Emanuela Orlandi lleva 40 años desaparecida. En 1983, cuando tenía 15 años, salió de su casa, en la Ciudad del Vaticano, Italia, para ir a clases de flauta, pero nunca volvió. Se trata de un caso que estremece a su país y que complica a la Iglesia Católica, pues varias pistas y teorías apuntan a que podrían haber sacerdotes implicados en un supuesto secuestro.
El caso se había cerrado hace varios años. Sin embargo, a principios de este año, el Vaticano reabrió la investigación para volver a revisar todos los documentos, información y testimonios relacionados al caso para “no dejar piedra sin remover” y encontrar la respuesta que no solo Italia, sino el mundo entero quiere saber.
¿Qué pasó con Emanuela Orlandi, la niña del Vaticano?
Cómo fue la desaparición de Emanuela Orlandi, la niña del Vaticano
Lo último que se supo de la niña que, entonces tenía 15 años, es que salió a sus clases de flauta desde el Vaticano a Roma. Le había pedido a su hermano, Pietro Orlandi, que la acompañara, pero él se negó. Hoy, Pietro afirma que es una de las decisiones que más se lamenta en su vida, porque fue la última vez que él y su familia vieron a Emanuela.
Recibieron una última llamada ese día, antes del anochecer, donde la joven les dijo que un hombre le había ofrecido un trabajo rápido, entregando folletos de cosméticos de Avon y que llegaría tarde. Pero no llegó.
La familia comenzó a buscarla sin cesar: fueron a la policía, publicaron anuncios en el diario y cubrieron la ciudad con carteles que tenían su rostro estampado. Pero, como fue vista por última vez en la capital italiana, el Vaticano indicó que la investigación estuviese a manos de las autoridades italianas.
Las teorías de la desaparición de la niña del Vaticano
Toda Italia estaba consternada por la misteriosa desaparición. Y, a lo largo de los años, surgieron pistas extrañas y teorías -algunas conspirativas- sobre su desaparición. Tanto así, que incluso Netflix se adjudicó una serie donde, junto a periodistas, testigos y su familia, mostraron el misterioso caso al público internacional.
Una de las teorías que se repite mucho es que la desaparición de Emanuela podría estar ligada al escándalo bancario del Vaticano. Varios periodistas locales afirmaron, sin pruebas, que la mafia secuestró a la niña para recuperar el dinero que el Papa Juan Pablo II habría utilizado para financiar grupos anticomunistas en Polonia, su país natal.
Por otra parte, un periodista italiano siguió un aviso anónimo a la exnovia del jefe de una familia criminal italiana, quien afirmó que había ayudado a esconder a Emanuela en varios lugares de Roma, antes de entregársela a un hombre vestido de sacerdote en una gasolinera del Vaticano.
Otro periodista, quien recibió documentos de fuentes secretas del Vaticano sobre el escándalo de la iglesia en 2012, bautizado como Vatileaks, aseguró que en uno de ellos había un papel de gastos que demostraba que Emanuela vivía en Londres, bajo el cuidado de sacerdotes católicos hasta 1997, año donde habría muerto. No obstante, el Vaticano lo negó abruptamente y lo tildó de “falso y ridículo”.
Además, en el documental de Netflix, los cineastas hablaron con una amiga de la infancia de Emanuela, quien aseguró que poco antes de su desaparición, ella le había confesado que un hombre cercano al Papa la había acosado.
La Iglesia Católica ha evitado, en su mayoría, involucrarse en la investigación. No obstante, la semana pasada anunció que se habían descubierto nuevas pistas “dignas de una mayor investigación”, según Associated Press.
Los medios locales e internacionales rápidamente publicaron que el Papa Francisco había roto un tabú al hablar de Emanuela y que, por primera vez, había una actitud de apoyo y de interés en resolver el caso desde la iglesia.