Si hay alguien que acumula mil historias sobre el espacio, ése es Charlie Duke. Tiene 83 años y es uno de los 12 astronautas que han caminado por la Luna, de los cuales apenas cuatro siguen vivos. Pisó ese satélite en 1972 en el Apolo 16, cuando tenía 36 años, lo cual lo convirtió en el hombre más joven en alunizar. Pero Duke saltó a la fama antes de eso.
El mismo día en que Neil Armstrong y Edwin "Buzz" Aldrin caminaron por primera vez en la Luna, el 21 de julio de 1969, hace 50 años, Duke fue el encargado de las comunicaciones entre el Centro de Control de la NASA, en Houston, y la misión Apolo 11. Antes de que Armstrong pronunciara su frase más célebre ("es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad"), en la transmisión se escucha la voz de Duke, con marcado acento sureño: "Te copiamos Águila (Eagle)", que es como llamaban al módulo que se posó en la superficie lunar. "El Águila ha alunizado", responde Armstrong, a 384.403 kilómetros de distancia.
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El astronauta, durante la histórica operación de alunizaje del Apolo 11. Foto: NASA[/caption]
Lo que muy pocos supieron fue que ese día la misión Apolo 11 estuvo a poco de fracasar. "En un momento el alunizaje estuvo a 17 segundos de fallar", reconoció tiempo después el propio Duke, quien tenía la ingrata orden de comunicar que la misión debía abortarse si algo salía mal.
Armstrong y Aldrin (el tercer astronauta de la misión, Michael Collins, no alunizó porque piloteó el módulo de mando Columbia) tuvieron muchísimos problemas para alcanzar la Luna. En una reciente celebración para conmemorar este hito, Duke le dijo al actor George Clooney que al momento del alunizaje, "¡estábamos realmente preocupados por el combustible! Entonces yo di el mensaje: 'Eagle 60 segundos', que significaba que tenían un minuto para alunizar o se escucharía la orden de abortar la misión. Después di el segundo mensaje: 'Eagle, 30 segundos'. ¡Y ellos estaban a punto de llegar, pero todavía faltaba! De acuerdo con mi reloj, 13 segundos después completaron el alunizaje. La tensión llegaba hasta el techo. Todos estaban pegados a sus consolas escuchando lo que informaba Buzz Aldrin".
Cuando el módulo Eagle al fin alunizó, Duke les transmitió con alivio a los astronautas: "Roger, Twank ... Tranquilidad, los copiamos en la Tierra. Tienen a un montón de tipos a punto de ponerse azules. Estamos respirando de nuevo. ¡Muchas gracias!".
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Duke (izq.) junto a sus compañeros en un entrenamiento en Estados Unidos. Foto: NASA[/caption]
El éxito del Apolo 11 le sirvió a Duke para impulsar su carrera como astronauta. Nacido en Charlotte (Carolina del Norte), ingresó a la Academia Naval a fines de los años 50, y en 1964 obtuvo un máster en aeronáutica en el MIT. Estuvo también destinado como piloto en una base militar en Alemania Occidental y en abril de 1966 su vida dio un giro cuando fue uno de los 19 seleccionados para el llamado Grupo 5 de Astronautas de la NASA. De ese cuerpo de elite, nueve viajaron a la Luna, mientras que la mitad formaron parte del Skylab (primera estación espacial de la NASA) y más tarde del programa de transbordadores.
Duke construyó a pulso su carrera de astronauta: fue seleccionado como parte del equipo de reserva del Apolo 10 (que logró descender a 15 kilómetros sobre la superficie lunar), también entrenó con el equipo del Apolo 13 (que no pudo alunizar por la explosión de uno de los tanques de oxígeno) y finalmente fue asignado al Apolo 16, la misión que lo llevó a la Luna.
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-Usted sirvió como piloto del módulo lunar en el Apolo 16. ¿Cuál fue la importancia de su misión?
-La importancia de nuestra misión es que fue la primera y la única que tomó muestras y desarrolló experimentos en las altas planicies lunares. Todos los otros vuelos alunizaron en otros lugares, como el Mar de la Tranquilidad (Apolo 11). El hecho de que las rocas tuvieran características diferentes transformó en algo único al lugar de alunizaje, en las planicies altas. Así que fue muy, muy único para nosotros.
-¿Qué recuerdos tiene?
