Un error que hasta ahora la persigue. A sus 21 años, Mia Khalifa no tenía idea de lo que vendría, después de aceptar —bajo muchas presiones— grabar un video para adultos vistiéndose como una mujer árabe con velo. Horas después de la publicación, “empezó la avalancha”.
Era 2014 y la empresa de películas para adultos que la había contratado quería “explotar el hecho de que yo era árabe y hablaba árabe. Y lo hice”, contó en una reciente entrevista con The New York Times.
Khalifa nació en Líbano, pero se crió como católica en Washington, Estados Unidos.
Los días siguientes después de la publicación de ese video, fueron de terror. La joven aseguró que recibió amenazas de muerte, entre ellas, una imagen de ella donde se veía decapitada por el Estado Islámico.
¿Qué rumbo debía tomar para salir de ese agujero negro? ¿Podía salvar su nombre y reputación?
El camino que tomó Mia Khalifa no fue fácil. Pese a que lo intentó, no logró volver al anonimato. Entonces, decidió caminar por ese caótico camino que se le presentó después de abandonar la industria del cine para adultos.
Qué hizo Mia Khalifa después de dejar de hacer videos
Mia Khalifa se dio cuenta de que no podía escapar de su pasado. En las redes sociales, prácticamente todo el mundo la conocía, por lo que decidió transformarlas y mostrar una imagen renovada.
La estrategia le funcionó: ahora tiene cuentas en TikTok, Instagram y X donde decenas de millones de personas siguen su contenido de comida, estilo de vida e, incluso, política (otro punto neurálgico por lo que se ha ganado el odio de un grupo de usuarios).
Además, también tiene una cuenta de OnlyFans donde tiene un público fiel que paga por ver contenido mucho más “atrevido”.
Mia Khalifa se convirtió en lo que hoy conocemos como influencer.
Sin embargo, para llegar a aquello, tuvo que pasar por un largo proceso.
Consultada por The New York Times sobre cómo se dio cuenta de que no podía regresar a una vida normal después de su polémico video, ella respondió que lo supo cuando en su trabajo en un bufete de abogados, cualquier persona que entrara la reconocía y murmuraba a sus espaldas.
“Empecé a sentirme como una distracción e incómoda. Fue entonces cuando me di cuenta de que esto no iba a cambiar; esto no iba a mejorar. No me gusta que las mujeres con las que trabajo me miren de cierta manera, y especialmente no me gusta que los hombres me miren de cierta manera porque es como ser un animal de zoológico”.
En ese momento decidió dedicarse a las redes sociales de lleno: la “base”, aunque negativa, ya la tenía, y comenzó a crear su propia marca que ella bautizó como “evolución”.
“Donde estoy ahora mentalmente, emocionalmente, en todos los niveles, es un giro de 180 grados respecto a quien era”.
La cuenta de OnlyFans de Mia Khalifa, ¿es inconsecuente?
La exactriz porno le dijo a The New York Times que su principal fuente de ingresos es la plataforma Only Fans, que permite a los usuarios pagar por una suscripción para obtener contenido para adultos.
“¿Sientes como si hubiera alguna tensión o algo que conciliar en el hecho de que ganes dinero en esa plataforma que supongo que es predominantemente masculina, y parece como si tus intereses y tus seguidores en las otras plataformas fueran mujeres?”, le preguntaron desde el medio.
Khalifa contestó: “No necesariamente, porque mi forma de estar en la plataforma es fiel a mí misma y me hace sentir cómoda. No me gusta adaptarme al público masculino, aunque pueda parecer que sí. El hecho de que yo tenga un determinado aspecto en bikini no significa necesariamente que no sea para las chicas”.
“No hago desnudos más allá de lo que he hecho en una revista de moda, que es como una camiseta transparente o algo así. Así que me siento segura, y el público que he cultivado en esa plataforma sabe lo que le espera”.
Eso sí, la joven —que ahora tiene 31 años— advirtió que no promueve que otras mujeres menores de 25 años utilicen Only Fans para “buscar dinero fácil”.
“No estoy diciendo que no te unas. Estoy diciendo que no te unas tan joven, que no te unas como respuesta a todos tus problemas. Simplemente, no hagas algo de lo que puedas arrepentirte. Internet es para siempre”.
¿Mia Khalifa es un símbolo del feminismo?
Ante esta pregunta, Khalifa aseguró que se sentía con el “síndrome del impostor” cuando veía que la llamaban así, pues admitió que hasta los 26 años —cuando empezó a ir a terapia— tenía “mucha misoginia interiorizada”.
“Me avergüenzo mucho de las cosas que he dicho y pensado sobre mí misma y de haber permitido que otros las dijeran y de las bromas que he seguido o a las que he contribuido sobre mí misma o sobre otras mujeres”.
Ahora, cuando ve un comentario fuera de lugar que no le gusta en sus redes sociales, simplemente bloquea a las personas.
Además, utiliza sus plataformas para hablar sobre los derechos reproductivos de las mujeres y la lucha contra la trata sexual.
Mia Khalifa y su polémica opinión sobre Israel y Hamás
En la entrevista con NYT, Khalifa se sinceró sobre un acalorado enfrentamiento que tuvo con varios usuarios en las redes sociales, después de mostrarse a favor de Hamás.
“Por favor, que alguien diga a los luchadores por la libertad en Palestina que enciendan sus teléfonos y filmen horizontal” fue el primer comentario que prendió a las redes.
También compartió una imagen donde se ven terroristas de Hamás transportando rehenes judíos y escribió “una pintura renacentista”.
Ahora, en la entrevista, dijo que quería destapar el tabú de que los influencers no pueden adherirse a una posición política.
Pero sus comentarios sobre Gaza hicieron que perdiera colaboraciones con marcas importantes, como Playboy, quienes comunicaron que dejarían de trabajar con Khalifa porque tenían “una política de tolerancia cero para el discurso de odio”.
“Todos los negocios que perdí por eso fueron muy bien recibidos, porque si realmente no estamos de acuerdo a ese nivel, no deberíamos estar trabajando juntos en primer lugar. Así que no estoy enojada. De hecho, estoy agradecida”, aseguró la influencer, quien apoya abiertamente a Palestina.
Sin embargo, reconoció que sus tuits dañaron a algunas personas al haber sido malinterpretados.
“Tuve que volver y explicarles mi intención, disculparme por haberles hecho daño y asegurarme de que entendían quién era como persona (...) Tengo que pensar mucho más lo que digo y asegurarme de que el contexto siempre esté ahí”.
Ahora, Mia Khalifa tiene su propia marca de joyas y ropa, Sheytan, y aseguró que es completamente suya y no tiene ningún inversor.
“Está autofinanciada, lo que significa que no respondo ante nadie. Nadie me la va a quitar porque no esté de acuerdo con mis opiniones. Lo mismo ocurre con la productora que he creado. La gente puede elegir no trabajar conmigo, pero nadie puede quitármela porque no esté de acuerdo con mis opiniones”.