entre las casi cuatro décadas que contempla el estudio.

Por un lado, el hombre chileno de 1985 medía en promedio apenas 169,3 centímetros, lo que significa un crecimiento de 3,6 centímetros hasta el año 2019.

Las mujeres del año 85, en tanto, medían en promedio 156,1 centímetros, lo que equivale a un crecimiento similar de 3,3 centímetros hasta el 2019.

En términos generales, el estudio plantea que durante cuatro décadas, hubo un aumento general en la estatura promedio en Chile. Aunque figuran años en que hubo estancamientos en el crecimiento de los chilenos.

Por ejemplo, la estatura promedio de los hombres entre los años 2002-2007 se mantuvo sostenida en 171,6 centímetros.

Mientras que entre las mujeres, el periodo más prolongado sin crecimiento fue durante los años 2005-2008, cuando la altura promedio fue de 158,6 centímetros.

Entre los países latinoamericanos, los datos de NCD Risk Factor Collaboration muestran que Perú figura con los habitantes más bajos de Latinoamérica.

En el país latinoamericano, el hombre promedia una estatura de 166,8 centímetros y las mujeres 154,4 centímetros.

Revisa a continuación la estatura promedio de hombres y mujeres en Latinoamérica, según datos publicados por el estudio de NCD Risk Factor Collaboration:

Hombres

Argentina: 174,8 centímetros

Bolivia: 168,1 centímetros

Brasil: 175,7 centímetros

Chile: 172,9 centímetros

Colombia: 171,9 centímetros

Ecuador: 167,3 centímetros

Paraguay: 173,8 centímetros

Perú: 166,8 centímetros

Uruguay: 174,3 centímetros

Venezuela: 173,5 centímetros

Mujeres

Argentina: 161,2 centímetros

Bolivia: 155,6 centímetros

Brasil: 162,4 centímetros

Chile: 159,4 centímetros

Colombia: 158 centímetros

Ecuador: 155,2 centímetros

Paraguay: 159,8 centímetros

Perú: 154,4 centímetros

Uruguay: 161,6 centímetros

Venezuela: 160 centímetros