La crianza es un proceso que puede ser muy enriquecedor, especialmente porque es lo que influye en que padres e hijos tengan un vínculo sólido tanto en el corto como en el largo plazo.
Pero en la sociedad actual, que se caracteriza por el gran protagonismo de la tecnología y un ritmo de vida acelerado, muchos padres se cuestionan si realmente están haciendo lo necesario para que sus hijos sean seguros de sí mismos, felices y empáticos con el resto.
De acuerdo a expertos en crianza, la fórmula para conseguir ese objetivo es más simple de lo que aparenta ser: se trata de pasar más tiempo de calidad junto a ellos durante la infancia.
El secreto para criar niños seguros y felices
Shefali Tsabary, psicóloga clínica y autora de libros como El padre consciente y El despertar de la familia, cree que es clave que los niños se sientan seguros y escuchados dentro de su núcleo familiar, dado que es lo que les permite después “salir al mundo, tomar riesgos, participar más plenamente y formar relaciones saludables”, dijo a The Wall Street Journal.
Lo que importa no es la cantidad de tiempo familiar que se pasa con los más pequeños, sino que la calidad, que se caracteriza por la conexión afectiva y atención plena de los cuidadores.
De acuerdo a Tsabary, en vez de que los padres pidan que los niños los acompañen todo el día mientras hacen limpieza de la casa u otras tareas domésticas, deben dedicrles unos 15 minutos diarios para tener una “interacción comprometida”. Por ejemplo, hacer una caminata o participar de un juego. Ese simple gesto puede marcar un antes y un después en la crianza de los niños.
Al tener esos momentos de calidad con ellos, también se les está comunicando que merecen atención y que lo que tengan que decir siempre será de su interés, mencionó la psicóloga Becky Kennedy al medio estadounidense.
Kennedy, quien también es autora del libro Educar sin miedo: Conviértete en la madre o el padre que quieres ser, ha visto que es común que los niños se den cuenta de las responsabilidades que tienen sus padres.
Por esa misma razón, si se les dedica una determinada cantidad de tiempo al día para tener una interacción de calidad, ellos pueden sentir que son importantes en la vida de sus padres, lo que “genera confianza y un verdadero sentido de su valor más que cualquier otra cosa que podamos hacer”.
Estudios realizados en los últimos años también han apuntado a los múltiples beneficios asociados a que los niños interactúan regularmente con sus progenitores.
Según una investigación publicada en 2019 en Journal of Abnormal Child Psychology, pasar tiempo de calidad con los padres puede ser un factor protector contra el desarrollo de depresión durante la adolescencia y disminuye los síntomas en niños ya diagnosticados con ese trastorno.
Para aquellos padres que aún no saben cómo actuar para tener tiempo de calidad, las especialistas argumentan que un buen punto de partida es a través de sus intereses personales y el juego, ya que es ahí donde los niños tienen más confianza.