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En la búsqueda de respuestas, de espiritualidad, muchas personas caen en manos de “líderes”, muchas veces autoproclamados, que prometen la vida eterna, la salvación del apocalipsis e incluso encontrarse con Jesús en persona.
Esto último fue lo que le dijeron a una secta en Kenia, donde a la fecha se han encontrado 89 cadáveres de personas que, guiadas por su pastor, ayunaron hasta morir para poder así estar más cerca de su “salvador”.
Es sin duda, un escenario devastador, pero no único. En la historia, se ha repetido varias veces, y los resultados siempre son fatales: daños físicos, psicológicos y, lamentablemente, la muerte de muchos.
Estos son los tres casos más impactantes, según la BBC, donde los predicadores convencieron a sus sectas de teorías sin sentido sobre el fin del mundo y las promesas de salvación, que solamente los llevaron a suicidarse colectivamente.
El Templo del Pueblo, Jonestown, Guyana, 1978
Fundada en los años 50, Jim Jones era un pastor estadounidense que tenía el sueño de crear un “paraíso socialista”, donde las fronteras de raza o nacionalidad no existieran.
Pero cuando se dio cuenta que su ideal no encajaba en Estados Unidos, convenció a 900 de sus seguidores a mudarse con él a Guyana, justo al lado de Venezuela, donde fundó su comunidad, llamada Jonestown.
Por la atracción de su discurso, todas esas personas quedaron fascinadas, sentimiento que pronto se convirtió en lealtad y después en fanatismo. Jones era idolatrado por sus “buenas intenciones” y su forma de ver la vida. Sin embargo, su personalidad comenzó a cambiar rápidamente: se volvió errático y paranoico.
Creía que “algo” o “alguien” amenazaba su paraíso. Podía ser la CIA, según predicaba, a quienes los llamaba “traidores” y “cerdos capitalistas”.
Pronto comenzaron a llegar reportes de abusos contra los propios miembros de su secta y denunciaron que el pastor organizaba las “noches blancas”, donde simulaban suicidarse todos en conjunto.
Esta información llegó a un congresista de California, llamado Leo Ryan. El hombre viajó a Guyana para investigar, pero los miembros del Tempo del Pueblo lo acribillaron, junto a varios de sus acompañantes.
Jones entonces ordenó que todos los integrantes de la comunidad se reunieran para la última “noche blanca”. Según él, las fuerzas del fascismo destruirían su templo y que, suicidándose, harían un acto revolucionario y transicionarían a otro nivel. “Acabemos con esto ya. Acabemos con esta agonía”, dijo el pastor en unas grabaciones que después obtuvo la FBI.
Algunos lo hicieron voluntariamente, y otros obligados, pero más de 900 personas, incluidos 300 niños y bebés, tomaron una bebida adulterada con cianuro. Absolutamente todos murieron.
Jones también fue encontrado muerto, después de dispararse en la cabeza.
La masacre quedó consignada como el mayor suicidio colectivo de la historia.
Rama Davidiana, Waco, Texas, 1993
Se fundó en 1955 y tenía sede en las cercanías de Waco, Texas, Estados Unidos. Era un grupo religioso que derivó de los Davidianos Adventistas del Séptimo Día.
Ya en 1981, un joven poco estable, pues venía de una familia disfuncional e incluso tenía antecedentes penales por tener relaciones sexuales con una menor de edad, se integró a la secta Davidiana.
Su nombre era Vernon Wayne Howell y luchó por dominar la secta. Fue nombrado como el líder supremo de los davidianos y se cambió el nombre a David Koresh, pues sostenía que tenía una “conexión divina” con David, el rey de los judíos y con Ciro (Koresh en hebreo), el grande de Persia.
Pero el hombre decía que él era el último profeta y que había recibido la misma inspiración que Jesús cuando fue bautizado. Pronto, las enseñanzas que hacía sobre la Biblia y las interpretaciones que hacía, todas apocalípticas, atrajeron a muchos seguidores.
Y como creía que debían prepararse para el Apocalipsis, armó un “Ejército de Dios”, donde comenzó a acumular armas en el recinto donde tenía su secta. Además, comenzó a practicar los “matrimonios espirituales”, donde se aprovechaba de muchas mujeres, de todas las edades. Incluso, se cree que tuvo más de diez hijos con ellas.
Estas acusaciones de abuso sexual y de tráfico de armas encendieron las alarmas del Departamento de Justicia de EE.UU., quienes decidieron tomar acción y rodear el recinto, con 76 agentes, órdenes de allanamiento y arresto.
Tras 51 días, el líder de la secta había “secuestrado” a toda su comunidad y, a pesar de algunas negociaciones iniciales y la liberación de uno que otro miembro (algunos menores de edad), el 19 de abril las autoridades decidieron no esperar más y entraron al complejo.
Gases lacrimógenos, intercambio de balas y, después, un gran incendio. Los 79 “davidianos” que estaban dentro del recinto, fallecieron quemados. Y aunque no se pudo establecer el origen del incendio, Koresh falleció antes de un tiro en la cabeza, aunque hasta la fecha no se sabe si se suicidó o si alguien lo mató.
Heaven’s Gate, Rancho Santa Fe, California, 1997
Fue una de las primeras sectas religiosas de la era del Internet. Usando esta tecnología, difundían sus creencias a un público mucho más amplio, pero también buscaban generar ingresos económicos.
Marshall Applewhite y Bonnie Nettles se conocieron en 1970. Ella era una enfermera que él conoció cuando estuvo encerrado en un instituto psiquiátrico. Una vez fuera, viajaron por Estados Unidos reclutando a seguidores que, pronto, bautizaron como “la tripulación” y se asentaron en el sur de California.
Nettles falleció en 1985, pero Applewhite continuó liderando la secta que crearon. La filosofía que mantenían era una extraña mezcla entre la Iglesia presbiteriana con las creencias ovnis. El hombre predicaba que él era el “Advenimiento de Cristo”, que Dios en realidad era un alienígena y que el fin del mundo se acercaba.
Sus sermones eran una combinación de ciencia ficción con el Antiguo Testamento. Les decía a los miembros que debían “superar sus vibraciones genéticas, como una forma de salir de sus vehículos para que sus espíritus pudieran resurgir a bordo de una nave espacial y encontrar el siguiente nivel evolutivo por encima del humano”.
Applewhite convenció a su secta de que comieran puré de manzana con vodka y barbitúricos, unos medicamentos depresores del sistema nervioso central que se utilizan para el insomnio, crisis epilépticas y las convulsiones, para que sus almas liberadas “asciendan en una nave espacial que viajaba en la estela del cometa Hale-Bopp, pasaba por la Tierra y los llevaría a su nuevo hogar en el espacio”.
La policía descubrió los cuerpos de 39 personas, incluido el líder de la secta, cubiertos en mantos púrpuras, con bolsas de plástico en la cabeza y todos vestían “uniformes”, poleras blancas y negras y zapatillas Nike.
Si necesitas apoyo o tienes dudas sobre salud mental, puedes contactarte con Salud Responde al 600 360 77 77 .