El 28 de julio de 2024, la tensión aumentó entre los millones de venezolanos que viven dentro y fuera del país. Y es que Nicolás Maduro se proclamó ganador de unas inciertas elecciones presidenciales, que estuvieron marcadas por la poca transparencia y el rechazo de la oposición y distintos gobiernos del mundo ante los resultados.
Desde entonces, Venezuela vive otro período complejo.
Edmundo González, el candidato opositor que asegura haber sido el ganador, tiene una orden de arresto establecida por el gobierno de Maduro, por lo que tuvo que salir del país por meses. Aún así, junto a María Corina Machado, han instado a sus compatriotas a salir a las calles a protestar y derrocar al actual mandatario.
En especial porque este 10 de enero, es el día en que el verdadero presidente electo debe asumir su rol.
Maduro se “preparó” de antemano y cercó Caracas con militares armados.
Ante este escenario, ¿es posible que Edmundo González logre asumir como presidente de Venezuela? ¿Cuál es la forma de ganarle a Nicolás Maduro?
Esto es lo que opinan distintos expertos en política.
La forma de vencer a Nicolás Maduro según los expertos
En julio de 2024, un reportaje del New York Times exploraba cuál podría ser la forma de que Nicolás Maduro renuncie a su poder.
Para ello, primero analizaron un poco sobre la historia del país sudamericano y del resto del continente: en los países donde no hay democracia verdadera, los políticos suelen mantenerse en el poder “con el apoyo de un pequeño círculo de figuras influyentes”.
“Cuanto menos democrático se vuelve un sistema político, más depende de un número muy pequeño de personas para mantener el poder”, explicó el politólogo alemán Marcel Dirsus, autor de Cómo caen los tiranos.
En casi dos tercios de los 473 líderes autoritarios que rigieron entre 1950 y 2012, fueron las personas dentro del gobierno las que terminaron por sacarlos del poder, según el análisis de una académica de ciencias políticas de la Universidad de Michigan, Erica Frantz.
Y, específicamente en el caso de Venezuela, la estabilidad de Maduro depende de las fuerzas de seguridad: “La mayor amenaza son los hombres armados”, dijo el experto.
Pero Hugo Chávez, el expresidente fallecido, y Nicolás Maduro, su sucesor, se aseguraron de que esta alternativa sea lo más difícil posible: crearon “una enmarañada red” de agencias militares, policiales y de inteligencia fragmentadas, para que ninguna de las ramas tenga el poder suficiente para expulsarlos del poder.
Esto también sirve para que las distintas fuerzas se “espíen” entre sí y no puedan, en lo posible, apoyarse unos a otros.
Actualmente, las fuerzas armadas de Venezuela cuentan con 150.000 miembros divididos en: ejército, fuerza aérea, guardia nacional y marina. También habría una “milicia nacional” que está compuesta por partidarios de Maduro con “poco o ningún entrenamiento”.
Por otra parte, están los “colectivos” que según distintos investigadores, serían armados por el gobierno y reciben órdenes de atacar a los manifestantes que salen a las calles.
Y, adicionalmente, habría tres agencias de inteligencia separadas que vigilan a las otras fuerzas y a la oposición.
En esta línea, “el actor fundamental para garantizar que el régimen se mantenga a flote ha sido el aparato de seguridad”, dijo la académica Frantz. Y el gobierno venezolano se ha encargado de tenerlos contentos: los altos oficiales militares serían bien remunerados e, incluso, tendrían el control de las industrias estatales.
Entonces, el telón de Aquiles para derrocar a Nicolás Maduro serían ellos: las fuerzas armadas y de seguridad.
Cómo los militares podrían cambiar de bando y abandonar a Maduro
Según ha sucedido en la historia de otros países, usualmente los dictadores que demuestran señales de debilidad o que están perdiendo el poder suelen ser rápidamente traicionados por sus militares para protegerse.
Esto podría resultar en un golpe de Estado o en una alineación con la oposición.
En esta línea, Dirsus aseguró que “la gente tiene que creer que existe una posibilidad real de que caiga. Solo entonces los hombres armados se harán a un lado o cambiarán de bando por completo”.
Según los investigadores, las fuerzas armadas venezolanas estarían barajando dos alternativas: la primera es quedarse al lado de Maduro para conservar su poder, con el riesgo de que el gobierno pueda colapsar y después reciban penas de prisión.
La segunda es aceptar la derrota del presidente y comenzar una transición a la democracia. En esta opción, podrían incluso negociar inmunidad por cualquier delito que se haya cometido en dictadura.
Las debilidades de Nicolás Maduro
Los investigadores creen que la estabilidad de Maduro puede verse perjudicada por las protestas y por el rechazo de la comunidad internacional.
Son muchos los países que no reconocen la reciente victoria del mandatario, incluido Estados Unidos, quien ha declarado que Edmundo González es el verdadero ganador de las elecciones presidenciales.
Esto podría terminar de “convencer” a sus fuerzas de seguridad de que, en realidad, tienen una posición débil.
Pero, sobre las protestas, los expertos creen que las manifestaciones sin violencia podrían ser la clave para poder tener una democracia plena.
Según un estudio de la Universidad de Harvard liderado por Erica Chenoweth, en las últimas décadas, las campañas violentas solo tuvieron éxito en menos del 6% de los casos.
En cambio, las protestas con resistencia no violenta condujeron a la democracia en un 57% de los casos.
“El factor clave para la democracia en Venezuela es que, en caso de producirse un cambio de régimen, las cosas transcurran pacíficamente. Cuando hay violencia y derramamiento de sangre, las probabilidades de que una nueva dictadura tome el poder aumentan sustancialmente”, aseguró Franz.