Velar por el buen dormir es una práctica fundamental si deseamos cuidar de nuestra salud. Muchas veces no lo priorizamos si tenemos otras actividades pendientes por hacer, pero la realidad es que si no mantenemos un buen sueño cada noche, es nuestro organismo el que comenzará a padecer las consecuencias negativas.
Así lo explicó Lindsay Browning, psicóloga y neurocientífica, quien apuntó al sitio The Sun que si no se duerme las horas necesarias a diario, eso se puede ver plasmado en la productividad, la inmunidad y el bienestar.
Al igual que otros procesos del cuerpo humano, el sueño puede ir variando según la edad. Debido a lo anterior, la especialista explicó cuál es la cantidad de tiempo que se le deben otorgar al sueño y por qué es importante seguir cuidándolo a determinada edad.
Cuánto debes dormir a diario
Según la doctora Browning, es recomendable que los adolescentes dediquen entre 8 y 10 horas diarias al sueño.
“Los adolescentes a menudo duermen mucho menos de lo que necesitan, esto puede deberse a que tienen demasiadas distracciones, como tablets o televisores, rutinas diarias sobrecargadas y, a veces, poca supervisión”, aseguró.
A eso se suma, de acuerdo a la especialista, que al pasar de la niñez a la adolescencia el ritmo circadiano presenta alteraciones que hacen que el sueño llegue después, por lo que quieren irse a acostar más tarde que antes: “Este cambio hace que produzcan melatonina (la hormona del sueño) más tarde que los niños más pequeños y los adultos”.
Lo anterior causa que en ocasiones los adolescentes sean considerados “perezosos”, debido a duermen hasta horas más tardías.
“Sin embargo, incluso si se acuestan tarde, la escuela seguirá comenzando a la misma hora de la mañana”, dice la experta. Eso significa un problema, porque conduce a que los adolescentes no duerman la cantidad de horas que realmente necesitan.
Para los veinteañeros, la doctora Browning señala que es sugerible dormir entre 7 y 9 horas diarias. Esa dosis de sueño es menor a la de los adolescentes, pero mayor a las personas más adultas.
El conflicto en ese grupo etario es que en muchas ocasiones se deja de lado el dormir para privilegiar el tiempo en otros contextos, como los estudios, el trabajo o las reuniones sociales.
“Es importante que, mientras disfruta de su vida social activa a principios de sus 20, también se tome un tiempo para reducir la velocidad y pensar en lo que la falta de sueño podría estar causando en su salud”, advierte Browning.
Otro factor relevante a tener en cuenta es el efecto que genera el desfase de sueño entre el fin de semana y los días normales, que también puede pasar la cuenta en la persona que suele practicar esa diferencia de horarios.
Sobre las personas que están en sus 30 años, la experta indica que está bien si duermen entre 7 y 9 horas: “Cuando llegas a los 30, tu cerebro está completamente desarrollado, lo que significa que requiere un poco menos de descanso que antes”.
Sin embargo, en este periodo de la vida también pueden ocurrir problemas para cuidar el sueño, más bien relacionados por factores como el estrés, la familia y la mantención del hogar.
Si estás experimentando esa situación, la psicóloga aconseja que intentes despejarte y reflexionar un buen tiempo antes de ir a dormir, para que así no te inunden los pensamientos intrusivos al momento de descansar. En ese sentido, también hay que procurar dejar de lado el celular.
“La luz brillante que emiten nuestros teléfonos reduce la producción de la hormona del sueño, melatonina, lo que puede afectar nuestra capacidad para conciliar el sueño”, recalca.
Siguiendo la misma línea de los treinta, en los cuarenta las personas pueden dormir entre 7 y 9 horas. En palabras de la doctora Browning, para ese grupo etario 6 horas es demasiado poco, mientras que 10 es un exceso.
“Aunque a esta edad la mayoría de las personas habrían alcanzado algunos de los objetivos de vida que se propusieron, hay muchos otros factores que pueden afectar el sueño en la cuarta década, por ejemplo, la premenopausia en las mujeres y la temida crisis de la mediana edad”, dice.
Por último, en los mayores de 50 años también es aceptable establecer entre 7 y 9 horas para el sueño. La cantidad para dormir sigue siendo la misma que en otras edades, pero lo que podría cambiar es que una persona con esos años podría quedarse dormida repentinamente, así como también despertarse más temprano que antes.
De acuerdo a Browning, “dormir a los 50 años o más es fundamental, ya que el envejecimiento puede traer consigo problemas de salud, muchos de los cuales pueden afectar los patrones de sueño y viceversa”.
Algunos padecimientos de salud, tales como la depresión, enfermedades cardíacas, diabetes, se ven estrechamente vinculados a los problemas de sueño. En ese sentido, Browning añade que “las afecciones que provocan molestias y dolor, como la artritis o el dolor de espalda, pueden dificultar conciliar el sueño y permanecer dormido”.