El impacto de los padres o madres ausentes en el desarrollo de los niños

La relación de los niños con su núcleo familiar es un elemento fundamental para su desarrollo, el cual influirá en cómo manejan sus emociones y se vinculan con otras personas.

Sin embargo, hay situaciones en las que los padres o las madres destacan por su ausencia.

Aquello puede deberse, en parte, a factores como que deban pasar mucho tiempo dedicados a su trabajo o a que deben moverse constantemente para cumplir ciertas tareas, por nombrar solo algunos ejemplos.

No obstante, la ausencia no solo puede darse en términos de distancia física.

“Muchas veces, se trata de una ausencia emocional”, aseguró la psicóloga infantojuvenil, Losune Mendia, a El País.

En este sentido, recalcó que “la falta de cariño impacta directamente en su desarrollo afectivo, físico y mental y en todos los casos queda la sensación de abandono”.

Al describir los rasgos que tienden a verse en los padres y madres ausentes en términos emocionales, dijo que “no ejecutan ninguna función en el ámbito familiar, y delegan en su pareja la autoridad y la aplicación de límites, así como el cuidado y el sostén emocional”.

En los niños, esto puede generarles “una sensación de malestar, soledad y vacío producido por esa necesidad de amor no cubierta”, además de una “búsqueda de aprobación constante para llenar ese hueco”.

“A lo largo de su vida suele aparecer la tristeza, la depresión, la falta de interés, un peor rendimiento académico, la desmotivación o el pasotismo”, afirmó la especialista.

Tales características no siempre se muestran de forma tan evidente, ya que hay casos en donde los menores pueden ocultarlas con un aparente exceso de confianza o con actitudes de rebeldía, agregó Mendia.

La ausencia sostenida puede desencadenar efectos en su adultez, por lo que “probablemente serán personas que en su necesidad de encontrar afecto y una figura materna o paterna establecerán relaciones tóxicas”.

Se le suma que podrían tener miedo al abandono, por lo que “tenderán a buscar relaciones de dependencia emocional basadas en la hostilidad y la desconfianza”.

De la misma manera, puede darse que repitan algunos comportamientos de sus progenitores cuando tengan hijos o que, por otro lado, sean sobreprotectores con sus hijos.

La directora de la Unidad Psiquiátrica de la Clínica Universidad de Navarra en España, Azucena Díez, explicó al citado medio que además de pasar tiempo con los niños, es importante que este sea de calidad.

En sus palabras, requieren de “contacto físico a través de gestos de cariño o compartiendo actividades manipulativas”, tales como cocinar.

Díez, quien es especialista en pediatría y psiquiatría infantil, afirmó que si hay factores que dificulten pasar más tiempo con los niños, es clave que el que esté disponible sea aprovechado.

Para esos casos, dijo que “es aconsejable que haya atención plena y evitar pretender hacer varias cosas diferentes a la vez”.

Por ejemplo, si el padre o madre tiene muchas responsabilidades asociadas a su trabajo, debe tratar de no caer en revisar correos en todo momento mientras está con su hijo, ya que aquello además puede generar “frustración y culpa” en los mismos progenitores.

Bajo esta línea, enumeró cuatro recomendaciones para los padres o madres que no están tan presentes en el desarrollo de sus hijos como desean, por motivos que son ajenos a su voluntad.

1. Explicarles y transmitirles que es un escenario temporal y que no será permanente en el tiempo.
2. Organizarse para hacer turnos y que uno esté presente cuando el otro deba ausentarse, ya que la ausencia de ambos puede tener efectos más agudos en los niños.
3. Transmitirles cariño constantemente, a pesar de que no puedan estar tanto tiempo juntos como lo desean.
4. Concentrarse en interactuar y compartir cuando se está con ellos, en vez de repartir la atención entre distintos puntos. Esto no significa necesariamente hacer “grandes planes”, sino que aprovechar el tiempo juntos aunque sea en una instancia de tranquilidad en el hogar, precisó Díez.