Era de noche y Adriana González, junto a su pareja, estaban en su auto por las calles de Alicante, en España, camino a visitar a unos amigos. De repente, vieron que un vehículo estaba contra el tránsito y que iba a colisionar contra ellos. A pesar de que frenó rápidamente, no pudo evitar el accidente.
De ese auto bajaron dos mujeres españolas, que evidentemente estaban en estado de ebriedad, y que se encontraban muy molestas. Pero no por el accidente, sino porque Adriana, la conductora a quien chocaron, era venezolana.
“Me agarraron, me mordieron, me golpearon y me tiraron al suelo”
“Tú eres una machupicchu”, le dijeron las españolas a modo de insulto a la venezolana, por tener origen latino. “Que he cometido un error, no pasa nada, pero tú eres una indígena”, siguieron denigrándola.
“Sí, y estoy muy honrada, con DNI español, como el tuyo”, intentó defenderse González, quien grabó la agresión, a lo que una de las mujeres le respondió: “Pero eres una mier…, una basura, una india”.
En esta situación, era imposible encontrar una solución por las buenas, por lo que la pareja de la venezolana llamó a la policía, pero fue esto lo que llevó la ira de las mujeres a otro nivel y comenzaron a agredirla físicamente, dejándole un edema en la cabeza, raspones, un esguince de tobillo izquierdo y una rectificación cervical, que es una lesión en la columna vertebral.
“Me agarraron, me mordieron, me golpearon y me tiraron al suelo”, contó la víctima al diario La Nación.
La Guardia Civil, que estaba cerca del suceso, escuchó los gritos de la mujer, por lo que llegó al lugar y les realizó una prueba de alcoholemia a las dos españolas. Ambas dieron positivo.
“Esto pasa en España en 2023. No puede ser posible que sientan que pueden hacer estas cosas por tener ojos azules”, escribió la joven en sus redes sociales, donde subió el video de la agresión.
En investigación por delito de odio
Las autoridades españolas iniciaron una investigación contra las mujeres que agredieron a González y fueron acusadas por delito vial y de odio.
“Lo triste es que pasa, pero la gente no sabe la dimensión”, relató la venezolana, que vive en España hace más de ocho años.
También contó que, a partir de su publicación, muchas personas le escribieron e incluso mandaron imágenes de situaciones similares que vivieron en el país europeo por ser latinos, “como a una joven que le escupieron por la calle al alegar que tenía rasgos indígenas”.
Y a pesar de que reconoció que la demanda es “un proceso tan laborioso”, pues debe ver abogados, médicos, policía y guardia civil, aseguró que no va a cesar hasta encontrar justicia, “para evitar que esto siga pasando (...) Vamos con la verdad por delante”, finalizó.