Fumar tabaco es perjudicial para la salud. Esto lo sabemos por las infinitas campañas de concientización que se hacen desde hace décadas en distintos países y que, incluso, suelen estar plasmadas en las cajetillas que los fumadores adquieren en su cotidianidad.
En Chile, según la Encuesta Nacional de Salud de 2017 del Ministerio de Salud, el 33,3% de la población consume tabaco.
Y aunque la lista de riesgos que conlleva fumar es larga, una nueva investigación —publicada en la revista Biology Psychiatry: Global Open Science— reveló una nueva adición: consumir tabaco podría reducir el tamaño del cerebro y, por ende, desencadenar enfermedades neurodegenerativas, como la demencia o el Alzheimer.
Por qué fumar puede reducir el tamaño del cerebro
Este estudio, realizado por investigadores estadounidenses, analizó los antecedentes e información médica de más de 32.000 europeos, poniendo énfasis entre el tabaquismo diario y cómo cambiaba el volumen cerebral de cada uno.
También quisieron indagar si las personas con cerebros más pequeños tienen más predisposición de fumar alguna vez, lo que apuntaría a un “riesgo genético”.
“Hasta hace poco, los científicos pasaban por alto los efectos del tabaco en el cerebro, en parte porque nos centrábamos en sus terribles consecuencias en los pulmones y el corazón, pero cuando hemos empezado a estudiar el cerebro más de cerca, se ha hecho evidente que fumar también es realmente malo para este órgano”, explicó la autora principal del estudio, Laura J. Bierut.
Grande fue la sorpresa cuando, tras los estudios y análisis de imágenes, los investigadores concluyeron que el consumo de tabaco sí disminuye el tamaño del cerebro y que la pérdida de la materia gris de la que está compuesta este órgano es proporcional a la cantidad que la persona fuma.
Es decir, mientras más fume una persona, más pequeño se volverá su cerebro.
La razón es que el cerebro, mientras envejecemos, pierde material gris, pero el tabaquismo acelera este proceso, por lo que las personas que fuman a diario presentaron una disminución mucho mayor del cerebro, en comparación a quienes no tienen ese hábito.
En esta línea, los investigadores también resaltaron que este daño es irreversible y que, aunque no afecta directamente a las funciones cognitivas de los pacientes, sí contribuye al envejecimiento precoz de este importante órgano.
“El 14% de los casos de Alzheimer del mundo podrían ser atribuidos al consumo del tabaco”, alertaron los autores del estudio.
Qué otros riesgos conlleva fumar tabaco
Además del daño al cerebro que reveló el anterior estudio, según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos, los otros riesgos a los que se exponen las personas fumadoras son:
- Cáncer de pulmón.
- Cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, estómago, páncreas, cérvix, riñón y vejiga.
- Enfermedades pulmonares como bronquitis crónica y enfisema, además de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
- Enfermedades cardíacas, como los ataques cerebrales o cardíacos, y el aneurisma.
- Enfermedades reumáticas.
- Deterioro del sistema inmunológico.