Un medio de comunicación donde, sin censura alguna, los periodistas podían publicar información y documentos importantes. Así es WikiLeaks, la página que puso tras las rejas a Julian Assange —su fundador— después de que Estados Unidos lo acusara de espionaje y haber filtrado documentos clasificados.
En 2012, el hombre, oriundo de Australia, se refugió en la embajada de Ecuador en Londres por siete años, no obstante, el asilo le fue revocado y fue detenido por las autoridades británicas en 2019. Lenin Moreno, quien entonces era presidente de Ecuador, aseguró que la protección de Assange fue un dolor de cabeza y que era un “hacker miserable y malcriado”.
Así, Assange fue encerrado en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh donde, en reiteradas oportunidades, se lo intentó extraditar a Estados Unidos para enfrentar una posible sentencia de más de 175 años de prisión, pero sus abogados apelaron hasta el último momento.
Pero ahora, la saga legal parece haber visto su final: Julian Assange —tras haber estado 1.901 días en una estrecha celda— llegó a un acuerdo con las autoridades estadounidenses y quedará en libertad. Deberá declararse culpable de cargos criminales y podrá regresar a Australia, su país de origen, a sus 52 años.
Estos fueron los secretos que reveló Assange y que lo pusieron tras las rejas.
Estos fueron los polémicos secretos que reveló Julian Assange
Conspiración para obtener y revelar información de la defensa nacional estadounidense. Esa fue la acusación contra Julian Assange que lo mantuvo aislado y retenido por tantos años. Y es que el hombre habría subido a WikiLeaks más de 10 millones de documentos que revelaban información sobre las guerras de Irak y Afganistán, entre otros conflictos.
La defensa estadounidense declaró que la publicación de esta información habría puesto a algunas personas en “riesgo de sufrir daños graves, tortura e incluso la muerte”.
Sin embargo, Assange siempre se defendió y aseguró que los documentos eran pruebas de abusos preocupantes que habrían cometido las fuerzas armadas de EE.UU. y que su persecución tenía motivaciones políticas.
Una de las filtraciones más polémicas de WikiLeaks fue el ataque de un helicóptero a civiles.
Se trató de un video grabado desde una nave militar estadounidense, donde se mostraba el asesinato de 18 civiles en Bagdad, Irak.
Según estableció la BBC, una voz en la grabación le decía a los pilotos que “quemen a todos”, entonces el helicóptero arremetió con disparos a las personas que estaban en la calle. A las víctimas se les acercó una furgoneta que pretendía auxiliarlas, y los militares le dispararon también.
En este ataque, murieron el fotógrafo de la agencia de noticias Reuters, Namir Noor-Eldeen y su asistente Saeed Chmag.
Otro secreto polémico fueron los miles de documentos relacionados con la guerra de Afganistán e Irak, donde el ejército estadounidense habría matado a cientos de civiles en “incidentes no denunciados”.
También publicaron unos mensajes enviados por diplomáticos estadounidenses donde se reveló que EE.UU. quería obtener información “biográfica y biométrica” de funcionarios clave de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Estos datos incluían el escaneo de sus iris, muestras de ADN y huellas dactilares.
Y también se filtró un total de 573.000 mensajes interceptados y enviados durante el ataque terrorista del 11 de septiembre en Estados Unidos. Entre ellos, los mensajes que los familiares de las víctimas enviaron a sus seres queridos y su reacción a los ataques.
Finalmente, en 2015, otro impacto de las filtraciones de WikiLeaks fue el hackeo de Sony Pictures, el estudio cinematográfico, donde se reveló que a actrices femeninas se les pagaba mucho menos que a sus coprotagonistas masculinos.
También mostraron mensajes de los productores y ejecutivos insultando a Angelina Jolie y a Leonardo DiCaprio.
Assange dijo, en su momento, que esta filtración era de interés público porque mostraban cómo funcionaba internamente una empresa multinacional y “respetada” en la industria del entretenimiento.