La próxima llegada del fenómeno La Niña a Chile está programada para este trimestre (con un 65% de probabilidad) o, a más tardar, en noviembre de este año y enero de 2025 (95%). Así lo anunció la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), cerrando de esta manera la temporada de El Niño en el planeta.
Es decir, este verano ya se podrían sentir los efectos del fenómeno meteorológico entrante en el país. Según los expertos, si es que se llegara a repetir el patrón de sus visitas pasadas, el principal efecto sería una disminución de las precipitaciones en la zona central y sur, mientras que la zona norte podría tener el “invierno altiplánico”, caracterizado por lluvias y aluviones.
Sin embargo, existe una consecuencia adicional que los expertos temen que perjudique a Chile.
Qué podría pasar en Chile con la llegada de La Niña
No será la primera vez que el fenómeno La Niña visite a Chile. De hecho, según el climatólogo de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), Raúl Cordero, las mismas características que promete este fenómeno meteorológico coinciden con una que afectó a la zona central de Chile hace 100 años: la sequía extrema.
Era 1924 cuando una hostil sequía se extendió desde la región de Valparaíso hasta la de Ñuble. Este sería el primer registro de La Niña en el país.
Según la información entregada por el experto, en 1933 también se registraron bajas precipitaciones y, por ende, graves períodos secos en las regiones de Atacama y Coquimbo. En 1955, nuevamente afectó a la región Metropolitana y, desde entonces, la aparición de La Niña —junto con períodos fríos y secos— se ha repetido de forma consecutiva por períodos entre 1 y 3 años.
Se tiene evidencia de lo anterior en 1994-1997, 1998-1999; 2007-2008; 2010-2011; 2012-2016 y 2017-2023.
“Los registros instrumentales de la Dirección Meteorológica de Chile indican que las sequías más extremas del último siglo fueron en 1924, 1968, 1998 y 2019, las que coincidieron con eventos de La Niña. Esto muestra la enorme importancia de La Niña para las precipitaciones en la zona central del país”, aseguró el climatólogo.
En esta línea, el pronóstico del experto es que La Niña provocaría un verano 2025 menos caluroso que los años anteriores, pero que la megasequía —que había tenido un período de pausa en 2023, después de 15 años consecutivos— podría volver a retomar su curso.
Adicionalmente, el meteorólogo Miguel Fernández, de la Fundación Huinay PUCV-Enel, aseguró que si la sequía vuelve, tendría graves consecuencias en la producción agrícola y la seguridad alimentaria del país, provocando alzas temporales que, aunque gran parte de la población sentirá de forma ‘desapercibida’, los más afectados serían los quintiles más pobres.