Los alimentos ultraprocesados (UPF, por sus siglas en inglés) han ganado un rol protagónico en la dieta de millones de personas, especialmente porque son atractivos para los consumidores, son fáciles de conseguir y tienen una vida útil larga.

Sin embargo, la comunidad científica viene alertando desde hace años que el consumo de este tipo de productos está directamente asociado a un riesgo mayor de sufrir problemas de salud, como obesidad, cáncer, afecciones cardíacas e incluso la muerte prematura.

Ahora, un médico británico ha señalado que para evitar que los alimentos ultraprocesados sigan causando daños en la salud pública, deberían recibir el mismo tratamiento que los cigarrillos.

Se trata de Chris van Tulleken, infectólogo del Hospital de Enfermedades Tropicales de Londres, académico del University College y autor de Gente Ultraprocesada: Por qué comemos cosas que no son comida, y por qué no podemos dejar de comerlas.

Tulleken dijo en una entrevista con la BBC que en un principio no creía demasiado en el concepto de los alimentos ultraprocesados y sus riesgos, pero eso cambió después de llevar a cabo una investigación donde se dedicó a comer solo ese tipo de tipo de productos. Los hallazgos que se derivaron de esa experiencia fueron reflejados en su libro.

Qué son los alimentos ultraprocesados

Los alimentos ultraprocesados engloban a aquellos alimentos y bebidas que han pasado por varios procesos y que se formulan mayoritariamente a partir de ingredientes industriales, que tienen poco o ningún alimento natural, según describe la Organización Mundial de la Salud.

Su composición está basada principalmente de azúcares, grasas saturadas, sodio, y aceites, y cuentan con un bajo contenido de proteína, vitaminas, fibra y minerales.

Para volverlos más sabrosos o imitar las cualidades de otros alimentos, generalmente los UPF incluyen aditivos como conservantes, estabilizantes, aromatizantes, aumentadores de volumen, colorantes y potenciadores de sabor.

Algunos de los ultraprocesados más comunes son las bebidas azucaradas, snacks salados, cereales, jugos, galletas, embutidos, carnes procesadas, pasteles, papas fritas y productos “listos para calentar”, indica la OMS.

Por qué los alimentos ultraprocesados deberían recibir el mismo tratamiento que los cigarrillos, según experto

En entrevista con la BBC, el Dr. van Tulleken detalló que la industria alimentaria y la del tabaco no tienen similitudes, sino que directamente “son la misma cosa”.

Sus palabras se deben a que en la década de los ‘80 RJ Reynolds, una de las empresas tabacaleras más grandes del mundo, decidió comprar la compañía de alimentos Nabisco. Eso coincidió con que Philip Morris, de la industria del tabaco, adquirió la empresa alimentaria General Foods.

Se trata de “los mismos conglomerados”, por más que las empresas hayan sufrido cambios en las últimas décadas.

“Utilizan las mismas moléculas probadas en laboratorio para los cigarrillos, como los saborizantes, en los alimentos. Usan las mismas técnicas de marketing y redes de distribución para vender alimentos adictivos y dañinos, tal como hicieron con los cigarrillos”, argumenta el médico británico.

El negocio de los alimentos ultraprocesados

Durante la entrevista, van Tulleken destacó que la industria alimentaria ofrece alimentos que hacen subir de peso porque es el único camino para lograr sus beneficios y millonarias ganancias. “Imagina una empresa alimentaria que vendiera alimentos que sacien a las personas. Es decir, los consumidores no necesitarían comprar grandes cantidades, solo lo necesario. ¿Cómo podría competir esta empresa?”, añade.

Chris van Tulleken es médico y académico del University College de Londres. Foto: Instagram.

En medio del auge de los ultraprocesados y el aumento de la obesidad, el médico cree que tiene sentido que las empresas farmacéuticas aparezcan con nuevos medicamentos para bajar de peso. Si bien cree que eso funciona “relativamente bien” para ayudar a las personas, no ataca a la causa: lo que estamos comiendo.

“Nunca deberíamos dejar que las personas se enfermen para luego tratarlas. Sería mucho más barato y efectivo mejorar la dieta de los niños, regular la industria alimentaria e incentivar a todos a vivir de manera saludable”, dice.

¿Y hay países que han logrado que funcione su regulación en torno a los ultraprocesados? El académico de University College de Londres cree que sí, y curiosamente, todos esos países son de Latinoamérica. Se trata de Chile, México y Argentina, que “tienen políticas muy buenas en este sentido”.

“Necesitamos usar los mismos medios que se emplearon para el control del tabaco. Necesitamos un sistema de advertencias en los envases que sea más grande que los logotipos de las empresas o productos. Necesitamos imponer impuestos agresivos a los peores alimentos. Necesitamos prohibir cualquier tipo de publicidad y también prohibir su venta a los niños”, asegura el experto.