El día de navidad del año 2021, cerca de las 8 de la mañana, un hombre de 21 años, a quien después se identificó como Jaswant Singh Chail, utilizó una escalera de cuerda de nailon y entró a los terrenos del castillo de Windsor -donde la difunta reina Isabel II residía por la pandemia- armado de una ballesta. Estaba vestido con una capucha y una máscara.

Pero fue descubierto por un oficial de protección real, en una sección privada del terreno que conducía a los aposentos de la monarca. La autoridad le preguntó: “Buenos días, ¿puedo ayudar, amigo?” y Chail le contestó con sinceridad: “Estoy aquí para matar a la reina”.

El oficial inmediatamente le dijo a Chail que soltara el arma -que estaba cargada y sin seguro-, se arrodillara y pusiera las manos en la cabeza. El hombre obedeció, aunque de nuevo dijo con claridad: “Estoy aquí para asesinar a la reina”.

La Ley de Traición

Jaswant Singh Chail, oriundo de Hampshire, Inglaterra, fue arrestado el mismo día que se infiltró en el castillo y este viernes se declaró culpable de amenazar de muerte a la reina Isabel II y por el delito de traición, tipificado en la Ley de Traición.

Es así como Chail se convirtió en la primera persona en Reino Unido, desde 1981, en ser condenada de traición: la ley especifica que es un delito agredir a la reina, o tener un arma de fuego o un arma ofensiva en su presencia, con la intención de herirla o alarmarla o causar un quebrantamiento de la paz.

No fue terrorismo

Chail, al momento de ser detenido, llevaba una nota escrita a mano que decía: “Por favor, no me quiten la ropa, los zapatos y los guantes, las máscaras, etc., no quiero una autopsia, no quiero embalsamamiento, gracias y lo siento”.

Y es que su conducta era particularmente extraña, pues subió a su cuenta de Snapchat, minutos antes de ingresar al castillo, un video donde se disculpaba: “Lo siento, lo siento por lo que hice y por lo que haré. Intentaré asesinar a Isabel, la reina de la familia real”.

También procedió a explicar que se trataba de una “venganza” por quienes murieron en la masacre de Jallianwala Bagh de 1919 y por todas las personas que fueron “asesinados, humillados y discriminados por su raza”. Además, hizo referencias sobre la película de Star Wars.

“Fue un incidente extremadamente grave”, dijo el comandante Richard Smith, que dirige la unidad antiterrorista de la Policía Metropolitana de Londres (Met Police). Sin embargo, las acciones de Chail no fueron catalogadas como delitos de terrorismo, aunque se consideró que la división antiterrorista era el equipo adecuado para la investigación.

En ella, se descubrió que la ballesta del agresor era comparable a “un poderoso rifle de aire con el potencial de causar lesiones graves o fatales”. Además, corroboraron que Chail ya había intentado acercarse a la monarca, pues solicitó unirse a la Policía del Ministerio de Defensa y Guardia de Granaderos.

El hombre ahora se encuentra en el Hospital Broadmoor, un centro psiquiátrico de alta seguridad en Crowthorne, Berkshire de Inglaterra, donde aseguraron que su salud mental había mejorado con el tratamiento que le dieron y, por ende, era apto para ser juzgado.

Fue en este lugar que Chail compareció ante el tribunal, a través de una videollamada y, finalmente, se declaró culpable.