Shein, el gigante de la moda rápida (fast fashion), está en la mira de algunos consumidores, activistas e incluso legisladores. Las críticas están centradas en que se trata de una marca que fabrica ropa rápida y económica, con materiales peligrosos, y que utilizan mano de obra esclava, incluidos niños, que trabajan en pésimas condiciones laborales.
Por esto, Shein invitó a seis influencers estadounidenses para visitar una de sus fábricas en Guangzhou, China, y así, indirectamente, poder contar sus propias versiones sobre cómo es el “verdadero” escenario. Sin embargo, no todo salió bien.
Por qué el viaje de las influencers a las fábricas de Shein fue duramente criticado
Como es su labor, las influencers comenzaron a crear contenido y subirlo a sus redes sociales: recorrieron la ciudad china, mostraron lo que comían y, lo más importante, cuando llegaron a la fábrica compartieron las sorprendentes imágenes.
Se veía una fábrica limpia, muy bien iluminada, que tenía un “centro de innovación” y un almacén. Todos los trabajadores estaban sonrientes y no había niños. Incluso, una de las invitadas aseguró que habló con una mujer que trabajaba en el departamento de telas y que le dijo que estaba “muy sorprendida por todos los rumores que se han difundido en Estados Unidos”.
Sin embargo, lejos de ser rumores, la cadena británica Channel 4 hizo un documental en 2022 donde se infiltró en las fábricas de Shein y descubrió que los empleados trabajaban 18 horas al día, que tenían un solo día libre al mes y que hacían 500 prendas de vestir por día, a cambio de pocos centavos por cada una.
En esta línea, The Washington Post dijo, en su reportaje sobre este mismo viaje, que los influencers que fueron a visitar la fábrica parecían estar “recitando comunicados de prensa” de la marca.
“No voy a mentir, realmente esperaba que se viera como en las películas, muy oscuro y lúgubre, pero me sorprendió mucho ver cada pieza manejada con cuidado”, dijo una de las influencers en un video.
“El trabajo infantil y los salarios justos son temas serios y fueron algunas de las preguntas que ustedes tenían curiosidad y querían que les preguntara”, escribió otra en el pie de foto de su publicación.
“Cuando preguntamos a algunos de los trabajadores y empleados sobre estos temas, todos con los que nos encontramos estaban contentos con su salario y la idea del trabajo infantil era algo que les parecía una locura”.
Pronto, comenzaron a lloverles las críticas, bastante agresivas, principalmente de los expertos en moda rápida que no podían creer que sus discursos estuvieran tan alineados con las relaciones públicas de Shein. Según varias expertas, estaban haciendo “propaganda”.
“¿Cómo te llamas a ti misma ‘activista’ mientras aceptas acuerdos de marca/dinero de una corporación que está arruinando la vida de las personas y el medio ambiente?”, se podía leer en los comentarios de algunas.
La mayoría de las influencers tuvieron que desactivar los comentarios en sus publicaciones e, incluso, eliminaron varias de ellas.
La defensa de Shein a las influencers invitadas
Desde la marca, negaron rotundamente que les hayan dado temas de conversación a las influencers.
“Shein está comprometida con la transparencia y este viaje refleja una forma en la que escuchamos los comentarios, brindando la oportunidad de mostrarle a un grupo de personas influyentes cómo funcionamos”, establecieron.
“Sus videos y comentarios en las redes sociales son auténticos, y respetamos y respaldamos la perspectiva y la voz de cada persona influyente sobre su experiencia”, agregaron.
Sin embargo, una de las creadoras de contenido que fue al viaje, Dani Carbonari, hizo un live después de volver de China y aseguró que debió haber investigado más antes de aceptar visitar la fábrica y que, desde ahora, tendrá más cuidado en elegir con qué marcas trabajará.