La sal se ha convertido en el ingrediente esencial para darle sabor a nuestras comidas: desde la palta o los huevos que combinamos con pan en el desayuno hasta para resaltar los sabores de nuestros almuerzos y cenas.
Sin embargo, en los últimos años el consumo de sal se ha disparado y llegado a extremos no saludables. Y es que los alimentos procesados ocupan niveles desorbitantes (bajo el nombre de cloruro de sodio agregado) que estarían enfermando a las personas que lo consumen.
Pero, ¿qué exactamente le hace la sal a nuestro cuerpo y qué enfermedades puede provocar su alto consumo?
Qué le hace la sal al cuerpo y qué enfermedades provoca
El gastroenterólogo de la Universidad de Washington, Cristopher Damman, explicó en The Conversation que el consumo excesivo de sal puede “causar presión arterial alta y contribuir a ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares”.
“También se asocia con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de estómago y colon, enfermedad de Ménière, osteoporosis y obesidad”.
Según explicó el médico, el sodio tiene un rol fundamental en la presión arterial y las enfermedades cardíacas principalmente porque regula la cantidad de agua que tenemos en nuestros vasos sanguíneos. Es decir, mientras más sodio haya en la sangre, más agua atrae hacia los vasos.
De esta manera, la presión arterial sube, al igual que los riesgos de sufrir un ataque cardíaco y un accidente cerebrovascular.
Si bien cada persona reacciona de forma distinta al consumo de sal, una serie de estudios recientes reveló que la sal también puede aumentar la presión arterial a través de nuestro microbioma intestinal.
Esto quiere decir que cuando consumimos sal, esta disminuye los “microbios saludables y los metabolitos” de nuestros intestinos que mantienen relajados a los vasos sanguíneos. Esto, porque la sal “envenena” a cualquier microbio, sea bueno o malo.
Pero otro gran problema que provoca el consumo excesivo de sodio es la obesidad: aunque no se lo relacione en primera instancia, lo cierto es que la sal también puede disparar los niveles de azúcar en la sangre, provocar hígado graso y hacer que una persona aumente de peso.
Por ejemplo, una investigación de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos arrojó que quienes tienen una dieta de alimentos ultraprocesados (que tienen altos niveles de sodio) por dos semanas seguidas, pesaron alrededor de 1 kilo más, en comparación a quienes se alimentaron con comida menos procesada.
Cómo limitar el consumo de sal, pero continuar disfrutándola en las comidas
Damman, el gastroenterólogo, sugirió tener cuidado con la sal que utilizamos en el día a día y, en especial, limitar el consumo de alimentos altamente procesados, como:
- Carnes saladas (comida rápida o chatarra y carnes curadas).
- Snacks o picoteos salados (como galletas, papas fritas, etc.).
- Refrigerios salados (bebidas, condimentos y panes).
En su lugar, “concéntrate en alimentos bajos en sodio y azúcar añadidos, como alimentos vegetales no procesados: porotos, nueces, semillas, cereales integrales, frutas y verduras”.
Además, hizo énfasis en encontrar un equilibrio entre el sodio y el potasio. Este último puede ayudar a mantener el líquido en las células.