Christian Brueckner, el principal sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann, la niña británica que fue vista por última vez en 2007 en Portugal, no irá a juicio por cinco delitos de violaciones y agresiones sexuales que se le acusa en Alemania.
¿La razón? En un comunicado de prensa, el Tribunal de Brunswick afirmó que se declaraba “incompetente” por los cinco cargos que se le adjudican a Brueckner, dado que el domicilio de este no se encontraba bajo su jurisdicción.
Esto se debe a que el sospechoso mantenía una dirección registrada en Brunswick, pero para el momento de su detención realmente vivía en otro estado diferente, específicamente en la provincia de Sajonia-Anhalt. En ese sentido, la fiscalía de esa zona tampoco sería competente para seguir abordando las investigaciones que aún siguen en torno al caso de Madeleine McCann, según información del abogado defensor del sospechoso, Friedrich Fulscher.
“El Tribunal Federal de Justicia decidió hace tiempo que el lugar en el que está registrado un sospechoso no importa a la hora de establecer un lugar de residencia. Antes de ser detenido, el acusado vivía en su propiedad de Neuwegersleben”, comunicó la entidad.
¿Qué sucederá ahora? Los organismos que deberían tomar las riendas de esos cargos y del caso de Madeleine McCann son la Fiscalía y el Tribunal de Madgeburg o de Frankfurt. La determinación de las autoridades judiciales provocó que, por el momento, el alemán de 45 años no será juzgado por ninguno de los delitos que se le acusa.
Lo anterior no significa que Brueckner no pueda en libertad a partir de ahora. Esto, porque actualmente está cumpliendo una condena previa en la cárcel que se extenderá al menos hasta el año 2026.
El oscuro pasado del sospechoso en el caso McCann
De acuerdo a la investigación del periodista Jon Clarke en el libro My Search for Madeleine, recogida por el diario inglés The Times, Christian Brueckner vivió una compleja infancia y adolescencia en Alemania. Sus padres adoptivos constantemente lo maltrataban de forma física y psicológica, tanto a él como su hermana.
Esas torturas podían llegar hasta el punto en que Brueckner era encerrado por largas horas en habitaciones y recibía golpes fuertes con un cinturón. Antes de eso, residió por largo tiempo en un orfanato.
Las personas locales de Würzburg, la ciudad donde vivía, relataron a a Clarke que los padres adoptivos de Brueckner solo querían recibir dinero que el Estado entregaba por la custodia de él y su hermana.
Terminando su adolescencia, el sospechoso por el caso McCann comenzó a incursionar en la actividad delictiva, asociándose en los siguientes años a a robos, abusos sexuales, violaciones y tráfico de drogas. A sus 17 años recibió una condena por abuso sexual a un niño, sin embargo, consiguió escapar a Portugal.
Aunque fue extraditado para ser internado en un centro, ya que aún era menor de edad, después de terminar la condena volvió a trasladarse a Portugal.
En ese país su refugio escogido fue Praia da Luz, lugar en el alemán vivió y trabajó entre los años 1995 y 2007. Durante todo ese tiempo en que residió en el pueblo costero trabajó como garzón y camarero, pero nunca dejó de lado su participación en delitos: de vez en cuando, realizaba robos y traficaba drogas en hoteles y resorts de la zona.
En 2005, Brueckner cometió una violación contra una mujer estadounidense de 72 años, delito por el cual ahora está cumpliendo sentencia en un recinto penitenciario de Alemania. Después de maltratarla físicamente, el alemán incluso robó las pertenencias de la mujer. Ese caso también ocurrió en Praia da Luz, e incluso el imputado vivía muy cerca de la casa de la víctima.
Según indica el medio español El País, otras causas que se le han adjudicado al alemán y que continúan pendientes es la violación contra una mujer irlandesa en 2004, también en Praia da Luz, el abuso sexual a una niña alemana en 2007 y abusos sexuales a cuatro niños durante un festival, también en 2007.
Desde hace un tiempo, Brueckner está bajo el foco mediático por ser el principal sospechoso por el caso de Madeleine McCann, quien se extravió en mayo de 2007 desde la habitación del resort Ocean Club en el pueblo costero Praia da Luz, donde había ido a vacacionar junto a sus padres Kate y Gerry.
Fue en 2022 que las autoridades alemanas declararon formalmente a Brueckner como acusado en el extravío de “Maddie”. Aunque la acusación se concretó ese año, venían haciéndole seguimiento desde antes y tenían varias pruebas concretas para creer que él había participado en el secuestro de la niña británica.
Uno de esos indicios es que en 2020 la policía alemana encontró una furgoneta que era propiedad de Brueckner, la que que contenía en su interior trajes de baño de niñas y alrededor de 8.000 fotografías de pedofilia. Esa misma camioneta fue captada en las cercanías del hotel la noche en que Madeleine se perdió y nunca más volvió a ser vista.