-Recuerdo la misión de manera vívida. Era una aventura emocionante. Todos nos preguntábamos cosas, como los niños en Navidad. Había un gran sentimiento y un gran entusiasmo, pero estábamos muy enfocados en la operación. Teníamos un tiempo limitado y mucho qué hacer. Así que debíamos ser muy selectivos en la toma de muestras y asegurarnos de emplear y desplegar los experimentos de manera correcta. En perspectiva, fue una misión altamente exitosa. Cumplimos todos los objetivos. Todos los experimentos del Apolo 16 fueron exitosos, excepto uno: el experimento del flujo de calor, debido a que una conexión eléctrica se soltó de forma accidental desde nuestra estación central de recopilación de datos.
Tiempos de Guerra Fría
Charlie Duke estuvo acompañado por otros dos pesos pesados de la NASA: los astronautas John Young y Thomas Mattingly. Con este último ocurrió algo fuera de todo cálculo. Poco antes de la misión del Apolo 13 -retratada en el filme protagonizado por Tom Hanks-, Duke se contagió de sarampión y sin quererlo le traspasó la enfermedad a Mattingly, quien no pudo formar parte de ese equipo. Dos años después fue incluido en el Apolo 16.
Eran años álgidos de la Guerra Fría entre dos bloques que dividían el mundo. Uno, liderado por Estados Unidos; el otro, por la Unión Soviética. Incluso la Luna -más bien la conquista de ella- era considerada un gran botín en esta batalla. Charlie Duke, en todo caso, discrepa: "No estoy seguro. No pienso eso. Lo que sí es cierto es que nosotros estábamos en una carrera contra los rusos durante la Guerra Fría para recuperar el avance tecnológico y la superioridad. En ese sentido, haberlos derrotado llegando a la Luna fue un momento culminante para nosotros y nos ayudó a recuperar nuestro liderazgo tecnológico en el mundo. Para mí, probablemente, lo más importante que pasó en la Guerra Fría fue el colapso de la Unión Soviética y la reunificación de Alemania y otros países. Y ahora estamos trabajando todos juntos en el espacio; es un círculo completo en realidad.
-¿El programa Apolo ayudó, de alguna manera, a derribar la moral de Moscú en esa época?
-Creo que sí. Probablemente eso provocó decepción allá, pero tuve un reporte en Starmus (la conferencia en Suiza) de un ingeniero soviético y creo que el problema en su programa lunar fue que tenían dos iniciativas que competían entre sí y debían estar al mismo nivel, así que ellos se quedaron atrás tecnológicamente y parece que nunca pudieron avanzar.
-¿Por qué la NASA abandonó las misiones tripuladas a la Luna? ¿El fin de la carrera contra la URSS influyó en este aspecto?
-La NASA, en realidad, no abandonó las misiones a la Luna, sino que se completó el programa Apolo. Después tuvimos tres vuelos más. Pudimos haber volado el Apolo 18, 19 y 20, pero fueron cancelados porque se desvió dinero hacia el programa de transbordadores espaciales, que había sido aprobado cuando estuvimos en la Luna, en 1972. Luego, en ese tiempo cambió el clima político en Estados Unidos y creo que la NASA se puso un poco nerviosa de que si había un accidente en una de las misiones Apolo o si se perdían vidas sería algo devastador para la percepción pública de nuestro programa. Y considerando que habíamos completado todas las pruebas, la NASA decidió cancelar el resto y desvió el dinero hacia el programa de transbordadores, que fue muy bueno.
Una foto familiar en la Luna
Una vez en la Luna, en abril de 1972, Duke pasó los siguientes tres días recogiendo muestras en el cráter Descartes. En esta misión se ocupó por primera vez a la Luna como observatorio astronómico y se trajeron a la Tierra 96 kilos de rocas.
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El retrato familiar que el astronauta dejó en la superficie lunar. Foto: NASA[/caption]
Lo complejo del Apolo 16 fue precisamente la exploración de cráteres y que el vehículo lunar pudiera desplazarse por una superficie sumamente irregular. Sin embargo, también ocurrió algo insólito. En un momento de descuido, o relajo, tuvo lugar algo que podría haber tenido un desenlace fatal. Como 1972 era el año de los Juegos Olímpicos de Munich, Duke y su compañero Young se enfrascaron en una "competencia" de salto alto. Sin embargo, la falta de gravedad hizo que en un momento Duke perdiera el control, lo cual provocó que su mochila estuviera cerca de estropearse, lo que le habría costado la vida porque ésta contenía el sistema de oxígeno.
