“Si quieres sacar lo mejor de Michael, solo debes decirle que él no es capaz de hacer algo o que alguien lo puede hacer mejor que él”, dijo James Jordan, el fallecido padre de la estrella de básquetbol, Michael Jordan, en una entrevista.

Y es que su éxito, en gran parte, lo ha logrado gracias a su espíritu competitivo. Según contó su familia, el deportista -que hoy cumple 60 años- siempre estaba dispuesto a hacer todo con tal de ganar. Desde pequeño, competía contra sus hermanos, después con sus compañeros en la universidad y también cuando llegó a la National Basket Association (NBA), donde se propuso a sí mismo ser el mejor basquetbolista del mundo.

Sin embargo, a pesar de que sus hazañas fueron reconocidas por millones, como llevar al éxito al equipo Bulls de Chicago o su colaboración para crear sus propias zapatillas en Nike, el deportista también tiene un lado sombrío, donde cometió errores, tuvo actitudes e hizo acciones cuestionables que se ocultaron bajo la alfombra por mucho tiempo.

¿Michael Jordan es un villano? Este es el lado oscuro de la estrella de básquetbol

“La gente le tenía miedo”

Eran muchos los periodistas que resaltaban las hazañas de Michael Jordan, sin embargo, aunque algunos otros se atrevieron a mostrar el otro lado más oculto de la historia de Jordan, no fue hasta que se lanzó la serie The Last Dance de ESPN en 2020 que se dejó ver abiertamente los errores que había cometido a lo largo de su carrera.

Pero lo más peculiar fue que él mismo permitió hacerlo. Y es que el documental no busca juzgar, sino humanizar al atleta y mostrar que, detrás de una vida que parece perfecta, existe un “villano” que comete errores.

“La gente le tenía miedo. Éramos sus compañeros y nos daba miedo”, contó Jud Buechler, otro jugador de reserva de su equipo. Y es que cuando su grupo no se esforzaba lo suficiente, Michael Jordan les gritaba, los intimidaba con comentarios agresivos, se burlaba e incluso llegó a golpearlos.

El deportista justificó sus acciones: “Arrastré a las personas cuando no querían ser arrastradas. Las desafié cuando no querían que las desafiaran. Y gané ese derecho, porque quienes vinieron después de mí no soportaron todas las cosas que yo soporté”.

Pero era la fama de Jordan la que le hacía sentir que tenía un poder sobre su equipo. Muchos admitieron que sentían que cada uno era solo una pieza para ayudarlo a ganar y así “llevarlo al olimpo de los dioses de su deporte”. Es así como, cuando hablan de Michael Jordan, pueden recordarlo como un buen jugador, pero nunca por algún gesto humano o solidario.

“No nos equivoquemos. Era agresivo, era un imbécil, se pasó de la raya varias veces, pero a medida que pasa el tiempo y recuerdas lo que estaba tratando de conseguir, piensas que era un gran compañero”, declaró Will Perdue, otro colega de la NBA.

A pesar de reflexiones como la anterior, el documental recibió un sinfín de críticas, como Horace Grant, otro grande de la liga, que dijo que la serie estaba “llena de mentiras a favor de Jordan”.

¿Michael Jordan es un villano? Este es el lado oscuro de la estrella de básquetbol. Foto: Dick Raphael/NBAE via Getty Images

Las apuestas y su posible relación con la muerte de su padre

La competitividad de Michael Jordan salía de las brillantes canchas de juego. No le bastaba anotar puntos con la pelota, sino que quería ganar en todo lo que pudiese. Así fue como nació su adicción con las apuestas, hasta en las más simples, como jugar piedra-papel-tijera, donde podía apostar hasta 10 mil dólares (7.893.800,00 pesos chilenos).

Jordan pasaba largas noches con sus amigos jugando a las cartas y apostando grandes sumas de dinero. Y en realidad apostar de vez en cuando podría ser considerado normal, pero comenzaron a revelarse historias que reflejaban que se trataba de una adicción. Como cuando se encontraron dos cheques de 108.000 dólares (cerca de 108 millones de pesos chilenos) firmados por el atleta, en el maletín de un prestamista en 1992.

Después, cuando la policía de Carolina del Norte arrestó a un hombre por posesión de cocaína y lavado de dinero, encontró en su bolsillo otro cheque de Michael por 57.000 dólares (45 millones de pesos chilenos). Al ser consultado, el deportista dijo que se trataba de un préstamo, pero cuando tuvo que ir al juicio como testigo, admitió que era una deuda de apuestas en una ronda de golf y que mintió por vergüenza.

La sospecha se acrecentó cuando se publicó el libro de Richard Esquinas, un empresario de San Diego, con un título explícito que despejaba muchas dudas de la situación: Michael y yo: nuestra adicción a las apuestas, un grito de ayuda. En él, contaba que realizaron apuestas de golf durante cuatro años y que, incluso, una vez le ganó y Jordan tuvo que pagarle 1.252.000 dólares (987 millones de pesos chilenos) en un solo día.

“Yo estoy tratando mi adicción, creo que él debería hacer lo mismo. Todo esto es mi catarsis, pero también lo hago por su bien”, dijo Esquinas, después de destapar la polémica.

Y es que Jordan se había retirado del básquetbol en octubre de 1993, por lo que se relacionó su salida con la publicación del libro, pues estaba justo en su “mejor momento” en la NBA cuando decidió salirse. La liga tomó cartas en el asunto y cuestionó a Jordan, pues temían que le sucediera algo similar a Pete Rose, el famoso beisbolista que fue expulsado de por vida por haber hecho apuestas ilegales.

Fue con este mediático caso, y un año lleno de polémicas, que algunos relacionaron las apuestas, y las deudas del atleta, con el asesinato de su padre, James R. Jordan, quien el 3 de agosto de 1993, fue disparado múltiples veces y le robaron todas sus pertenencias, incluido el auto.

Michael Jordan junto a su papá, James Jordan, en 1992. Foto: Sue Ogrocki/Reuters

Fiestas, mujeres y cocaína

“Entré a la habitación y casi todo el equipo estaba ahí. Vi cosas que no había visto nunca, rayas de cocaína en un lado, fumadores de marihuana en otro, mujeres, Era un circo”, cuenta en uno de los episodios de The Last Dance, serie que está disponible en Netflix.

Michael Jordan dijo que esa escena le quedó marcada de por vida, pues sucedió cuando él era todavía un novato y temía verse implicado en un escándalo, pues lo que él quería era llevar a los Bulls, que era un equipo “mediocre”, hacia el éxito, sin embargo, esa situación no parecía una buena entrada.

Jordan contó que él “no iba a clubes, no fumaba, no me metía cocaína y en ese momento tampoco bebía. Solo buscaba descansar un poco y estar bien para jugar básquetbol”.

Fue así como, después de que se lanzara el documental, varios ex compañeros criticaron que haya revelado “secretos del equipo”, y que parecía más como un lavado de imagen a Jordan, tildandolo de “vengativo”.