Desde hace años, se sabe que nuestra salud en parte depende de una buena alimentación. Por esto, muchos de los ‘remedios caseros’ de nuestras abuelas resultaron ser ciertos: existen ciertas afecciones y enfermedades que se pueden mejorar con ingredientes naturales.
Y aunque no reemplazan nunca la indicación médica, la dieta sana siempre es una buena compañera para tener una óptima salud.
En este contexto, uno de los ingredientes favoritos de los médicos que, también, suele ser un remedio casero de las abuelas es el allium sativum, más conocido como ajo, una planta que se utiliza a diario en muchas comidas para darles sabor. Pero además de eso, tienen excelentes propiedades nutritivas.
Por qué es importante comer ajo en el día a día
Un estudio —elaborado por las universidades del Sudeste y Xizang Minzu en China— analizó 29 ensayos clínicos sobre el consumo de ajo y encontró que quienes lo consumían con frecuencia tenían menos azúcar en la sangre y mucho menos lípidos “malos”.
Esto cobra relevancia en un mundo donde muchos de los productos ofrecidos en las tiendas y supermercados son alimentos ultraprocesados que desembocan en enfermedades como la diabetes, la hipertensión e incluso algunos tipos de cáncer y daños cardiovasculares.
En la investigación, que fue publicada en la revista científica Nutrients, los autores especificaron que el ajo no solo baja la glucosa, sino que la mantiene en niveles equilibrados a largo plazo, además de ayudar a tener más colesterol “bueno” (HDL) y menos “malo” (LDL).
Todos estos resultados positivos se vieron después de analizar a personas que consumían ajo durante tres semanas en todas sus formas: crudo, extracto envejecido y tabletas de polvo.
Esto se atribuiría a los ingredientes bioactivos que se encuentran en esta planta. Además, contiene un poderoso antioxidante, llamado aliina, que además de controlar los lípidos y la glucosa, también tiene un efecto positivo en el microbioma intestinal.