Previo a su regreso, Duke puso sobre la árida superficie lunar una fotografía de su familia en un film de polietileno, para la posteridad. En la imagen, tomada en el patio de su casa en Texas, se ve al astronauta junto a esposa Dorothy y a sus dos hijos, Charles y Thomas. También dejó un mensaje para acompañar la foto: "Esta es la familia del astronauta Charlie Duke del planeta Tierra, que alunizó el 20 de abril de 1972".
La justificación de esta acción la dio el propio astronauta tiempo atrás: "Lo hice para contagiar la emoción a los niños sobre lo que papá iba a hacer. Entonces les dije: ¿Quieren venir todos a la Luna conmigo? Podemos tomar una foto familiar y así todos vamos allá".
La revista The Atlantic calcula que las distintas exploraciones en la Luna han dejado al menos 180 toneladas de basura, desechos o materiales de investigación, entre los que figuran cinco banderas de Estados Unidos, dos pelotas de golf, 12 pares de botas y 96 bolsas para orinar. Sólo Armstrong y Aldrin dejaron 100 objetos. Se sospecha que la fotografía de Duke puede que se haya estropeado por las altas temperaturas a las que pudo haber estado expuesta.
El propio astronauta cree que su imagen se difuminó, aunque sólo podrá comprobarlo cuando la NASA retome su programa lunar. En junio pasado, la agencia espacial anunció que en 2020 y 2021 enviará material científico al satélite, para preparar el regreso de las misiones tripuladas a la Luna en 2024, en el marco del programa Artemisa.
-¿Un hombre o una mujer volverán a pisar pronto la Luna?
-Creo que iremos a la Luna de nuevo a mediados de la próxima década. Que sea un hombre o una mujer no es lo importante. Lo importante es que debemos elegir a los astronautas más calificados, ya sea hombre o mujer. Será una misión muy importante, porque comenzará a establecer una base lunar. La selección del equipo es extremadamente importante y debería estar basada en las calificaciones, buscando a los más sobresalientes. Si son todos hombres, entonces serán todos hombres; si son todas mujeres, entonces serán todas mujeres. Creo que tendremos un equipo integrado por hombres y mujeres; y si ése es el caso, ambos pisarán la Luna.
Conversión religiosa
Antes de abandonar la NASA, en 1975, Duke formó parte del equipo de apoyo del Apolo 17, que en diciembre de 1972 convirtió al astronauta Eugene Cernan en el último hombre que pisó la Luna. En su trayectoria, Charles Moss "Charlie" Duke Jr. logró acumular nada menos que 4.147 horas de vuelo y 265 horas en el espacio.
Eso sí, siguió activo en las Fuerzas Armadas. De hecho, en 1979 fue promovido a brigadier general y pasó a retiro en 1986. Él mismo cuenta que en esa época "viajé a Chile en un par de ocasiones, en misiones de trabajo para hablarles a los militares".
A partir de entonces, Duke se dedicó a dar conferencias, pero antes sufrió una de las transformaciones más trascendentales de su vida. Cuando viajó a la Luna era un ateo convencido, pero tal como le ocurrió a varios de los otros 11 astronautas que estuvieron en el satélite, sintió el llamado de una voz intangible. En una de sus tantas charlas, él mismo contó que "tengo una gran deuda con el Señor, al que negué y le prometí que en todo lugar del mundo al que viajara daría mi testimonio de su existencia".
Duke y su familia abrazaron al cristianismo cuando la esposa del astronauta sufrió una crisis emocional que incluyó un intento de suicidio a mediados de los 70, después de que el astronauta se había retirado de la NASA. En medio de una crisis matrimonial, Duke leyó la Biblia y se convenció de que ese era el camino que quería seguir.
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Duke, frente al módulo del Apolo 16, en el U.S. Space & Rocket Center. Foto: AP[/caption]
Un día, la pareja asistió a un evento en una iglesia evangélica en La Porte, Texas. "Fue un momento emotivo para mi esposa en particular. Ella había intentado todo, pero allí entregó su vida a Jesús. Inmediatamente vi que la tristeza se convirtió en alegría, y que ella tenía un espíritu de perdón, de amor y de paz", ha confidenciado. Después de ese fin de semana, el astronauta decidió acercarse a Jesús y desde entonces predica que "Dios me liberó de la ira, de la soledad".
12 hombres que caminaron en la Luna
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