En España, uno de cada 20 adolescentes sufre anorexia, bulimia o trastorno por atracón, según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, recuerdan expertos de la Clínica Arbore, que afirman que las vacaciones son el mejor momento para identificar los signos de un trastorno de conducta alimentaria (TCA).
Así, advierten de que la edad afectada va de los 12 a los 21 años, con especial incidencia entre los 15 y los 18 años.
El verano, que es el periodo en el que las familias pasan más tiempo juntas, “las señales de alarma son más evidentes y fáciles de identificar”.
Así, destacan que hay que estar atentos a si buscan pretextos de forma continua para evitar comer con la familia es quizás una de las más claras, junto con un peso corporal que cambia con demasiada frecuencia o un excesivo uso de la pesa.
También hay cambios físicos que pueden relacionarse con este problema, como palidez en la piel, caída repentina del pelo o aparición de vello en el cuerpo.
Cómo detectar un Trastorno de Conducta Alimentaria
Los jóvenes con TCA tienden a aislarse durante periodos muy prolongados, dejando a un lado su vida social, y sufren alteraciones bruscas en el humor, especialmente visibles en los momentos de las comidas porque les provoca mucha ansiedad.
Además, hay que está alerta si realizan ejercicio físico y de forma excesiva, van al baño inmediatamente después de las comidas o tienen alteraciones en el sueño.
Además de tensión baja, sensación de frío constante, preocupación excesiva por el peso e imagen corporal, disminución del rendimiento académico o de la capacidad de concentración y autolesiones.
“Una combinación de alguno de estos comportamientos en los hijos deberían llevar a contactar con un centro especializado en TCA donde realizar un diagnóstico clínico, una valoración de la gravedad de la sintomatología y optar por un tratamiento adaptado a las necesidades específicas de la persona a tratar”, concluyen.