Hacer el cálculo manual sobre cuánta agua destinar al riego puede resultar complicado. Es por esto que la empresa argentina Kilimo decidió implementar la tecnología en el mundo rural: a través de imágenes satelitales y datos meteorológicos, encontraron la fórmula para indicar a los agricultores con cuánta agua regar sus cultivos y, de esta manera, evitar el despilfarro del vital elemento.
El proceso es simple: después de que la empresa haga los cálculos, el campesino, a través de una aplicación en su teléfono, recibe un mensaje en el que se le informa puntualmente cuántos milímetros de agua necesita para regar y que no se exceda ni en una gota.
Y es que con 300 clientes -que representan hasta 2000 productores- la empresa logró ahorrar un estimado de 50.000 millones de litros de agua, equivalente al agua que utilizan un millón y medio de personas por año. “Se puede ver cómo con poco, se ha logrado mucho”, dijo Jairo Trad, CEO de Kilimo, a Infobae.
Un impacto internacional
“Aunque depende del lugar, en los países en vías de desarrollo se estima que la agricultura utiliza el 80% del agua. Así que, si queremos gestionar esta crisis y adaptarla al cambio climático, el agro es el sector en el que hay que hacer algo”, dijo Trad.
Y es que, gracias a la tecnología que implementa, Kilimo logró ahorrar agua en más de 44 tipos de cultivos, entre ellos maíz, soja, trigo y palta. De hecho, esta última fruta es la que más se caracteriza por consumir agua.
Junto con la industria agricultora, Kilimo está operando no solo en Argentina, sino en México, Chile, Perú, Uruguay y Estados Unidos. En nuestro país, una de las primeras cuencas a la que llegó Kilimo fue la de Maipo, en Santiago.
Esta es una de las más importantes de la capital, pero también una de las más estresadas del país. Y es que con el acotado régimen de lluvia, que disminuyó en cerca del 50%, y con el recargo de la nieve de Los Andes, Maipo estaba en problemas.
Kilimo se encontró con distintas empresas que utilizaban el agua de Maipo y que habían firmado compromisos para ser “neutros en su uso de agua”, es decir, devolverle a la cuenca los recursos que habían explotado. “Tenían el desafío de encontrar cómo hacerlo”, contó Trad, quien finalmente vinculó su software de ahorro de agua con las empresas y lograron su cometido.
“El mercado del agua”
Aunque Trad prefiere llamarlo “modelo de intercambio en el que se compensa el esfuerzo por gestionar mejor el agua”, se generó una especie de “mercado del agua”, donde los agricultores le venden a las empresas el agua que han ahorrado para que estas lo metan en sus cuentas de compensación ambiental.
Y es que el empresario argentino aseguró que a final de año, verifican cuánta agua ahorró cada campesino y le pagan a partir de eso. Comúnmente, cada uno llega a ganar hasta un 30% más de los servicios que le pagó a Kilimo por la aplicación que les permite ahorrar agua, por lo que se trataría de una especie de inversión.
Kilimo fue reconocida como ganadora del Desafío Global de Agua Dulce (Enterprise Global Freshwater Challenge), un premio otorgado por el Fondo Económico Mundial a diez emprendedores del mundo que innovan sobre el cuidado del agua.