Sucralosa, stevia, sacarina y una larga lista de edulcorantes artificiales son las alternativas “saludables” que se ofrecen en el mercado para dejar de consumir azúcar, pero sin sacrificar el sabor dulce en nuestras comidas y bebidas.

No obstante, el uso de los sustitutos del azúcar podría ser igual o incluso más dañino que el azúcar. Así lo aseguró un nuevo estudio —publicado en la revista Science Direct y iScience— que encontró un efecto indeseado y perjudicial de los edulcorantes en el estómago e intestinos del cuerpo.

Este es el daño que los sustitutos del azúcar le pueden hacer a tu cuerpo. Foto: Álvaro Cofré/Agencia Uno

Por qué los endulzantes artificiales no son tan buenos para la salud

El estómago humano tiene una flora intestinal, es decir, colonias de bacterias en los intestinos que, cuando se encuentran en equilibrio, nos mantienen saludables.

En esta línea, el estudio en cuestión reveló que las personas que utilizan endulzantes artificiales en su día a día tienen menos bacterias en su intestino delgado y niveles más altos de bacterias que producen toxinas dañinas.

“Los edulcorantes artificiales no son benignos para el microbioma intestinal”, señaló la autora del estudio y endocrinóloga del Centro Médico Cedars-Sinai, Ruchi Mathur.

Este es el daño que los sustitutos del azúcar le pueden hacer a tu cuerpo

Los investigadores aseguraron que quienes están utilizando sustitutos del azúcar (muchas veces para perder peso), tendrían una flora intestinal dañada que, en consecuencia, puede derivar en un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedad cardiaca.

Para llegar a esta conclusión, los autores investigaron la diversidad de bacterias del intestino delgado de personas que utilizan edulcorantes y las compararon con quienes no consumían estos productos.

Además de ver las diferencias de la microbioma intestinal de los pacientes, encontraron que quienes prefieren la stevia, aspartame o sacarina —entre otros endulzantes— eran más propensos a producir una toxina llamada cilindrospermopsina, que tiene “efectos nocivos en el hígado, sistema nervioso y se clasifica como un agente potencialmente cancerígeno”.

El estudio se suma al llamado que hizo la Organización Mundial de la Salud (OMS) a mediados del año pasado, donde aseguró que el uso de edulcorantes no se traduce en una efectiva pérdida de peso y que, en realidad, produce menos saciedad y efectos indeseados en el metabolismo.