Tuvo un bebé “muy deseado”. Laura Dockrill, una escritora británica, le contó a BBC Mundo que convertirse en madre fue un sueño cumplido. Tenía como esposo al amor de su infancia, la estrella de rock Hugo White, y acababa de dar a luz a Jet, un niño que había sido planeado. Sin embargo, poco sabía en ese momento que estaba comenzando un extraño pero peligroso trastorno en ella.
Aunque en redes sociales compartió un registro sobre la felicidad por haber sido mamá, la mujer en realidad no se sentía alegre.
“Días después de que me tomara esa foto, me ingresaron en un pabellón psiquiátrico”.
En la actualidad, se está estudiando más sobre la depresión posnatal que suelen sufrir las madres: se estima que 1 de cada 10 mujeres sufre de este trastorno.
No obstante, todavía no se habla lo suficiente sobre la psicosis posparto que afecta a 1 de cada 1.000 madres y que, según el mismo artículo, “es considerada una emergencia psiquiátrica que requiere hospitalización”.
Sin embargo, como todavía no forma parte del lenguaje habitual de la maternidad, hay muchas mujeres que no logran obtener un diagnóstico a tiempo y, por ende, no pueden acceder a un tratamiento —que tiene una tasa de éxito alta—.
Estos fueron los síntomas que sintió Laura Dockrill cuando padeció de psicosis posparto.
Qué es la psicosis posparto
Según la Sociedad Marcé Española para la Salud Mental Perinatal (MARES), una asociación para el estudio de los trastornos mentales relacionados con la maternidad, la psicosis posparto es “un trastorno mental grave, que puede llegar a poner en peligro la vida de las propias madres y del bebé”.
Este trastorno suele confundirse con la depresión posparto, que también ocurre después de dar a luz y que tiene síntomas psiquiátricos que requieren tratamiento.
Sin embargo, aunque la psicosis posparto tiene todavía poca literatura, se trata de una emergencia psiquiátrica, pues está asociada a un mayor riesgo de suicidio y de infanticidio, por lo que requiere una evaluación psiquiátrica inmediata y, posiblemente, una hospitalización.
De acuerdo a la información entregada por MARES, los síntomas suelen presentarse entre los 3 y 10 días posteriores al parto y suelen ser:
- Insomnio.
- Reactividad del estado de ánimo.
- Irritabilidad.
- Síntomas maníacos, depresivos o mixtos.
- Comportamiento desorganizado e inusual.
- Pensamientos obsesivos sobre el bebé.
- Desorientación.
- Desrealización.
- Despersonalización.
El caso de una mujer que sufrió psicosis posparto
Después de una larga historia de amor entre Laura y Hugo, ambos recibieron a su bebé Jet, que hoy ya tiene 6 años.
Sin embargo, las primeras semanas después del parto fueron un infierno para la mujer. “Fue en la sala de maternidad que todo se puso realmente mal”, comenzó a decirle a la BBC.
“Me volví salvaje. Bebía litros y litros de agua directamente de la jarra. Aunque soy vegetariana, cogía pollo o lo que encontrara y me lo devoraba arrancando toda la carne del hueso. Tenía una rara y desafortunada reacción a la epidural y me rascaba todo el tiempo hasta sangrar”.
Continuó: “Me sentía como un tigre enjaulado, cansado y agresivo”.
Incluso, cuando tuvo que bañarse, tenía la alucinación de que la manguera y cabeza de la ducha eran una serpiente contra la que luchaba.
Pese a que se sentía mal, desorientada e irritable, cometió el error de no avisar al personal médico y fingir que todo estaba bien.
“Ojalá lo hubiera dicho, pero, no todas nos sentimos bien en esos momentos. La gente te dice: ‘Es la tristeza posparto, pasará. Son las hormonas’. Y yo pensaba: ¿por qué no puedo ser más valiente? ¿Dónde está mi instinto maternal?”.
Una vez en casa con el bebé, comenzaron otros síntomas: cuando escuchaba una canción en la radio, se ponía a pensar que estaban hablando de ella o que incluso los peluches la miraban mal. “Paranoia, conspiración, pensamientos acelerados… perdí todo sentido de la realidad”, contó.
Sin embargo, lo peor fue cuando creyó que su esposo, Hugo, quería robarle a su bebe.
Curiosamente, la cantante británica Adele, que es amiga de Laura, se preocupó por las llamadas extrañas de su amiga y, después de buscar en Internet, encontró una posible explicación a lo que le estaba pasando: una psicosis posparto.
Su esposo hizo un llamado a la clínica y, en su primer Día de la Madre, Laura despertó en una sala psiquiátrica, todavía con los síntomas de la psicosis.
“Estaba segura de que todos planeaban quitarme a Jet en un juicio por la custodia y que estaban haciendo todo eso para reunir evidencia”.
“Pensaba que si no asistía a todas las reuniones, comía todas mis comidas, tomaba todos mis medicamentos, dirían que no estaba cooperando en el hospital. Así que quería parecer una buena madre para poder ganar esa batalla legal”.
El punto cúlmine fue cuando comenzó a decirle “cosas horribles” a su esposo, porque pensaba que planeaba deshacerse de ella. “Recuerdo que él simplemente se arrodilló, me tomó de las manos, y me dijo que estaba enferma y que no era mi culpa”.
“La forma en que me habló hizo que todo lo demás se volviera borroso y fue la primera vez que lo vi. Él me sacó de la psicosis. Estaba tomando muchos medicamentos, pero el amor es definitivamente la medicina que me sanó”.
Después de dos semanas, Laura pudo volver a casa. El tratamiento había funcionado y ya estaba recuperada.
Ahora, tanto ella como Hugo están trabajando para visibilizar la psicosis posparto y ayudar a mujeres que pueden estar pasando por lo mismo. Ambos son embajadores de la organización benéfica Action on Postpartum Psychosis (Acción en la psicosis posparto).
“Me hubiera gustado que alguien me hubiera hablado de las enfermedades mentales, cómo son, pero también cómo pedir ayuda. La enfermedad no discrimina. Puede sorprender absolutamente a cualquier persona y cualquier cosa puede desencadenarla”.