Eran pasadas las 13 horas del domingo, cuando la zona central del país comenzó a vivir un fuerte sismo. El evento telúrico se sintió más intensamente en las regiones de Coquimbo, Metropolitana, O’Higgins y Maule, y según informó posteriormente el Centro Sismológico Nacional, alcanzó una magnitud de 5.6.

Algunas de las personas que sintieron el temblor decidieron registrar los segundos exactos en que esto duraba. Poco después, empezaron a salir a la luz las imágenes.

Entre los registros que surgieron hay algunos que muestran cómo se vivió el temblor en un supermercado del sector oriente de la Región Metropolitana. Una buena parte de la mercadería que antes estaba perfectamente ordenada en sus respectivos estantes, cayó rápidamente por lo enérgico que se estaba sintiendo el sismo.

Frascos de café, pepinillos, potes de mayonesa y otros aderezos inundaron los pasillos de ese comercio. Las botellas de vino también se desplomaron con facilidad, dejando vidrios rotos y una gran mancha de líquido que dificultaba el paso.

Según se aprecia en otras imágenes, muchas personas dentro del local decidieron seguir comprando con total tranquilidad pese a que podía ser riesgoso.

Quien se refirió a estos efectos que no se ven con tanta regularidad fue el geógrafo Marcelo Lagos. En entrevista con 24 Horas, el experto cree que estos estragos que se vieron en el supermercado de la capital es algo más bien “puntual”, debido a la intensidad del temblor, pero también que hay ocasiones en que “se nos olvida” que Chile es un país sísmico.

Según lo mencionado por el geógrafo, existen naciones en que las despensas de los supermercados no están organizadas de la misma manera que acá, “a merced de la gravedad” y teniendo en cuenta que podría suceder un temblor o eventualmente un terremoto.

En específico, Lagos hizo hincapié en cómo un Japón se prepara para enfrentar esta posibilidad de que aparezcan estos movimientos bruscos.

El ejemplo de los supermercados en Japón: cómo enfrentan un temblor en el comercio

Cómo Japón se prepara para los temblores

“En otras partes del mundo los productos no están dispuestos así, libremente, a merced de la gravedad. Particularmente en Japón existen protecciones concretas para este tipo de productos”, aseguró el también académico de la Universidad Católica.

Cabe mencionar que, al igual que Chile, Japón está entre los países más sísmicos del mundo debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, por lo que en las últimas décadas han buscado prepararse si es que ocurriera este tipo de desastre.

En particular, una de esas prevenciones ha girado en torno a la infraestructura ya existente y la que se construye.

Una legislación implementada en 1981 permitió instalar estándares de construcción para los edificios en territorio japonés, de acuerdo a información de la agencia EFE. A medida que han pasado los años la ley ha tenido que ser revisada y reforzada, especialmente tras el terremoto de Kobe de 1995.

El ejemplo de los supermercados en Japón: cómo enfrentan un temblor en el comercio. Foto: REUTERS/Tyrone Siu

Siguiendo lo mencionado por Lagos, la preparación del país asiático también se refleja en que al acudir a comercios es posible hallar productos para prevenir efectos físicos al interior del hogar, como caídas de objetos.

“Uno va a Japón, a una tienda de estas típicas tiendas de ferreterías grandes y encuentra el módulo para sismicidad, desde plasticina, el gancho para televisión y el gancho para los muebles de cocina”, aseguró el especialista.

“Todo está pensado para contener movimiento como si viviéramos casi en una embarcación pequeña”, añadió.

Es conocido el registro del terremoto de magnitud 9.1 que azotó a Japón en marzo de 2011, desde un supermercado local. Allí se puede ver cómo las góndolas apenas dejar caer algunos elementos mal ubicados.

Dejando de lado el caso nipón, el geógrafo también quiso destacar que en Chile igualmente hay “normativas y estándares de diseño” para estos gastos y que son robustos.

“En Chile los terremotos en general no matan personas, no cobran vidas, en general son las estructuras mal mantenidas, las estructuras no fiscalizadas, las ampliaciones fuera de norma. En la práctica quienes olviden que vivimos en un país sísmico son quienes pagan las consecuencias”, concluyó.