Hasta hace poco se creía que la única razón por la que los humanos eran más inteligentes que los primates era porque tenemos cerebros más grandes. Y aunque es cierto que este órgano le gana en tamaño al que tienen nuestros “primos”, la genética y la neurociencia están haciendo estudios que desmitifican cada vez más que el tamaño sea lo único que determina la inteligencia.
Y es que, mirando hacia atrás, las mujeres y hombres tienen una tendencia a aumentar el tamaño del cerebro a medida que evolucionan.
Pero en nuestra propia especie, hay personas que pueden tener el cerebro más grande y otras más pequeño. ¿Esto hace que sean más o menos inteligentes? Estas son las respuestas de unos estudios.
¿Si tengo un cerebro más grande, soy más inteligente?
“Hay pacientes que tienen un tamaño cerebral más pequeño. Las personas con microcefalia (una cabeza que es anormalmente pequeña) suelen tener discapacidad intelectual y otros síntomas. Sin embargo, todavía son humanos”, apuntó la neurobióloga Debra Silver, de la Universidad de Duke a la BBC.
También existen personas a quienes le faltan grandes partes del cerebro y que casi no tienen efectos “nocivos”.
En esta línea, existe un estudio —publicado en Psychological Science— que arrojó que las personas con cerebro más grande solían rendir mejor en las pruebas de cognición, no obstante, concluyó en que “el tamaño es solo una pequeña parte de la imagen, lo que explica aproximadamente el 2 por ciento de la variabilidad en el desempeño de las pruebas”.
Por este y otros antecedentes, una nueva serie de estudios levantó la sospecha de que más que el volumen del cerebro, las conexiones que este pueda hacer son más importantes para el desarrollo de la cognición humana y, por tanto, para la inteligencia.
“Incluso los pequeños cambios en la conectividad, especialmente en la conectividad de largo alcance, realmente conducen a profundos cambios cognitivos y de comportamiento”, aseguró el neurocientífico Nenad Sestan de la Universidad de Yale.
Más inteligencia por menos salud mental
En otro estudio que lideró el neurocientífico Martijn van den Heuvel, de la Universidad Libre de Ámsterdam, se demostró que los cerebros humanos y de chimpancés tenían muchos patrones de conectividad iguales, no obstante, los humanos tenían conexiones más fuertes en las regiones que involucran el lenguaje.
Sin embargo, estas zonas también están más asociadas con trastornos psiquiátricos, como la esquizofrenia, por lo que el equipo de Van den Heuvel sugirió que los humanos, al evolucionar, tuvieron que sacrificar “más inteligencia por un mayor riesgo de mala salud mental”.